miércoles, 29 de septiembre de 2010

Nuevos Derechos Civiles de Roosevelt

De Tito Kayak 
a Franklyn D. Roosevelt
Los Nuevos Derechos Civiles 


propuestos en 1944

 
Cuenta el códice sagrado de los indios de Borinken que el agua, las hormigas y el viento se reunieron y salió de ellos un ser resbaladizo y escurridizo al que llamaron Alberto de Jesús, conocido después como Tito Kayak.

Tito Kayak se convirtió con el tiempo en una leyenda heroica. Se decía que acudía a protestar de maneras insólitas y arriesgadas en defensa del patrimonio nacional, de los recursos naturales y de los derechos humanos.

La Legislatura de Puerto Rico, verdadero monstruo de los empresaurios del patio, acaba de aprobar una ley que convierte las protestas de Kayak en delito grave. Es decir, la Legislatura de Puerto Rico aprobó una ley contra un ciudadano puertorriqueño. Al hacerlo, le ha conferido a Tito Kayak un homenaje histórico que le otorga estatura imperecedera en el aprecio y la memoria del pueblo de Puerto Rico.

Curiosamente, los medios están en este momento difundiendo masivamente el documental de Michael Moore: Capitalism, a love story. En el mismo se recoge al final una porción del último mensaje de F. D. Rooselvelt a la nación en el que propone una Segunda Carta de Derechos Civiles. Curiosamente, este mensaje se creía perdido, hasta ahora, que fue encontrado por Moore y difundido. Los Nuevos Derechos Civiles que propuso Roosevelt incluyen:


-El Derecho a un trabajo útil
-El Derecho a ganar lo suficiente 
    para proporcionar un nivel de vida digno
-El Derecho de todo hombre de negocios a un ambiente  
    libre de competencia desleal y monopolios
-El Derecho de toda familia a una vivienda digna
-El Derecho a una atención médica adecuada
-El Derecho a protección en la vejez
-El Derecho a una buena educación
El mensaje incluye un enigmático enunciado final: "Porque a menos que haya seguridad aquí en casa no podrá haber paz duradera en el mundo." Cuán diferente sería Estados Unidos si se hubieran proclamado y respetado esos nuevos derechos civiles!


Marcos 
Reyes 
Dávila

lunes, 27 de septiembre de 2010

Zapata y Villa en el centenario de la revolución mexicana



¡Viva Zapata!,
en el centenario
de la Revolución Mexicana

 
Ayer me di el gusto de ver dos películas sobre la revolución mexicana. Las películas, exhibidas por cable con motivo del centenario de la revolución campesina de 1910, tratan sobre la vida de dos personajes históricos inverosímiles: Pancho Villa y Emiliano Zapata. Pancho Villa tuvo la mala fortuna de salir caricaturizado por el actor Wallace Berry. No obstante, el director, John Conway, logra escenas evocadoras e inolvidables. 

     “¡Viva Villa!” es de 1934; “¡Viva Zapata!” es de 1952. En el segundo filme, el inmortal líder campesino es caracterizado extraordinariamente por Marlon Brando, con el auxilio de Anthony Quinn, quien interpreta al hermano de Emiliano, en un guión escrito por el Premio Nóbel norteamericano, John Steinbeck.

    La película sobre Zapata destaca la lucha zapatista basada en el reclamo de la propiedad de los pueblos sobre la tierra. El reclamo tenía sus raíces en el virreinato, negadas posteriormente por las Leyes de la Reforma que, con la intención de nacionalizar las tierras en poder de la iglesia católica, permitieron su expropiación y su privatización, así como la creación de enormes latifundios.
 
    Zapata aparece en la película como un hombre sin hambre de poder personal, de un gran desprendimiento, y entregado a la causa de los campesinos. En una escena de película, el presidente Madero, caracterizado como un hombre ingenuo y pusilánime, le ofrece a Zapata algunas de las mejores tierras de México en recompensa por su participación en el derrocamiento de Porfirio Díaz y el triunfo de la Revolución. Zapata se indigna.
 
