jueves, 24 de abril de 2014
GGM
GGM
Pero si usted era tan solo
–querido Gabo
un cuento del camino
por qué se me ha quedado
naufragando elegías y nostalgias
y hablando entre los libros
Dígame de paso
cómo se dice adiós
sin exilio ni olvido
si usted se aferra al arrebol
de los barriles de abril
y a sus correos de octubre
Dígame cómo se dice adiós
a ese galeón anclado en mi pradera
si usted circula en mi sangre
y hunta artritis en mis huesos
Dígame cómo le digo adiós
a este diluvio de flores amarillas
si su nombre viene como un tren
desde el mar de los sargazos
cargado de esos trabajadores revividos
que reclaman otra vez
aliento sobre el surco
y un jornal
en la alegría de las madrugadas
Y cómo le digo adiós a la hojarasca
si lo llevo aureliano en el costado
enredado de brazos y de eréndiras
y un racimo de palabras
llenas de sudor y de angustias
y llenas de caminos
de otro arcadio
Si aún llueven en el recuerdo los gabrieles
si los gallinazos llegan detrás de los bananos
si las almendras no han perdido su olor
de amores contrariados
cómo decirle adiós al laberinto del otoño
si espero un pescadito cada viernes
si lo llaman esteban los ecos del acantilado
si el viento del caribe se impacienta
cada tarde en el recuerdo de un castaño
si ríes escondido por la casa tras los marcos
y la soledad se te hace comadreja
Dígame cómo
coronel sin soledades
si alborotas como una úlcera sin remedios
por los manuscritos
más leídos del milenio
que declaran otra vez la revolución
de un coronel que siempre espera
un milagro de gitano frente al hielo
Cómo te digo adiós
sin espantar este payaso
en la trompa de elefante
estas mariposas amarillas
de la melancolía
y esta joven virgen de oro
en el camello triste
Cómo te digo adiós
Gabriel García Márquez
con esta enorme piedra en el zapato
si te llevo en mi pecho
aturdido y desplumado
y más pollito que gallo.
MRD
23 de abril, 2014
¡Albizu seas!
CHIQUI VICIOSO: Los Mitos, A propósito de Julia de Burgos y Mayra Santos Febres
A propósito de Julia de Burgos y la biografía de Mayra Santos Febres
CHIQUI VICIOSO
LOS MITOS
Recuerdo que una vez me acerqué al maestro Oviedo a invitarlo a una obra de teatro de mi autoría y un conocido “promotor” de las artes, me dijo con lascivia que estaba “sorprendido”… Sorprendido de qué si usted no me conoce, le repliqué a este horroroso tipo que proyectaba en mí sus fantasías, o sus desinformaciones.
Recuerdo también en Casa de las Américas, cuando un tipo larguirucho y seco se me acercó con una joven y le dijo “esta es la viciosa más grande que hay”. No tomo ni coca cola, le repliqué y entendió que había metido las cuatro patas. Era otro que proyectaba en mí sus fantasías, o retorcimientos, esta vez a partir de mi apellido,el cual me ha hecho sujeto de múltiples chistes y malentendidos.
En otra ocasión, vi a hombres jóvenes, exitosos y atractivos intentando evitar por todos los medios que sus también exitosas y bellas mujeres sostuvieran una extensa conversación conmigo. Pude haber reaccionado como hay que reaccionar frente al irrespeto, pero lo que hice fue mirarlos con compasión. Dios mío, pensé, cómo pueden ser tan inseguros bajo esa fachada de autosuficiencia del hombre burgués, en todas partes.
Creo poder decir, sin equivocarme, que ninguna mujer desata las especulaciones y fantasías eróticas de todo tipo en la población como las artistas. Mientras es difícil encontrar datos biográficos de los grandes escritores que tengan que ver con sus amores, públicos o clandestinos, sus prácticas sexuales, o sus preferencias afectivas, las biografías de las mujeres están plagadas de ese tipo de inuendo, con los cuales pseudo biógrafos intentan explicar su obra literaria, estableciendo de facto una conexión entre sus textos y sus vidas, como si la obra fuese una fotografía de la intimidad de sus autores.
