miércoles, 26 de diciembre de 2012

El colibrí de las miserias



El colibrí de las miserias                                   

        “ Si tú me hubieras dicho.
          Te conocí y he muerto.”
          Poemas de la consumación, Vicente Aleixandre.


A veces quisiera olvidar tu nombre
Perderlo en los archivos

del camino
Colgarlo de los cables de un poste
Deletrearte en un ahogo
sin miserias
Caído
El cántaro está roto   
como esas ramas secas
de los huesos
comedidamente consumidos

Pero cómo quisiera
hablar de la esperanza
Cuánto quisiera ignorar el hambre
que se acuclilla de espanto
en las aceras
por donde pasa la vida indiferente
El dolor que se nos entra
en las venas
como un suero
y nos troca garabato
La arruga que se estruja en la mirada
El golpe huérfano
sobre el lomo vencido que supura
en la escritura más sagrada

Un colibrí de barro
aparece de pronto en el humo del olvido
justo cuando no quiero mirar
la vena abierta a la pena
cuando no quiero llorarte
ni llorarme
cuando se rompe
o se va
ardiente
drogado de grietas
y el colibrí se lleva cada uva de mi llanto
y el vino agrio que se fue
la brizna leve de una sonrisa fugitiva
la mirada naufragada y marchita
en la cáscara de su nostalgia
el infarto del sol de esta mañana
el hilo roto de la historia
que hace el entramado de la vida
todo lo que el viento se llevó
como un fósforo que se consume
y luego se quiebra
Somos el destino
de un humo que se aleja
El eco de un grito lejano
que se dispersa.




Marcos Reyes Dávila
¡Albizu seas!

El Legado de los Imperios en América Latina


[Publicado en CLARIDAD, Versión Digital]


Un libro de Rodrigo Quesada Monge: 

El legado de los imperios en la América Latina





Perfil de Autor
Publicado: martes, 18 de diciembre de 2012
Rodrigo Quesada Monge (RQM) es un eminente historiador –y novelista– costarricense, ya retirado de la vida académica universitaria, no de la historia. Aunque nos ha dicho repetidamente que gracias a la Revista EXÉGESIS (UPR-Humacao) salió del aislamiento nacional al reconocimiento internacional, lo cierto es que el rigor académico y científico de una obra vasta lo hacen inopinadamente, acreedor del reconocimiento internacional. Por eso EXÉGESIS lo invitó hace algunos años a ofrecer una conferencia magistral en la Universidad de Puerto Rico en Humacao.

Acabamos de dar lectura a una de sus últimas obras, sobresaliente y provocadora como todas las otras. Se titula: “América Latina 1810-2010, El legado de los imperios” [Costa Rica, EUNED, 2012, 410 págs.] En la portada hay una imagen que agrupa a seis de los grandes protagonistas de la historia latinoamericana. Desde la izquierda: Francisco de Miranda, Benito Juárez, José Martí, Ramón Emeterio Betances, José de San Martín, y, naturalmente, Simón Bolívar. Todos ellos protagonistas de las luchas decimonónicas de la emancipación, pues el libro está concebido en conmemoración de los bicentenarios que se celebran en estos años por toda Nuestra América. Si bien la presencia de la imagen de Betances ya salva a Puerto Rico de la ausencia casi perpetua en este tipo de libros, para nuestra sorpresa el epígrafe es de Eugenio María de Hostos. Se trata de un texto en el que Hostos llama al lector a comprender las profundas diferencias en el desarrollo entre el norte y sur de las Américas estudiando a fondo las diferentes fuerzas de la historia que actúan en ambos hemisferios.

Pero, en rigor, no se trata de un libro de historia convencional. El objetivo del libro es la indagación de la historia de los procesos político-económicos latinoamericanos insertados en la dinámica de las diferentes fuerzas imperiales que han saboteado y torcido nuestras luchas por la libertad. [Me disculpo por hablar como latinoamericano.] Ese objetivo lleva a RQM a explorar la política de los poderes imperiales, particularmente los de Occidente, destacando, como es perentorio hacerlo, los casos protagónicos del imperialismo británico y del norteamericano.
Son numerosas las cosas que se aprenden en este libro escrito con carácter docente, es decir, para ser utilizado en un curso universitario. El libro es rico en provocaciones conceptuales, en puntos de vista, en el sondeo de los fenómenos históricos, como es de esperar en un historiador consumado que atesora una bibliografía de alrededor de 350 títulos.
Quesada Monge divide el libro en siete capítulos:

  1. América Latina: la economía política del imperialismo;
  2. América Latina. El Imperialismo Histórico. El Libre Comercio o la Diplomacia de Dios (1810-1850);
  3. América Latina. El Imperialismo Histórico. La Acumulación por Despojo (1850-1898);
  4. América Latina. El Imperialismo Permanente. La era de las intervenciones (1898-1933);
  5. América Latina. El Imperialismo Permanente. La Era de las Dictaduras (1933-1961);
  6. América Latina. El Imperialismo Permanente. La Era de las Revoluciones (1961-1991); y
  7. América Latina. El Imperialismo Permanente. La Era del Neoliberalismo, la Globalización y la Nueva Izquierda (1991-2010).

Como se ve, el primer capítulo está dedicado a definir conceptos. Los dos siguientes, a lo que RQM llama “Imperialismo Histórico”, y los últimos cuatro capítulos, a lo que llama “Imperialismo Permanente”. Al final, un capítulo no señalado de “Conclusiones”. Un libro de estas pretensiones no puede darse el lujo de ignorar las decisivas aportaciones que al respecto del tema hizo el marxismo, particularmente, Lenin y Trostky, pero RQM, que es un estudioso tenaz y actualizado, no se reduce, como es de esperar, a eso.