    Tanto Zapata como Villa logran configurar enormes ejércitos de campesinos. Se dice, por ejemplo, que Villa entró a la capital de México al frente de una tropa de más de 60 mil hombres. Es entonces que ambos se encuentran en el palacio presidencial y se toman una famosa foto en la que Villa aparece en la silla del presidente que un momento antes le ofreció a Zapata y éste rehusó. La revolución, que antecede a la Revolución rusa de 1917 dirigida a la toma del poder por obreros y campesinos, se diferencia de esta última, conducida por algunos de los intelectuales de mayor calibre del mundo como lo fueron Lenin y Trotsky, en que su fuerza estuvo dirigida por dos analfabetas: Villa y Zapata. La Revolución Rusa la echó a perder Stalin. ¿Qué habrá sido de la Revolución Mexicana?
 
    Ni Zapata ni Villa mueren en combate: ambos fueron emboscados. Villa muere como producto de una conspiración que buscaba suprimir a un hombre capaz de formar de la nada ejércitos oceánicos y que vigilaba desde lejos que las autoridades en el poder no descarrilaran las conquistas populares de la revolución. Zapata, cayó en una emboscada y víctima de engaño. Como ocurrió con Villa, las autoridades en el palacio presidencial que Zapata no quiso ocupar, consideraron necesario terminar con la vida de un hombre capaz de sacarlos del poder. Del mismo modo cayó muchos años después Sandino en Nicaragua. La suerte de estas tres figuras históricas pone en escena el papel protagónico de la traición y el engaño. El jugar sucio, tramposo, inescrupuloso de la clase adinerada, sea la mexicana, la nicaragüense o la norteamericana, tiene una presencia constante en la historia.
 
    Los zapatistas en Chiapas, del Subcomandante Marcos, han revivido con éxito la revolución de 1910. Y como Emiliano, Marcos transforma el vasallaje campesino en autogestión valerosa, a la vez que huye del trono y la corona.
 
    Algunos sabihondos nos quieren convencer, en Puerto Rico y otros países, de que las revoluciones socialistas inspiradas en el marxismo quedaron atrás, como momias fracasadas de la historia. Olvidan la historia de los altibajos de la revolución francesa, o de la norteamericana cuya constitución democrática quedó destrozada en Puerto Rico al convertir aquella democracia en un imperio con colonias. Olvidan cómo viven hoy muchos pueblos del mundo. Olvidan que tras la caída de la Unión Soviética el capitalismo occidental se quitó la careta de “estado benefactor” y, desmantelando las conquistas sindicales, toma rumbo al vasallaje, la explotación de las grandes mayorías, el hambre, el desamparo. Olvidan la terrible crisis que malviven hoy en las grandes potencias enormes mayorías inexplicablemente más empobrecidas que antes. El sueño utópico de construir un mundo mejor, libre de explotación, de hambre y de opresión no perecerá jamás. Mas una cosa es indudable: jamás se llegará a él a través del capitalismo.
 
    México celebra este año el bicentenario de la emancipación de España y el centenario de la Revolución campesina de 1910. Ésta, sobretodo, tiene mucho trabajo que hacer aún en México y en toda Nuestra América.
   








Marcos 
Reyes 
Dávila

viernes, 24 de septiembre de 2010




Sueño 
        y realidad


Acabo de soñar una nueva interpretación de los sueños.

Mientras, más dormido que despierto, tomaba en la cama, con los ojos cerrados, una taza de café, concebí algo que quizás venía de un sueño más profundo, pero que ató de una manera, al menos novedosa para mí, lo que es el sueño con lo que llamamos realidad, realidad consciente. La idea, que no es producto de una reflexión sino de un sueño que se miraba a sí mismo, es la siguiente.