En este año del Centenario de Julia, siguen abundando los mitos sobre esta mujer que murió estando casada, desde hacia una década con Armando Marín, músico y contable, compatriota suyo, dos semanas después de salir de un hospital y como resultado de la experimentación científica a la que se sometió para la cura de la cirrosis hepática, no de un trágico amor que la llevó a dar tumbos de basurero en basurero “derrotada por el alcohol” y el trágico desamor de un dominicano.
Escandalizados porque conoció y siguió a un hombre que la deslumbró con su intelecto, pocos recuerdan que al encontrarse con él ya Julia se había divorciado de su primer esposo Rubén Beauchamp, a quien conoció no en un Bar sino en las luchas nacionalistas.
Según los mitos que abundan, producto de mentes que proyectan en ella sus propias perversiones estructurales, a Julia Juan Isidro la “drogaba con morfina para que practicara sexo grupal con otras mujeres”, calumnia que ponen a circular “las malas lenguas”, pero que repite sin ningún respeto por su memoria una mujer escritora que se supone independentista: Mayra Santos Febres, con pretensiones de biógrafa.
Yo que conocí a Don Juan Isidro, y tuve el honor de ser depositaria de su confianza en lo que se refiere a su relación con Julia, sé no solamente que Don Juan Isidro era un caballero de su época, sino también que amaba a Julita, como le llamaba, hasta el delirio. Y cuando uno ama así no comparte al que ama ni con su sombra.
La otra falacia, fácil de corroborar a partir de los archivos del Departamento de Corrección de la ciudad de Nueva York, es que a Julia, que solo media 5.8, es decir que era más bajita que yo, “le cortaron las dos piernas porque no cabía, como un fenómeno de circo, en el ataúd”. Tanto los rércords de defunción, como el ataúd que finalmente albergó sus restos y fue velado en Puerto Rico, evidencian un sensacionalismo barato que nada contribuye a obras de ficción, o pretendidas biografías, de una poeta que es bandera de lucha de su indomable país, y como tal no merece que lo que se legue al estudiantado de borinquen sean especulaciones, o baratos chismes, de quienes la utilizan y han utilizado, para ganar notoriedad.
A Mayra Santos Febres y a Diógenes Valdez, les remito a las palabras de Don Juan Bosch: “Julia era una mujer muy discreta y muy equilibrada. De unos modales muy correctos. Siempre muy limpia, elegante, alta, de muy buena presencia, y una lectora y estudiante muy buena, porque pasaba horas enteras leyendo allá en la casa, los libros que traía de la Universidad”. “Nunca le oí cotidianidades, o expresiones fuera del buen tono”.
A Julia, afirmo, se le puede aplicar lo que le dijo un sacerdote peruano a Bolívar: “Vuestro nombre crecerá con los siglos, como crece la sombra cuando el sol declina”.
Chiqui VICIOSO
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Yo misma fui mi ruta
viernes, 11 de abril de 2014
Revista ÓMNIBUS
(España), Número 46
https://sites.google.com/site/omnibusrevistainterculturaln46/
Puerto Rico es la Antilla Mayor más oriental del Mar Caribe. Contigua a la antigua isla Española, hoy República Dominicana, donde se estableció el primer enclave de la conquista española de América, Puerto Rico vivió las mismas vicisitudes de los tres siglos coloniales comunes a toda Nuestra América, mas quedó, igual que Cuba, fuera del proceso emancipatorio hasta que Estados Unidos se decidió a capturarla como botín de guerra en 1898. La definición legal de Puerto Rico hecha por el Congreso de Estados Unidos es la siguiente: Puerto Rico pertenece a, pero no es parte de, Estados Unidos. El hecho fundamental de la historia puertorriqueña a todo lo largo del siglo XX está determinado por esa condición colonial y una explotación de factura muy diferente a la del resto de los países latinoamericanos. La mitad de la población vive en el exilio. La mitad de la población residente recibe ayudas y subsidios directamente del gobierno. La economía está construida en función de la norteamericana y hacia allá se canaliza toda la riqueza producida. El gobierno de Puerto Rico carece de poderes y controles eficaces más allá de lo que parece franco histrionismo y disimulo. Por eso no puede ocupar una silla en la CELAC o en la UNESCO. Puerto Rico es una nación nómada y desterritorializada en la que sus héroes han muerto encarcelados, asesinados o en el exilio. Pero el vernáculo, en Puerto Rico, sigue siendo el español.
