jueves, 10 de junio de 2010

Ygrí falta al respeto a Pierluisi


Y ¿quién habla por el gobierno?


Ygrí le falta el respeto a Pierluisi   

Cuando el gobernador y otras figuras del gobierno hablan de elementos o personas “extrañas” a la UPR que están interviniendo en el proceso huelgario, se equivoca al señalarlos. No pueden ser los padres de los estudiantes, no pueden ser los artistas cuya casa natural es el templo del saber y la creatividad que es una universidad, no pueden ser tampoco los líderes de uniones y sindicatos para los cuales la UPR es la universidad del pueblo de Puerto Rico, no son los empleados no docentes ni el sindicato de la propia universidad, mucho menos sus profesores. Imposible es que se refiera a los propios estudiantes, cuya casa natural, el “alma mater”, es la universidad.

    Los extraños a la UPR son, ciertamente, los miembros de una Junta de síndicos que no tienen nada de educadores, sino de empresaurios, muchos de los cuales no saben nada de la universidad. Súmele a este grupo los legisladores y el propio gobernador, pues la ley y la filosofía universitaria que predomina en el mundo aparta de la educación universitaria las luchas políticas y le concede tanta autonomía que incluso dispone de una fórmula fija para su presupuesto.

    Si el gobierno pretende educar desde la legislatura o desde Fortaleza –casa del gobernador– , y la comunidad universitaria lo permitiera,  la universidad se caería al piso y regresaría a la Edad Media. En esta ocasión parece que la comunidad universitaria no está dispuesta a permitir que el gobierno maneje a su antojo la universidad.  El gobierno olvida con demasiada frecuencia que enfrenta una resistencia no sólo de los estudiantes del Recinto de Río Piedras, sino de todos los once recintos universitarios. Y que detrás de ellos están los trabajadores docentes y los no docentes. Es muy difícil torcer la voluntad de
toda la comunidad universitaria.

    Por definición, por su propia naturaleza, la universidad es, desde Galileo, alérgica a las estructuras de poder que esterilizan el saber y erosionan la fertilidad del terreno. Lamentablemente, la Oficina del Presidente de la universidad, como la de la Junta de Síndicos, son oficinas de la Fortaleza, no de la universidad.

      El gobierno de Fortuño se ha caracterizado por una anomalía en la jerarquía de sus funcionarios. Desde el principio, parece que se gobierna desde la Legislatura, de manera que el presidente del Senado impone sus puntos de vista, y ejecuta los planes de gobierno ante los alcaldes. El Secretario de Gobernación instruye a todo el mundo, incluida la Junta de Síndicos y el Presidente de UPR. Unos dicen que sí, y otros dicen que no. En la Universidad otro tanto: el Presidente de la UPR dice que no negociará mientras la Presidenta de la Junta de Síndicos está negociando; ordenan un cierre administrativo a la vez que piden un interdicto administrativo para abrir el recinto; dan la palabra de que paralizarán los emplazamientos judiciales al liderato estudiantil, mientras entrampan a los estudiantes en complicidad con los alguaciles. La falta de integridad y de propiedad en estos administradores es tan patente, que carecen totalmente de respeto ante toda la comunidad universitaria. Los estudiantes, en cambio, han persistido con tesón ejemplar en buscar de todas las formas posibles un diálogo en pos de acuerdos que terminen con la huelga. El presidente, y la presidenta, han brillado, en ese sentido, por su indisposición. Y el gobernador, ¿qué hace con ellos?: nada.
 
    El colmo, quizás, se produce esta misma semana cuando el Comisionado Residente en Washington, Pedro Pierluisi, preocupado por la prolongadísima huelga que repercute en Washington y en el mundo internacional, declaró el lunes 7 de junio que luce mal el manejo de la huelga por las autoridades, y que no se deben emprender sanciones contra estudiantes que han cuidado y protegido de manera ejemplar las instalaciones universitarias. Pierluisi es el compañero de fórmula del gobernador en los procesos electorales de Puerto Rico.
   
    La Presidenta de los Síndicos, Ygrí Rivera, declaró al respecto, que "Pierluisi se dejó engañar, a pesar de que fue –antes– Secretario de Justicia". Lo acusó de “estar desinformado con los estudiantes del CNN, si quiere aportar que se calle”.  A la falta de respeto a Pierluisi, añadió sin sonrojo: “Pierluisi ayuda más si se calla la boca y busca más fondos para la UPR”.

    Parece evidente que Rivera se apoya en la autoridad que le otorga su relación con Pedro Rivera Casiano y con el ex gobernador, Carlos Romero Barceló, el de los asesinatos del Cerro Maravilla, del que ella fue ayudante, y quien debe estar resentido porque Pierluisi lo retiró como comisionado residente.

    El gobernador, que quiso donquear ayer con niños en una cancha y sólo consiguió caerse de espaldas, parece que en efecto se cae, de espalda, por la falta de respeto de sus subalternos.

    ¡Qué desgobierno!, señor.

Marcos 
Reyes 
Dávila

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