El cerebro se educa en el niño construyendo imágenes de la realidad. Esas imágenes son integraciones de percepciones atadas, vinculadas, en diversos planos y dimensiones, que nos permiten comprender a través de perceptos y conceptos lo que vemos, lo que ocurre en nuestro entorno. Comprendemos, por ejemplo, el espacio de nuestro dormitorio, cada objeto y su lugar, el tiempo de la noche y del día por la luz, quien nos acompaña, dónde estamos, quiénes somos. Tanto lo comprendemos que nos basta con un breve atisbo al despertar para identificarlo todo sin tener que hacer un reconocimiento detallado de cada cosa. Sabido es que más pone el cerebro que la mirada en la percepción de cosas conocidas. Más pone el recuerdo, los archivos, que la realidad nueva percibida.

Esa construcción educada de la realidad tiene existencia propia, semejante a una realidad virtual. Y esos son los sueños. Los sueños están compuestos por esas construcciones virtuales que nos interpretan, organizan y hacen comprensible la realidad. Son caóticos y disparatados porque, al soñar, esas construcciones semi virtuales tienen vida propia, independiente y desanclada de la realidad objetiva, de modo que fluyen a la derivada, con la libertad del viento, a veces tempestuosas por incremento del componente emocional

Sin embargo, al despertar, el mismo fenómeno sigue existiendo, sólo que en la vigilia éste está atado a la realidad objetiva, anclado, para imbuirla de sentido, integrarla, para permitirnos reconocerla y comprenderla. En el fondo, es una misma operación mental integradora la del sueño y la vigilia. Atada a la realidad en la vigilia, desanclada y suelta en el sueño.
Marcos 
Reyes 
Dávila

domingo, 19 de septiembre de 2010



El verdadero
BICENTENARIO
de la Emancipación 

de Nuestra América


País por país, capital tras capital, desfilan ante los medios de comunicación,
de un tiempo acá, las celebraciones del bicentenario de la emancipación de Nuestra América. En realidad, la historia de estas celebraciones no puede ser más controvertida ni cuestionable. En las últimas versiones hemos visto parte del lucidísimo desfile que recorrió la famosa plaza del Zócalo frente al Palacio de gobierno en la capital azteca y también las columnas de humo con los colores patrios que dejaron a su paso los aviones en Santiago de Chile.

    Chávez, en Venezuela, tuvo la ocurrencia de desenterrar y mostrar los restos de Bolívar y de transmitirlo con música solemne por televisión. A pesar de la visión tristísima de los míseros huesos de su gloria, no dejó de sacudirnos la contemplación tangible, material, concreta, de uno de los hombres más extraordinarios de la historia del planeta, que de haberlos visto Martí, en lugar de la mera estatua, al llegar a Caracas, no podemos imaginar qué más hubiera hecho.

    En algunas capitales se han celebrado actividades académicas que ponderan la significación del hecho histórico y de la manera como repercute o se degüella el pescuezo ante la historia del desarrollo de lo que hicieron los independentes con su libertad proclamada y con la realidad social que ha venido a mal ser doscientos años después. Gabriel García Márquez, a pesar de la iluminada visión de sus cien años de soledad, se quedó escuálido, desnutrido, ante una realidad que parece a veces más próxima a los fantasmas de la Comala de Juan Rulfo.

    La Revista EXÉGESIS quiso adelantarse a las actividades para intentar proclamar ante los países de Nuestra América la ausencia de Puerto Rico, y la agenda inconclusa de Bolívar y de sus herederos.

    Toda la historia de esos doscientos años mal habidos, en cierto sentido, ha estado también, cierto es, atravesada por doscientos años de lucha continua por alcanzar la verdadera libertad de nuestros pueblos. Una espada ardiente y ensangrentada atraviesa cada año nuestro como pedazos de carne al pincho. Si bien ha sido un bicentenario de marginaciones de las grandes mayorías, de opresión y explotación y abuso, de dictaduras sangrientas saturadas de desaparecidos, también ha sido una historia de reivindicaciones, triunfos populares, revoluciones insólitas, canciones de gesta.