(España), Número 46
https://sites.google.com/site/omnibusrevistainterculturaln46/
Poesía de Puerto Rico
Por Marcos Reyes Dávila
Puerto Rico es la Antilla Mayor más oriental del Mar Caribe. Contigua a la antigua isla Española, hoy República Dominicana, donde se estableció el primer enclave de la conquista española de América, Puerto Rico vivió las mismas vicisitudes de los tres siglos coloniales comunes a toda Nuestra América, mas quedó, igual que Cuba, fuera del proceso emancipatorio hasta que Estados Unidos se decidió a capturarla como botín de guerra en 1898. La definición legal de Puerto Rico hecha por el Congreso de Estados Unidos es la siguiente: Puerto Rico pertenece a, pero no es parte de, Estados Unidos. El hecho fundamental de la historia puertorriqueña a todo lo largo del siglo XX está determinado por esa condición colonial y una explotación de factura muy diferente a la del resto de los países latinoamericanos. La mitad de la población vive en el exilio. La mitad de la población residente recibe ayudas y subsidios directamente del gobierno. La economía está construida en función de la norteamericana y hacia allá se canaliza toda la riqueza producida. El gobierno de Puerto Rico carece de poderes y controles eficaces más allá de lo que parece franco histrionismo y disimulo. Por eso no puede ocupar una silla en la CELAC o en la UNESCO. Puerto Rico es una nación nómada y desterritorializada en la que sus héroes han muerto encarcelados, asesinados o en el exilio. Pero el vernáculo, en Puerto Rico, sigue siendo el español.
En la segunda y la tercera décadas del
siglo el pueblo de Puerto Rico se armó con una prédica nacionalista para
enfrentar al gobierno norteamericano. La respuesta fue una intensa represión y
la creación a mediados de siglo de un estatus político ambiguo que cedió a los
puertorriqueños ilusiones de autonomía política. Desde entonces sólo se han
efectuado retrocesos y una penetración cada vez más absorbente con los
instrumentos de la explotación neoliberal.
Dentro de esos parámetros la poesía en
Puerto Rico siguió en el siglo XX derroteros no muy diferentes a los de los países
hermanos del Caribe y Centroamérica. El Modernismo a principios de siglo y los
subsiguientes movimientos de la Vanguardia rescataron los valores tradiciones
de una identidad multicentenaria puesta bajo asedio, el descubrimiento y la
afirmación de nuestras raíces afroamericanas e indígenas, el criollismo, el
tránsito a la urbe cosmopolita, la emigración y los temas metafísicos. En ese
primer medio siglo nombres como José de Diego, Luis Lloréns Torres, Luis Palés
Matos, Julia de Burgos, Juan Antonio Corretjer, Francisco Matos Paoli, Evaristo
Ribera Chevremont, entre otros, son imprescindibles. Ya para los sesentas, la
nueva generación de poetas se vinculó con la fermentación política generada por
la revolución cubana, el golpe de estado a Juan Bosch en la República
Dominicana, la Guerra de Viet Nam. Entonces se fundó la revista Guajana y otras revistas. El último
cuarto de siglo fue una reacción a la militancia política y social,
instrumentada con un regreso a la interioridad, una problematización del sujeto
y de la identidad, muchas veces desde distintas orillas de la marginalidad
social y la profesionalización literaria. Asoma la abulia y la apatía, la
asintonía, el desahucio ideológico, el performance, el sincretismo y el
canibalismo. No obstante, la intensa reacción que a todos los niveles y en
todas partes tiene la celebración del centenario de Julia de Burgos, poeta de
la generación del treinta, nacionalista, socialista, transgresora de los
convencionalismos chatos de la burguesía y la moralidad doméstica, da cuenta de
un espíritu combativo que augura derroteros inéditos para Puerto Rico.
La selección de poetas pudo haber estado
compuesta por otros tantos. Sin embargo, la mayor parte de los nombres hubiera
estado presente de todos modos.
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