RQM llama “Imperialismo Histórico” el imperialismo con colonias que efectuaron en toda la América Latina (Brasil incluido) las potencias europeas durante todo el periodo de emancipación y de constitución de los estados nacionales, iniciado en el 1810 hasta el 1898. Ese imperialismo estuvo dominado por Inglaterra, en competencia desde entonces con los norteamericanos que muy tempranamente manifestaron en la Doctrina Monroe (1823) sus “derechos” de explotación de los países latinoamericanos. El “Imperialismo Permanente”, según RQM, es aquel instrumentado en la América Latina por Estados Unidos a partir de la Guerra Hispano-antillana-norteamericana de 1898 como parte de un proceso de dominación imperial mundial que se aceleró, en todo el planeta, tras la Primera Guerra Mundial. En este imperialismo juegan un papel central las compañías transnacionales y las estructuras financieras y corporativas, acompañadas siempre, claro está, del uso de la fuerza militar. RQM llega a afirmar que, “el imperialismo permanente es la globalización de nuestros días” (46).

Destaco, para no alargar mucho esta exposición, unos pocos señalamientos que me llamaron la atención:

  1. El imperialismo contra la América Latina y el Caribe es “permanente” porque es permanente la guerra contra estos pueblos. El imperialismo –capitalista, claro está– no puede subsistir sin esa expropiación forzada o ese despojo constante. (41)
     
  2. Nunca ha cristalizado el imperialismo / colonialismo sin la “cohabitación” con los funcionarios de los países intervenidos. (54)
     
  3. El imperialismo saboteó y anuló todos los proyectos de integración latinoamericana, desde el Congreso de Panamá al que convocó Bolívar, hasta la Unión Centroamericana, pasando por mantener la estabilidad del dominio colonial español en Puerto Rico y Cuba.
     
  4. La explotación capitalista en diferentes países, alcanzó niveles de explotación y genocidio solo comparables a los de la Alemania nazi. (85)
     
  5. Cita de Michel Beaud: “El capitalismo no es una persona ni una institución. Ni quiere, ni elige. Es una lógica actuando a través de un modo de producción: lógica ciega, obstinada, de acumulación.” (86)

  6. El dominio del istmo jugó siempre un papel protagónico en la historia del imperialismo y de las rivalidades entre el imperialismo inglés y el norteamericano que determinó la mala suerte de toda la región. Más allá de la United Fruit Company, los afanes de construcción de un canal interoceánico trazaron, junto a la política de las compañías de ferrocarriles, las sucesivas, e incesantes intervenciones militares norteamericanas en todos los países centroamericanos y la permanente presencia de los dictadores y caudillos instalados como mayordomos del imperio.
     
  7. Asombra comprobar, en una tabla sobre los regímenes dictatoriales en América Latina desde el 1930 hasta el 1990, que hayan padecido de dictaduras por periodos tan prolongados países como El Salvador (52 años), Guatemala (45 años), Bolivia y Ecuador (40 años), Argentina (38 años), y esa tabla no incluye ni a Puerto Rico (todos esos años), Nicaragua, Cuba, Haití, Dominicana. (175)
     
  8.  Los ingredientes “naturales” de las dictaduras latinoamericanas son tres: el apoyo de Estados Unidos, el control sobre el ejército y la burocracia estatal, la alianza con un sector de la clase dominante local. (183)
     
  9. La Cubana es la única revolución triunfante en la historia de la América Latina. Según RQM, Cuba puso a la América Latina en la conciencia política y cultural de las universidades y el corazón de los pueblos oprimidos del planeta. (210) El bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos es una de las acciones “más infames de que se tenga memoria en la historia política y diplomática de este hemisferio”.
     
  10. La estrategia de penetración y control imperialista contó con instrumentos de camuflaje diseñados con las máscaras de la ayuda militar, tecnológica, científica y económica [también educativa] a través de instituciones como la AID, el NED, el NRI, la IFES, la CFD, el FTUI y el ILKS, constituidas, supuestamente, para promover el desarrollo, la democracia, los sistemas electorales, la libre empresa, la cooperación y entrenamiento militar, e incluso la solidaridad laboral.
     
  11.  El Neoliberalismo es un proyecto dirigido a la reorganización del capitalismo internacional con el fin de restablecer las condiciones de acumulación de capital y restaurar el poder de las élites económicas (D. Harvey, 242).
     
  12. Cuba es el único proceso verdaderamente revolucionario vigente en la América Latina, puesto que los procesos en desarrollo en países como Uruguay, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, e incluso Venezuela, están articulados en una plataforma más afín al neopopulismo. Su carácter revolucionario es más de lenguaje democratizador que de práctica transformadora de la economía, ya que en ninguno de esos casos se ha roto con la legalidad burguesa ni con el capitalismo mundial, como sí hizo Cuba en los primeros años de la revolución. Sí hay en esos países un afán de atender las necesidades de las grandes mayorías desfavorecidas, pero ello sin romper con las instituciones financieras del imperialismo mundial, ni transformar de manera irreversible las relaciones de producción (330).

Muchísimas otras reflexiones pueden extraerse de un libro tan rico como éste. Mas, esta última aclaración (la número 12), es la que le agradezco más a Rodrigo Quesada Monge. Me evitaré –si los desarrollos de los próximos años no avanzan más allá– la desilusión de ver regresar en esos países modelos políticos más acordes con la política imperialista del neoliberalismo. Su voracidad nunca se sacia ni termina.



Marcos Reyes Dávila
¡Albizu seas!

jueves, 13 de diciembre de 2012

Sari




Sari

       
Intento viajar cual polen de luz, despertar,
        en el sol, en un poema, un verso, al menos uno.

                                                                             Lauristely Peña



Sari es un vestido de la India
Un largo lienzo que la recoge entera
y se carga

como un bebé
sobre un hombro
Mi hermana
mira ese álbum de sus días
el pozo en el desierto
la sed sin desamparos
el espejismo
de un sueño
sin espejo
los soles de la sal
Mas la vida es un muelle de sorpresas
un inventario del azar
un andén que vibra al despertar
mientras corren en torno
los celajes
y a tutiplenes la risa
y le llueven en cada hora
los tereques inaplazables
de la urgencia
Cada día cientos de niños
la apartan del beso de la luna
De esa canción que a veces
escurre por el cuerpo
sus alarmas y sus plumas
y sueña que cocina
un amanecer de plácida agonía
justo cuando el sol se pone sus naranjas
y un hijo se convierte
en un duende acojinado
Deseabas viajar en el polen de la luz
y despertar en el verso de un poema
Y allí has vivido siempre
hermanita de los versos
aunque acaso sin saberlo.


Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
 

martes, 11 de diciembre de 2012

EXÉGESIS 72


Anunciamos que está YA en imprenta,
para distribuir durante el mes de enero 2013,
el número 72 de la Revista EXÉGESIS:

ÍNDICE

Cincuentenario
Universidad de Puerto Rico en Humacao:
Cinco décadas

    Félix Castrodad                         4

Guajana 50

De los corazones sin edad de Guajana en su
Cincuentenario: la Revista,
Ramón Felipe Medina, Andrés Castro Ríos

    Marcelino J. Canino Salgado            10   
"Guajana" y yo
    Juan M. Rivera                                  26

Los Trascendidos
    Ernesto Álvarez                     35

Crítica
Sujeto ensayístico, discurso y cultura en
"El perfil del hombre y la cultura en México"

    Idalia Morell Marrero                    44

"Piojos sin patria": la identidad zoológica en
la escritura de Guadalupe Dueñas

    Mariana Libertad Suárez                55

Física
Las Torres de Transmisión de Telefonía Celular
y los posibles efectos en la salud de las
comunidades

    Abraham Ruiz García                52

Literatura
"Voces de la memoria, Centenario en
el Bicentenario"

    Isabel Gómez y Ángel Pizarro          70

Reseña
"El exilio español ante los programas de identidad
cultural en el Caribe insular"
(De Carmen Cañete Quesada)

    Roberto Mori González                          75

Contraportada

Guajana es cañabrava
    Marcos Reyes Dávila

viernes, 7 de diciembre de 2012

Feliz Año 2013


jueves, 6 de diciembre de 2012

Como salta el agua en la cascada



Como salta 
           el agua 
      en la cascada

 
El llamado”, L. Palés Matos       
El agua de los ríos que corriendo duerme y no ve nada pero   atajada en las pozas abre los ojos y lo ve todo con mirada honda...” M.A. Asturias: Hombres de maíz.
                               
 

Nunca se extravía un colibrí
Busca en el convite del camino
y llama como un dedo desde allá
en la mano de las flores

Me llama con cara de mimo
y bigote de chaplín
Me llama desde allá
coqueto y payasito
Con cara de melo
de trapecista del viento
y flautista de hamelín
cuando atajado en la poza

no hallamos sombra
para un sueño
y oímos pasar los pájaros
toda la noche
aferrados a la orilla de un desahucio

Sí, el tiempo es humo extraviado
en el archivo fugaz del calendario
Me llama desde allá...
Pero huele a aguacero
en el granero
y los ojos de mis luciérnagas
aún te buscan un cielo mudo
para amarte 
Y aún soy vega y quebrada
y puente
y agua llovida
Y habita en mí el río vivo de los días
sordo a la queja de las sombras
y aferrado a la memoria
del viento
de la luz
y de las aguas
Pues cuando se ama de oído
cuando se palpa en la vena
las cuerdas de un madrigal
y mana lentamente el manantial
nada nos roba el sueño de cantar
como salta
jubilosa
el agua en la cascada

Me llama desde allá
muy pajarito.


Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas! 


viernes, 30 de noviembre de 2012

Palestina y Puerto Rico


jueves, 29 de noviembre de 2012

ARTE Fino



Arte fino

            
“La mañana es un pecho florecido de cielos”.
                                                   Zoé Jiménez Corretjer


Ante ti

y para ti
afino cada día
mis pinceles
mis cuñas y mis lápices
como la línea misma del horizonte
cuando no sabe
si se aciela o se amarina
Afino
cuando te desbordas
del lienzo o de la vela
cuando no cabes entera en mi beso
cuando me anego
en el pozo de tu beso
cuando te desenredas y me enredas
Regreso entonces
al bloque de granito
para desamordazarte
Y para recobrarte
    colibrí
tus aromas de narciso
y terciopelo
Poco a poco
te aparejo en los tereques
te adobo en la cocina
y me envainas
te agrano los cereales dulces
y me endulzas
te arrullo los colores del canto
y me atormentas
Durante medio siglo
de explorarte
aprendí a alunizarte plenilunios
A aterrizarte en los jardines
A amarizarte azul
A jalearte y empanarte
los manjares
la melaza al atracarte
a delinearme al delinearte
de espalda o de frente
A acoplarte
y a desabotonarte
A detonarte el zíper
arroparte y calentarte
a cubrirte y descubrirte
la oceánica inmensa
La pradera profunda de tus cielos...
Y a simplemente
amarte.



Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!

martes, 27 de noviembre de 2012

Puerto Rico: Historia del PORVENIR en el Caribe




Puerto Rico
historia del porvenir 
en el Caribe *            
         “Escoge entre tu voluntad y una pistola.”
                                        Eugenio María de Hostos