    La mala fortuna ha sido la que persiguió la ruta de las liberaciones desde la víspera de las emancipaciones: la independencia de Estados Unidos no significó para los demás pueblos de América un aluvión, un derrame, un tsunami de emancipaciones porque la nueva república hizo cuanto pudo para frenarlas, hambrienta de reservar sus riquezas para ella, y de consumirlas luego, como lo ha hecho. Esa fue la historia que vivió el precursor Miranda, y luego Bolívar. Esa ha sido la historia nefasta de Cuba y de Puerto Rico, cuyas libertades vetaron los presidentes de Wáshington. Esa ha sido la historia de la United Fruit, de las minas, el petróleo y de cuanta riqueza repartió la naturaleza bajo nuestras plantas. Ello unido al sentido de dignidad de nuestra gente que la ha hecho presa fácil de los engaños, mentiras y traiciones de los poderes occidentales todos, principalmente, los estadounidenses.
    Eduardo Galeano, la lúcida conciencia que desde el Uruguay irradia la historia convertida en poesía, ha señalado recientemente en una entrevista lo siguiente:

    “Las generalizaciones corresponden a una visión de nuestra realidad, la latinoamericana o del sur del mundo, que el norte tiene. Los débiles, cada vez que intentan expresarse o caminar con sus piernas, resultan peligrosos. El patriotismo es legítimo en el norte del mundo y en el sur se convierte en populismo o, peor todavía, terrorismo. Las noticias son muy manipuladas, dependen de los ojos que las ven o el oído que las escucha. La huelga de hambre de los indios mapuches en Chile ocupa poco o ningún espacio en los medios que más influencia tienen, y una huelga de hambre en Venezuela o Cuba merece la primera plana. ¿Quiénes son los terroristas?”
(Entrevista a Eduardo Galeano hecha por Oscar Gutiérrez y publicada en El País, 19-09-10.)

    Las justas celebraciones del bicentenario de la emancipación son, para mí, la proclamación histórica, grabada en el diamante indestructible de la sangre de millones de ilusos, de una promesa de libertad que es necesario luchar cada día porque los poderes del norte la sabotean y la sabotearán hasta el fin de los tiempos. En nuestras manos está la opción de dejarnos caer en la fatalidad y la esclavitud de la renuncia, o de mantenernos en la lucha cada día, dignamente humanos, conscientes de que la libertad se vive en el esfuerzo y nunca en un certificado de papel.

    Al desfile majestuoso de México se le oponen las matanzas de los carteles de
la droga que colombizan al país. Una de ellas, nocturna, con cuerpos decapitados que cuelgan, me estremece la memoria cada día. Asimismo ocurre con el bicentenario de Chile, que más que en esas estelas de humo con los colores patrios, se celebra en la oscura profundidad de los mineros sepultados en vida y en las luchas de los mapuches.

    Y en Puerto Rico, resistiendo. Resistiendo. Resistiendo. 
   

Marcos 
Reyes 
Dávila
 

Una canción sin fin para mamá


Para mamá

Una canción sin fin

 

    Mamá,
hoy cumples 89 años. Para mí eso es una A completa, por estar tan cerquita del 90.
Ya puede decirse que Papá y tú nos dejan una herencia de 90 años, porque hay que recordar que los 89 años que hoy cumples, son 89 años cumplidos ya. Hoy has empezado a caminar tu año 90.

Y quién eres tú, o quién has sido.
Anticipo que No será fácil hacer tu biografía. Te aseguro que abundarán las historias curiosas, las anécdotas graciosas, los recuerdos alegres y las sorpresas que has repartido día tras día. Una cosa es segura, Mamá: naciste con buena estrella.

A papá le encantaban los circos. Y bien pudiera decirte que recuerdas los circos, no precisamente como la mujer barbuda o el hombre elefante, sino porque para los que fuimos niños a tu lado, y para los que te hemos seguido de cerca, las sorpresas, los asombros, son cosa de rutina. Y empiezo, nada más, con lo más obvio y evidente: tu energía, esa fuerza de vivir que a veces se parece a la de un tornado impredecible. Nunca apocada, enemiga de las esquinas oscuras y silenciosas, tu presencia inunda la habitación donde te encuentres por más que quieras ponerte sordina, porque te preparas siempre para recibir. Eres un abrazo con cintas de regalo.

Por otro lado está tu voluntad incontrolable. Sólo papá podía contenerte, y no porque tuviera él una voluntad más fuerte que la tuya y te doblegara de ninguna manera contra tu gusto: era que tú lo respetaste siempre, era que tu amor fue tan grande como para poder distinguir cuando llegabas a su colmo, y entonces, recogías velas. Siempre lo hiciste. Pero esa voluntad imponente con la que naciste te lleva a hacer cosas extraordinarias, porque le da motor, la fuerza, a otra de tus cualidades más sobresalientes: tu sentido de compromiso, tu determinación de cumplir con lo que consideras que es una obligación. Nada ni nadie puede interponerse ni desviarte de lo que sientas que es una obligación. Te insufla un valor ante los malos tiempos que nos ha sorprendido tantas veces. Eso es muy, pero muy extraordinario en ti. Con esa voluntad tuya, mamá, unido a ese sentido de compromiso, se hacen los grandes heroísmos.

Tu desmedido afán gregario, de vida familiar, de sentido de grupo, te hizo siempre, por otra parte, vivir atenta a los demás. La vida te contuvo un poco, al dejarte medio sordita. Pero fuiste modelo de aquel antiguo legado que instituyó la visita, la retribución, el contacto personal directo,  la cercanía con todo el mundo. Tu principal afán de toda la vida fue instruirte sobre cómo llegar a la gente. Sicología, trabajo social, instituto del hogar, maestra siempre, la inteligencia puesta al servicio, no de las cosas materiales que se consideran útiles, sino de las intangibles, la de la gente. Esa cercana al llanto y a la risa, y al fosforito de las sorpresas.

Escribí esto minutos antes de venir acá y no he podido ser más abarcador y completo, pero hay algo que es imposible dejar de lado. Sabemos que tu amor más grande lo fue papá, pero también que quisiste ser madre sobre todas las cosas. No hay posibilidad de que ninguno de tus hijos e hijas olvide tus acercamientos, y mucho menos la calidad, tan tibia, de tu caricia. Tu buena estrella ha sido nuestro contagio afortunado, de modo que más que estrella has ido creando en torno a ti toda una constelación, y casi, un nuevo cielo.

Hoy que has cumplido 89 años, extraordinarios, reconozco, reconocemos,
cuánto has sembrado. Hacia atrás queda algo tan grande que parece casi como un siglo, un siglo que llevara tu nombre. Durante ese siglo, mamá, nuestras vidas, las vidas de todos nosotros, han construido y construyen, día a día tu más hermosa canción, tu más hermosa ofrenda. 

Una canción y una ofrenda sin fin!
            
                      

Desde izquierda, Miguel, Marcos, Sari, Manolo, Carlos. 
Mamá al centro.
Ricardo y sol ya se habían retirado.
Mrd, 18-09-10

viernes, 17 de septiembre de 2010

Middle States -UPR quema libros que no publicará


UPR quema libros y revistas que ya no se publicarán

Devastador informe de Middle States
                 pero será peor aún el próximo



En la prensa de hoy están algunos de los señalamientos realizados por la Middle States a la UPR. De acuerdo a lo informado, sólo sale acreditado el Recinto de Ciencias Médicas, y sólo cumplen los demás recintos con la "oferta académica", es decir, el trabajo que realizan los profesores. La parte administrativa cae al piso, comenzando por los aspectos financieros, pero destacando la carencia de gobernabilidad y de transparencia. No pudo escapar al ojo inspector que se gobierna a decreto, se reprime a la facultad, se abusa en todas partes, no se cuenta con el diálogo ni se confía. Aquella alegación judicial de que la facultad tenía funciones de gerenciales que le impedían sindicalizarse dejó de existir. Aquella universidad en la que las iniciativas nacían en los departamentos académicos desapareció. La Universidad administrada por los pares es cuento falaz de un pasado equívoco. En realidad, la facultad cree que la administración desea destruir la universidad, porque eso es lo que hace al administrar a garrotazos.