Un archipiélago puede pensarse como una estructura de partes interrelacionadas que comparten, a pesar de todo, y más allá del color local de la otredad, las mismas fuerzas fundamentales del pasado histórico que generaron el presente que vivimos, y los mismos peligros del porvenir. Nótese, nada más, cuán disímil es este mundo del Caribe que en su extremo este vive aún la desintegración colonial y neoliberal de Puerto Rico, y en el oeste, más allá de la revolución cubana institucionalizada, en México, los peligros desintegradores del narcotráfico que llenan los titulares del mundo. Mas, por
encima o por debajo de esa disimilitud se mueven desde hace siglos las mismas fuerzas integradoras y desintegradoras. Fuerzas que, sirviéndome del eco de algunos amigos, levantan hoy, con fuerza y paciencia ardiente, la nostalgia de las utopías de nuestra juventud, la paradójica nostalgia de aquel futuro de los años sesenta, o de aquella otra que se puede retrotraer hasta Bolívar, hasta Juárez, o hasta el rostro de Maximiliano asesinado con cara de Muamar Kadafi, nostalgias de un porvenir que parecen deshacer los vientos de la historia reciente.
    Digamos, entonces, que el Caribe, que comparte con toda Nuestra América la conmemoración de las luchas emancipadoras bicentenarias, tiene no obstante al margen, más confundido que olvidados, pueblos como Puerto Rico que no pueden participar de la fiesta.
**  Mas Puerto Rico es parte integrante del mundo nuestro, de modo que sin él, la casa no está completa, ni está completa la gesta y la promesa de Ayacucho, como decía Eugenio María de Hostos.
    Si repasamos someramente la historia veremos cómo desde hace siglos se inyectan en nuestro mundo los peligros del porvenir. El futuro del Caribe, como sabemos, lo define su pasado. En unos villancicos de 1676, Sor Juana Inés de la Cruz, la egregia mexicana que despunta señera, allende los mares, en el Siglo de Oro de las letras españolas, introduce la voz de un negro, tal como lo hizo en años anteriores. Esta vez, para nosotros, se destaca un detalle de identidad: trátase de un negro puertorriqueño. La introducción de un negro carece de novedad en la obra de Sor Juana. Sabido es la postura ampliamente inclusiva y sincrética de la cultura y de la obra de la monja en la que abundan negros, campesinos e, incluso, indios que hablan en versos en náhuatl. No obstante, no dejan de asombrar los primeros versos de un negro puertorriqueño*, seguidos luego por algunas coplas:
        ¡Tumba, la-lá-la; tumba, la-.lé-le;
        que donde ya Pilico, escrava no quede!
        ¡Tumba, tumba, la.lé-le; tumba, la-lá-la
        que donde ya Pilico, no quede escrava!