Sin embargo, el inicio del nuevo año académico mantiene el mismo rumbo destructivo con una gravedad mayor, pues al acercarnos al precipicio
se acelera el proceso de desintegración institucional.

En todas partes se cuelan noticias de instrucciones administrativas impracticables o absurdas que departamentos y facultades se niegan a poner en práctica, así como los casos de hacinamiento, grupos de estudiantes que no caben en los salones y la criminal carga académica sobre profesores con muchos años de servicio que han sido recontratados con contratos de servicio válidos exclusivamente durante el periodo lectivo y cargas académicas parciales que los condenan a la inanición de Auschwitz. Encima de eso, no hay papel ni para exámenes, no hay tizas ni marcadores ni tarjetas ni borradores. La investigación necesaria, las bibliotecas, las publicaciones de libros y las revistas se han abandonado como si una universidad pudiera reducirse exclusivamente a la operación escolar del salón de clases.


Desde niño mi sueño fue la universidad. Pero ese sueño se ha convertido en  muy poco tiempo en
la degradación  de una pesadilla atroz que nunca, nunca, creí posible ver. La cuenta regresiva para el regreso a la Edad Media se aproxima. Y para colmo, toda la instrumentalidad y organización levantada durante la huelga universitaria se vino a bajo, se quedó sin gasolina. Hemos regresado a la dispersión. Una y otra vez dije que la huelga tenía que parir un instrumento unido sindical para la defensa de los universitarios o se perdería todo. La Junta de Síndicos asegura hoy que ya no habrá nunca más otra huelga. Confía en su poder centralizado y absolutista. En el gobierno por decreto. En el estado de sitio. La universidad es un guetto polaco de 1942.

El abandono de la editorial y la supresión de las revistas académicas aislará a la UPR de la actividad académica internacional. La política con las publicaciones equivale a, o es lo mismo que, quemar libros y revistas: sólo que en lugar de quemar los que se habían publicado, se queman los libros que ya no se publicarán y las revistas que debieron publicarse.

La Middle states tendrá que ver en noviembre que aún la oferta académica, único estándar que cumplen los recintos, es, en las condiciones policiacas de sus comisarios políticos, impracticable.




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De EL NUEVO DÍA de hoy, viernes 17 de septiembre de 2010

El informe de Middle States
El borrador del informe final, que leyó el presidente del Comité, John Cavanaugh, a los síndicos, rectores y el presidente José Ramón de la Torre, sostiene que la UPR sometió información financiera vieja y que no mostró evidencia de que puede continuar su misión con los recursos disponibles, según fuentes de El Nuevo Día.
Durante la presentación, en la que no se permitió realizar preguntas o rebatir los señalamientos, Cavanaugh apuntó que la institución no planificaba en armonía con sus activos y que la situación fiscal precedía la huelga universitaria.
Planteó, además, que la información financiera se discuta rápida y ampliamente con todos los sectores de la comunidad universitaria.
En el renglón de gobernanza y liderato, Cavanaugh insistió en la ausencia de canales de comunicación entre la gerencia, los profesores, estudiantes y empleados, así como la necesidad de transparencia en los procesos.
Cuestionó también los siete comités que propuso De la Torre en el Informe de Seguimiento que sometió la semana pasada y pidió que se incluya representación de todos los sectores de la comunidad universitaria.
Las fuentes universitarias apuntaron que se mencionó la propuesta el Presidente de eliminar las verjas de los recintos como parte de su propuesta de la universidad abierta y la preocupación de seguridad que esbozaron los estudiantes y profesores sobre el plan.
También se reconoció que existen relaciones de tensión entre los síndicos y que no queda claro si la Junta de Síndicos endosó el Informe de Seguimiento.
La UPR sólo recibió una buena nota en el estándar de ofrecimientos académicos.
A su salida de la reunión en la Presidencia, el vicepresidente de la Middle States, Luis Pedraja, explicó que la gerencia recibirá una copia del borrador escrito en 10 días.
Luego de algunas revisiones y ajustes, el Comité Evaluador realiza una recomendación confidencial a un Comité de Seguimiento, que realiza la recomendación final a la Comisión.
La decisión sobre el estatus de los 10 recintos en probatoria se tomará en noviembre durante una reunión ordinaria de la Comisión.
Pedraja no ofreció detalles de las recomendaciones porque el proceso en este momento es confidencial, pero indicó que la UPR puede divulgar el documento cuando lo reciba.
La Middle States colocó en probatoria a 10 de los 11 recintos de la UPR (no fue incluido Ciencias Médicas) por no cumplir con los estándares de ofrecimientos académicos, recursos, liderato y gobernanza. Para esta acción se tomaron en cuenta señalamientos de intervención política en los procesos, la paralización de labores por la huelga y la súbita salida de los directivos de la UPR tras la llegada del nuevo gobierno.
La acreditación de la Middle States se renueva cada 10 años, aunque los recintos someten informes de seguimiento cada cinco años. Actualmente, algunos recintos someten simultáneamente sus informes periódicos y los informes para atender los señalamientos de la probatoria.