    Los versos de Sor Juana evocan entrañablemente la obra señera de Luis Palés Matos. Palés, poeta nacido en el 1898, es quizás el más reconocido poeta del siglo XX en Puerto Rico en virtud de méritos varios, mas de manera prominente, por la creación de un arte poético sincrético de raíces afrocaribeñas que le recordó a la élite intelectual nacional hispanófila la indiscutible aportación de los diversos grupos africanos a la formación de la nacionalidad puertorriqueña y de la cultura caribeña toda.
    Puerto Rico fue capturada para la cultura de Occidente en el segundo viaje de Colón (1493). En ese sentido, fue parte de la plaza primera de la conquista y colonización europea de las Américas. Su posición oriental determinó, entre otras cosas, que se le convirtiera en puerto de transbordo y en plaza fuerte del régimen colonial, hecho que repercutió en el siglo de la emancipación cuyo bicentenario celebran los demás países de Nuestra América, pues, aunque Simón Bolívar contemplara incluir a Cuba y Puerto Rico en sus proyectos de liberación, otros intereses frenaron sus deseos, entre ellos, las ambiciones de expansión del nuevo gobierno norteamericano plasmadas de manera soberbia en la doctrina del “destino manifiesto”. De esta suerte, ambas Antillas quedaron fuera del alcance de las iniciativas emancipatorias latinoamericanas, aunque quedaran, sin embargo, atrapadas muy pronto en las redes comerciales de los Estados Unidos. A pesar de que en las Antillas se gestó un movimiento de liberación coordinado desde el exilio que forjó la utopía de una confederación antillana, la historia no pudo evitar la intervención en la contienda de Estados Unidos en el 1898. El 1898 es el año que cifra la realidad puertorriqueña desde entonces y que determina las características fundamentales del siglo XX en Puerto Rico.
    La economía de Puerto Rico –después del llamado “situado mexicano” del que damos gracias–  dependía de la norteamericana aún bajo el régimen colonial español, y desde varias décadas antes de su conquista y ocupación. El Tratado de París (de 1898) solo certificó lo que era desde mucho antes un hecho. Es innegable que el movimiento autonomista, que a duras penas logró sobrevivir a la estrangulación del régimen monárquico español, quedó deslumbrado ante la ilusión de que Puerto Rico llegase a ser anexado como un nuevo estado del país “más libre y próspero” del planeta. Para toda la América Latina, pero de manera más acuciante en Centroamérica y las Antillas, la “nordomanía” fue un factor inmarginable en el desarrollo de los procesos políticos y los desarrollos económicos. Desde el exilio, Ramón Emeterio Betances y, de regreso, ya en suelo patrio, Eugenio María de Hostos, advirtieron que Estados Unidos se convertía en un imperio, negando con ello los principios de su propia constitución. Tras el régimen militar inicial, la Ley Foraker de 1900 estableció los parámetros, infranqueables e inamovibles, establecidos por el Congreso: “Puerto Rico pertenece a, pero NO es parte de, Estados Unidos”. Esa misma ley creó la Ciudadanía de Puerto Rico. No obstante, en el 1917, justo a tiempo para llamar a los puertorriqueños a servir en sus fuerzas armadas en la Primera Guerra Mundial, el Congreso “impuso” a los ciudadanos puertorriqueños la ciudadanía estadounidense.
    Durante las primeras décadas del siglo, Estados Unidos gobernó directamente a la nación nombrando un gobernador norteamericano y una cámara alta. Este gobierno estableció los cauces de la incorporación de los recursos Puerto Rico dentro de los parámetros de los intereses norteamericanos y de una progresiva asimilación que no excluyó la enseñanza obligatoria del inglés, durante el primer medio siglo, ni el establecimiento de dicho idioma como idioma oficial. Algunos llamaron a este proceso en, los años setenta, “transculturación”. Otros, oscilaron entre los términos de americanización y de modernización.   
    No obstante, en el país se fue gestando la protesta. Aún muchos de aquellos que dieron vítores a la bandera que entraba a tierra al frente de las tropas, tras el cañoneo de San Juan, soñando con que Puerto Rico se convertiría en un nuevo estado de la federación, pronto tomaron conciencia de la realidad de los hechos arropados por el desahucio colonial de sus ilusiones. Con la bandera y la lengua, todos los símbolos patrios la identidad misma del puertorriqueño, habían sido prohibidos y criminalizados.
    En el 1930 fue electo presidente del Partido Nacionalista Pedro Albizu Campos. Albizu se convertiría en una figura heroica y legendaria que retaría, incluso con el uso de las armas, el dominio norteamericano. Sufrió por ello la más feroz represión del régimen colonial y tuvo que vivir la mayor parte de su vida tras las rejas. Sin embargo, ante el empuje de un pueblo que canalizaba de muy diversas maneras su reclamo de reivindicaciones proclamando su identidad nacional, el gobierno norteamericano dio marcha atrás a la imposición durante medio siglo del inglés, y, eventualmente, impuso un modelo autonomista cuya figura protagónica fue Luis Muñoz Marín. En el 1952 se creó la imagen ilusoria de un estatus que llamaron “Estado Libre Asociado” (ELA), con una constitución, enmendada y refrendada por el Congreso norteamericano, un gobernador y cámaras legislativas puertorriqueños, y una bandera finalmente descriminalizada. El régimen mantuvo tras bastidores, no obstante, todos los poderes plenarios del Congreso sobre Puerto Rico en lo que se dio en llamar la jurisdicción de la “esfera federal”, esto es, el control colonial de todos los factores de importancia estratégica, incluidos los tribunales “federales”, las leyes de cabotaje, el control de aduanas, las instalaciones militares, la economía, moneda, ciudadanía, industria, las comunicaciones, entre otras cosas, y todo aquello que el Congreso determinara, unilateralmente, de interés nacional norteamericano, como el precio de la leche y de los huevos. A pesar de ello, el gobierno de Estados Unidos convenció al Comité de Descolonización de la ONU en el 1953 de que Puerto Rico se había autodeterminado libremente. Eran los años del triunfo en la Segunda Guerra Mundial.      
    Estados Unidos no mostró vergüenza alguna al utilizar, frente al desarrollo del nacionalismo en Puerto Rico, todo el poder del estado imperial a través de todas sus agencias de seguridad, civiles y militares, el asesinato, la represión judicial e, incluso el uso de las fuerzas armadas. Sin embargo, tuvo más éxito con el patrocinio del exilio, las subvenciones económicas para una enorme porción de la población, el control de los medios de comunicación y de la enseñanza, la militarización del país y la drogadicción. Desde Martinica, Fanon explicó que todo régimen colonial deforma el espíritu del colonizado de modo análogo a cómo se deformaba el pie de las mujeres chinas.    
    El gobierno de Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial impulsaron profundos cambios en la sociedad puertorriqueña. Del monocultivo de la caña de azúcar de las primeras décadas, se pasó a un proceso de industrialización que arruinó la agricultura e impulsó la emigración masiva del campo y la montaña a la costa y la capital, y desde allí a los Estados Unidos. La Revolución Cubana benefició durante un tiempo a la isla pues Estados Unidos quiso proponer a Puerto Rico, ante Nuestra América, como alternativa, es decir, como “vitrina de la democracia” al estilo norteamericano. Sin embargo, tan solo unos lustros más tarde, los cambios profundos operados en un mundo descolonizado, la crisis del mundo socialista y la caída de la Unión Soviética, la expansión del tráfico de drogas, la militarización, y el auge del modelo neoliberal de fin de siglo trajeron consigo la quiebra y la ruina de un país descapitalizado, inflado artificialmente por una economía sin raíces propias, subvencionada por los programas de asistencia social del imperio, tan incapaz e impotente que, siendo isla, carece de una industria pesquera.
    Desde el 1968 reina en el país un bipartidismo práctico, bipartidismo que bien mirado es ilusorio pues ambos partidos comparten en lo fundamental el mismo programa económico: el de los empresaurios. El independentismo, que no ha desaparecido del todo, sucumbió ante la intensa represión del segundo medio siglo a manos de operativos de inteligencia, y con la ayuda del amplio consumo de drogas, de los programas de asistencia social y de la propaganda omnipresente, mas no sin dejar de articular respuestas heroicas como la del grupo autodenominado “Macheteros” –o Ejército Popular Boricua– que protagonizó golpes espectaculares como la destrucción de los aviones de combate de la “National Guard”, el robo de mayor envergadura en la historia norteamericana, y el ataque con bazuca al edificio que alberga las instalaciones del FBI y la Corte imperial.  
    La bancarrota del país en el espacio de entresiglos ha sido un hecho inexorable de la fatalidad. Tras la caída de la Unión Soviética y el abandono de la política que ofrecía a Puerto Rico como vitrina del éxito norteamericano, Estados Unidos, encauzado desde Reagan por una política derechista neoliberal, recortó los créditos contributivos que sostuvieron el financiamiento del ELA –la llamada sección 936 del código de Rentas Internas norteamericano–, desalentando de ese modo la instalación de nuevas industrias. Las leyes de cabotaje que encadenan el comercio de Puerto Rico a la marina más cara del planeta hicieron imposible el desarrollo de un megapuerto de transbordo que se planteó como sustitución de las empresas 936. La privatización de todo se propuso como la solución ideal ante un gobierno incapaz de resolver las dificultades crecientes. De la mano de la privatización, en un dualismo inalterable, vino, como viene siempre con ella, la corrupción.
    El Puerto Rico del siglo XXI es un país a la deriva, desterritorializado y nómada, descapitalizado y quebrado. Desde principios de 2010 se comenzó a fraguar una crisis institucional producida por una merma sustancial en el presupuesto que consignó el nuevo gobierno de Puerto Rico, resultado a su vez de la crisis fiscal que afronta un país que ha visto reducir en los últimos lustros su tasa de empleo a un 40 %, su población en un 2.2%, su economía en un 10%, y su riqueza nacional en alrededor de 50 mil millones de dólares.    
    El gobierno electo a fines del 2008, asumió con intransigencia ciega la fórmula neoliberal y neofascista que ha estado prevaleciendo en gran parte del mundo capitalista occidental. Sus primeras acciones estuvieron dirigidas a poner en suspenso el estado de derecho prevaleciente en Puerto Rico, con el pretexto de esa crisis fiscal, y bajo el amparo de una ley que derogó convenios y leyes laborales, retrocedió las conquistas laborales y las condiciones de empleo en el país, a la vez que decretó el despido de cerca de 40,000 empleados públicos, muchos de los cuales disfrutaron durante décadas de la ilusión de ser empleados permanentes. Simultáneamente orquestó, por vía legislativa, la eliminación de numerosas instituciones que articularon durante más de medio siglo la participación democrática en los asuntos del país como el Colegio de Abogados, a la vez que alteraban la constitución de otros instrumentos del poder para garantizar de ese modo el control directo e inmediato de los mismos. Gobiernan comités del partido en todos sitios. Entre estos, se destaca de manera prominente el Tribunal Supremo de Puerto Rico y la Universidad de Puerto Rico (UPR).
En Puerto Rico, ese proyecto contempla la destrucción de la identidad nacional puertorriqueña enmascarada con la vestimenta de un estado “latino”, una especie de producto “transgénico” que no es ni puertorriqueño ni mexicano ni cubano.
    Veamos algunos datos objetivos del Censo del 2010 publicados en el diario “El Vocero” el 23 de octubre pasado:
    En Puerto Rico hay 3.7 millones de habitantes. Casi la mitad de la población vive bajo el nivel de pobreza. El 37 % de la población depende del Programa de Asistencia Nutricional federal (PAN). En la última década se ha ido del país más de medio millón de puertorriqueños, lo que significa fuga de conocimientos, pues la mayor parte de ellos son jóvenes graduados. Puerto Rico tiene una diáspora ascendente a 4.2 millones de boricuas que vive en Estados Unidos. Hay un desplazamiento más amplio que en países como Irak, Afganistán, Somalia, Sudán y Palestina, donde el exilio obedece a guerras civiles o intervenciones extranjeras. La población menor de 18 años se redujo a 17 %, lo que significa que Puerto Rico se ha quedado sin clase trabajadora, con más pobres, dependientes, personas marginadas y discapacitadas. Para colmo, tenemos 726 mil personas con algún tipo de discapacidad, que equivale al 20 % de la población. Los discapacitados y los niños suman 1.5 millones, o sea, la tercera parte de la población.
    El 80 % de los maestros del sistema público no domina el inglés. Hay 2,444,000 personas mayores de 25 años, 20 % de las cuales tiene noveno grado o menos, el 25 % tiene sólo cuarto año. El 63 % de la población tiene educación superior o menor. El analfabetismo real y el funcional ha ido en aumento. La población total del país se redujo en un 2.2 % en la pasada década. La Isla –concluye la nota periodística– ha ido en retroceso, según los datos del que se podría catalogar como el peor perfil nacional reflejado en un censo desde el primero, realizado en 1950.    
    Este proceso vivido por Puerto Rico no se da al margen de la historia del Caribe. Todo lo contrario: es parte, cónsona e interdependiente, de la historia de los países del archipiélago y de la tierra firme también. Halla eco en la guerra imperialista que despojó de gran parte de su territorio a México, en los bombardeos y la ocupación de Veracruz, en las invasiones de Nicaragua, Haití, Granada, República Dominicana, en la creación y la ocupación del Canal de Panamá, en los golpes de estado y las dictaduras que han proliferado por toda Nuestra América, incluido Brasil, y en las conspiraciones que se ciernen sin pausa sobre Cuba, Venezuela, Bolivia y otros países. Además de la política imperialista presente desde la fundación misma de nuestros estados modernos, hemos hablado de la política económica neoliberal que se impone en el mundo del mismo modo que en nuestro hemisferio. En verdad, es peor que lo dicho la realidad de los pueblos del Caribe, pues la región adolece como ninguna otra del mal de estar situado justo en el patio trasero del imperio. Esa realidad que nos ha merecido el injusto mote de ser “repúblicas bananeras”, aunque por otra parte nos diera el de Macondo. Un muro de sangre sólida como el de Berlín o Palestina está colocado en la frontera por donde Obama ha deportado ya un millón de latinos, casi todos mexicanos. Pero más peligroso aún es la existencia de cinco comandos de la agencia antidrogas estadounidense (la DEA) que realizan operaciones secretas en los países del Caribe por órdenes de Obama. Sea como sea, este archipiélago transnacional parece tener como destino, tanto de sus sueños como de sus necesidades, aquella unión de estados, aquella confederación antillana y caribeña, que nuestros próceres intentaron construir.
    Ahora que con el bicentenario de la independencia se reformula la identidad, las complicidades y las necesidades de la patria grande de Nuestra América, llega el momento de aclarar las cuentas. Repito, por fundamental, algo que anoté al principio de estas líneas en una nota al calce: En la fundación reciente de la CELAC sólo Nicaragua, y luego, algunos medios, recordaron la ausencia de Puerto Rico. En la VI Cumbre de la OEA, celebrada en fecha posterior a la redacción original de estas líneas, se habló de las Malvinas, del mar de Bolivia, de los pueblos indígenas y, sobre todo, de la exclusión de Cuba, pero nadie recordó que Puerto Rico, ocupado, es también un país de Nuestra América. La cultura, la academia, las revistas culturales, tienen la obligación imperativa e ineludible de estudiar esta realidad, difundir esta noticia y velar porque las aspiraciones fundamentales de nuestros tiempos, aquellas que proclamaron la igualdad, la libertad, la democracia y los derechos humanos sean el norte inexcusable de nuestras luchas en el reino de este mundo. La ingenuidad es peligrosa. La actitud de alerta ante la desinformación y el engaño es inexcusable. No hay misión ni proyecto más grande ni más noble. Ni más peligroso. La cultura no es apolítica ni neutral. Los académicos, los profesores y estudiantes universitarios, los escritores y los intelectuales, están siempre en posición prioritaria en la agenda de las invasiones, las agresiones, las ocupaciones y las dictaduras. La defensa de la libertad, la justicia y la verdad son valores inalienables nuestros. Eso lo escribió Sor Juana Inés de la Cruz antes de que intentaran, en vano, encerrarla en la celdas del silencio y la obediencia. El joven Hostos lo comprendió ya desde el 1866, cuando redactó de manera contundente la siguiente sentencia: “Elige entre tu voluntad y una pistola.”
    Ésa es nuestra responsabilidad como comunicadores, académicos y trabajadores de la cultura, ésa es nuestra obligación, y eso hacemos, aunque nos cueste la existencia. La realidad que vivimos tanto como las perspectivas del porvenir nos imponen una agenda larga, urgente, llena de tareas insoslayables.
    ¡Albizu sean! Y ahí les vamos. 


                                                                     Marcos 
                                                         Reyes Dávila                
                                                          ¡Albizu seas!

Estas líneas se escribieron como una ponencia que se presentó en noviembre de 2011, como parte del encuentro Veracruz también es Caribe. Se publican ahora ligeramente editadas, en ARCHIPIÉLAGO 77.
**   En la fundación reciente de la CELAC sólo Nicaragua, y luego, algunos medios, recordaron la ausencia de Puerto Rico. En la VI Cumbre de la OEA, celebrada en fecha posterior a la redacción original de estas líneas, se habló de las Malvinas, del mar de Bolivia, de los pueblos indígenas y, sobre todo, de la exclusión de Cuba, pero nadie recordó que Puerto Rico, ocupado, es también un país de Nuestra América. [En la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz --noviembre de 2012-- tampoco fue invitado ni reconocido como país hispanoamericano a Puerto Rico, a pesar de que una mayoría votó en contra del régimen colonial y por mayor soberanía.]

miércoles, 21 de noviembre de 2012

lunes, 19 de noviembre de 2012

El niño palestino




El niño palestino

                                        
Réquiem
 

El niño es un capullo
Su imagen me habita

No sé si sobre su frente
se abre un capullo de pascua
o se aprestan a salir los pájaros

Te miro y
se me alargan
los versículos de los lamentos
Y mi espíritu se reseca
sobre los olivos ciegos
Como aceitunas
corren mis ojos
sobre el piso de piedra
Huyo con sandalias de polvo
del muro de todos los lamentos
donde se estrellan
como un puño de arena
salmos que jamás serán oídos

Sí, el niño
palestino
es un capullo
Su imagen me habita
los resquicios del pecho
Su frente abre otro capullo
de rosas rojas
por donde huyen
buscando  cielos
los pájaros de sus sueños.


La Corona de Cristo 
desde ahora
se llama  Palestina .




Marcos 
Reyes Dávila
¡Albizu seas!


domingo, 18 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

El colibrí en una lágrima


.

El colibrí 
    en una lágrima

                             
En la vida todo es ir
                 a lo que el tiempo deshace.

                                         J. A. Corretjer

              Para Marcos Rodríguez Frese


...Y de pronto
allá fuimos
Y la función se acaba

El colibrí en el aire
sin tener dónde posarse
sobre praderas de agua

Roto el cordón del ayer
los espejos y los puentes
Bodega anegada en nada

Todo quedó en el redor

de pura noche sin alba

Detenida en un por siempre
la palabra se enmudece

en boca de sus nostalgias

Sin muelles y sin mañana
es la hora oscura del polvo
del adiós y la polilla
Y en el océano
perlada
una lágrima perdida.

 

Marcos Reyes Dávila
¡Albizu seas!


viernes, 9 de noviembre de 2012

¿Dónde está Hostos?



Y Hostos, 

¿dónde está?

      
                                  “un ilustre desconocido”: Pedreira

La pregunta que constituye el título de estas líneas no pretende desarrollar, otra vez, la idea certera de Antonio S. Pedreira.  Más bien intenta apuntar hacia dos asuntos diferentes.
    (1) Por una parte, hacia la política que una nueva administración
universitaria debería seguir respecto al Instituto de Estudios Hostosianos, desmantelado por la administración novoprogresista que ignoró el interés de su fundador, don Luis A. Ferré, en la obra de Hostos.
    (2) Por otra parte, hacia dónde están escondidos muchos textos hostosianos que don Juan Bosch conoció y a los que hace referencia en su biografía “Hostos, el sembrador”.


1.
Eugenio María de Hostos es el puertorriqueño más ilustre, el de mayor trascendencia histórica para Nuestra América. Descansa en el Panteón de los Héroes de la República Dominicana por haber sido, en palabras del ex presidente Juan Bosch, uno de los cinco forjadores de esa patria antillana. Maestro de José Martí, aunque nunca se dieran la mano, Hostos fue proclamado por los estados latinoamericanos reunidos en Lima en el 1938, “Ciudadano Eminente de América”. El proyecto del tren trasandino que repetidamente defendió, existió durante cerca de setenta años uniendo, a través de los Andes, a Argentina y a Chile, y la primera locomotora que cruzó las cumbres nevadas llevaba su nombre.
    Con motivo del sesquicentenario de Hostos (1989) la Universidad de Puerto Rico, presidida por Fernando Agrait, creó la Cátedra de Honor Eugenio María de Hostos, que la administración novoprogresista también descontinuó, y creó el Instituto de Estudios Hostosianos con la encomienda principal de publicar una nueva edición crítica de las obras completas de Hostos. El proyecto, lamentablemente, se descontinuó. Puerto Rico, nación antillana administrada por Estados Unidos, no pudo continuar con un proyecto que ha llevado con viento en popa, y gloriosamente, Cuba, en torno a las obras completas de José Martí.
    Cualquier intento de devolverle la universidad a los universitarios, cualquier proyecto de reconstruir una universidad pública puertorriqueña, debe necesariamente plantearse la restauración del Instituto de Estudios Hostosianos y la Cátedra de Honor Hostos, del mismo modo que los principios de la famosa pedagogía hostosiana, uno de los cincuenta maestros más grandes de la historia de la humanidad, deben inspirar y orientar los trabajos de un nuevo Departamento de Educación.

 

2.
Recientemente visité la República Dominicana y adquirí una edición de la
Fundación Bosch de “Hostos, el sembrador”. Bosch, como se sabe, supervisó el trabajo de traslado a maquinilla de los originales de Hostos que se publicaron en las Obras completas de 1939. Cuando hice mi primera lectura de esa obra, hace algunas décadas, no estaba en condiciones de percatarme de algo que me asaltó al releerla ahora. Y es que Bosch alude a numerosos textos que ahora puedo asegurar que NO están presentes ni en la edición facsímil de 1969, ni en el llamado tomo XXI (“España y América”), publicado en fecha posterior al 39, ni en la edición crítica más reciente.
    Tengo la sospecha de que se trata, fundamentalmente, de cartas y textos de naturaleza personal e íntima, que quizás la familia, por pudores irrazonables, prefirieron reservar al ojo público de la historia. El hecho de que al realizar la edición crítica de numerosos textos publicados en las Obras completas de 1939-1969 se pudiera observar la supresión y enmienda de numerosas expresiones presentes en los originales, nos permite colegir que esa actitud de reserva y pudor estuvo en efecto presente y pudiera explicar la omisión de textos.
    ¡Ojalá no se hayan perdido sin remedio! ¡Ojalá que, quien los tenga, los presente por fin! Son joyas sin precio de la patria puertorriqueña, antillana, latinoamericana, y universal.


Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
 

Conclusiones del proceso eleccionario y la UPR



Conclusiones del Proceso Eleccionario y la UPR

Yo creo que la primera conclusión 
que debe sacarse del proceso
es que las elecciones cada cuatro años 
NO SON SUFICIENTE 
NI ACREDITAN LA IDEA 
DE VIVIR EN DEMOCRACIA. 
Si había miedo, 
el miedo que silenció los sindicatos, 
las instituciones 
y a la comunidad universitaria 
después de la famosa, inolvidable, 
huelga estudiantil, 
cuyo carimbo marcó para siempre 
el gobierno de Fortuño, 
no debería haber miedo ahora. 
Pero me temo que los pitirres 
tardarán en volver a levantarse.
Un frío olímpico
mantiene invernando a la Universidad.
 Marcos Reyes Dávila 
¡Albizu seas! 

jueves, 8 de noviembre de 2012

El Plebiscito de 2012 - ENSAYO SOBRE LA LUCIDEZ



El Plebiscito de 2012:
Ensayo sobre la lucidez


“(La estadidad) ganó claramente. La gente que dice que perdió lo que están es buscando excusas”, expresó contundentemente Bennie Frankie Cerezo.

Apreciado Benny:

Usted NO tiene razón, y lo sabe. (¿No recuerda usted la novela de Saramago "Ensayo sobre la lucidez" ?)
Primero, porque las papeletas en blanco no son como las que aparecen de vez en vez en las urnas usuales, sin sentido político definido claro.
El principal partido de oposición, el PPD, ganador de la elección, hizo campaña para votar en blanco. Eso le da a esas papeletas un claro sentido político.

Pero de todas maneras el asunto no es si la opción de la estadidad consiguió más votos, pues la estadidad no puede ganar sin la opción de la mayoría absoluta.
Si en casa de Fortuño y doña Myriam votan TODOS por la estadidad eso no es un triunfo de la estadidad.
¿Dónde queda la voluntad mayoritaria del pueblo de Puerto Rico?
¿Dónde están las bases internacionales que acreditan un proceso descolonizador?

Usted sabe que el resultado demuestra claramente que un 55 % NO QUISO, rechazó, votar por la estadidad. ¡ Un diez % más !!
Sabe también que al menos un 39 % quiere y pide más soberanía. (33.3 % ELA Soberano más 5.5 % Independencia).

Eso, más de un siglo después de dominación absoluta, tras 114 años de coloniaje desviacionista, dependiente y deformador, es una redención histórica que pone en evidencia la capacidad de resistencia del pueblo de Puerto Rico y la fortaleza de su identidad nacional.


¡Cuánto me apena que mucha prensa en España NO SEPA LEER y diga lo mismo que usted!!


Marcos 
Reyes Dávila
¡Albizu seas!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Elecciones de 2012





Elecciones de 2012:
Entre el Júbilo y la Advertencia

El triunfo del Partido Popular Democrático (PPD) mueve a júbilo a gran parte del país, indudablemente. Pero no puede perderse de vista que su mayoría es minoritaria. Ganó con un 47.85 % de los votos. Ganó, además, en una medida importante, porque sectores fuera del PPD votaron a favor del candidato a gobernador, y porque un porciento considerable del PNP no votó, desencantado, para reelegir a Fortuño. La mayoría del PPD que le permite formar gobierno, es coyuntural, fruto del momento, y quizás no se repita.  En el caso de los llamados partidos emergentes, lo comprueba la diferencia entre los índices que señalaban todas las encuestas y el decepcionante voto realizado. La Independencia obtuvo  72.5 mil votos, pero en la elección el Partido Independentista sólo consiguió  46 mil votos. García Padilla apeló directamente por ese alegado “voto útil”, con fuerza.

                Una de las lecciones de esta elección es que el PPD necesita de otras fuerzas para ganar elecciones. La razón para ello pudiera ponerla en evidencia los resultados del mal llamado “plebiscito”. A pesar de que el PPD llamó a votar en blanco, y no a favor del ELA Soberano, a pesar de que llamó el PPD a votar por el Sí, es decir, por el ELA territorial–colonial, ese ELA colonial fue rechazado por una mayoría importante, un 54 % frente a un 46 %. Más de 934 mil puertorriqueños rechazaron el ELA colonial y territorial de 1952.

                A pesar de que el PPD no pidió un voto por el ELA Soberano (la República Asociada), esta opción consiguió 437 mil votos frente a los 802 de la Estadidad y los 72.5 mil de la Independencia.  Si se toma en cuenta que los votos en blanco (468.5 mil) en esta elección son producto de un llamado del PPD en ese sentido, es decir, el voto en blanco es un voto en efecto, la suma del voto contra la Estadidad es de 978 mil, es decir, una mayoría de 176 mil votos.  El país, en conclusión, parece haberse preparado, sin la participación del PPD –a excepción de la campaña tímida del ex gobernador, Aníbal Acevedo— a solicitar los poderes necesarios para salir de la dependencia y de la inferioridad, indigna en palabras de Hostos, y recuperar el derecho humano fundamental, inalienable, de todo pueblo de ejercer la soberanía y autodeterminarse.

               Todo país necesita de instituciones que afirmen al país, la nacionalidad, el orgullo propio, y la democracia. Llegó la hora.

Marcos 
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
(Publicado en CLARIDAD el 8 de noviembre de 2012.)

   
               

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