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Marcos 
Reyes 
Dávila
 
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martes, 14 de septiembre de 2010

Mari Brás era Alfonso BeAl de los CAL

"Mari Brás convierte su propia muerte en un 
golpe audaz por la libertad de Puerto Rico."

Juan 
Mari 
Brás:
      es Alfonso BeAl


 

La noticia, revelada por Juan Raúl Mari Pesquera, hijo de Juan Mari Brás, durante el sepelio de su padre, celebrado el día del natalicio de Pedro Albizu Campos en Mayagüez, me ha sobrecogido.
    Nacido en el 1952, entré a la Universidad de Puerto Rico en el 1969. El doce de septiembre de ese año, según creo, se celebró en el teatro del Recinto de Río Piedras en la noche un acto en conmemoración del natalicio de don Pedro. Allí desfiló la plana mayor de la lucha anticolonial, y allí escuché de frente, por vez primera, como quien asiste a una antología viva de patricios, a don Juan Antonio Corretjer, el joven Rubén Berríos que le siguió, y también a Juan Mari Brás. Según revela ahora su hijo Mari Pesquera, es en esos años, poco después de la muerte de Albizu Campos (1965), alrededor del centenario del Grito de Lares del 1968, que Juan Mari Brás decide hacer también lucha armada clandestina contra el imperio. La particularidad en la ejecución de esa lucha, es que –aparte de que no es su única vía de lucha, sino sólo una más de un abanico de acciones en diversos frentes y maneras– que no se atentará contra la vida de nadie, y que se defenderán las luchas sociales y sindicales de la represión, a tono con una visión del problema colonial que incluye la lucha de clases.

    Me sobrecoge la noticia por muchas razones. Primero, se me dificulta conciliar a Beal con la figura de aquel abuelito simpático que yo conocí y traté mucho después, cuando se había alejado ya de la dirección de organismos políticos, atendía la cátedra y su periodismo político infatigable, y además, buscaba o creaba puertas para iniciar por otros lados nuevas formas de lucha. De muchacho adolescente, recuerdo tener miedo de él. La propaganda colonial es poderosa y me alcanzó de niño. Mas el hombre que tenía ahora ante mí era el que había llorado ante los restos de doña Carmen Rivera de Alvarado, ante la tumba de su hijo, y vivía cumpliéndole a sus amigos las deudas del cariño que nunca terminan de pagarse. Eso recuerdo de su relación con Julio César López cuando me fotografié a su lado durante la presentación de un tomo de las nuevas obras de Hostos en el 94, recuerdo que me viene a la cabeza al ver el video por internet de Marta, su esposa, saludando, uno a uno, a los presentes en el sepelio.
    Un congreso internacional de educadores declara a Juan Mari Brás maestro ejemplar. Ha publicado varios libros, entre ellos, una parte de sus memorias. Ha estado en los medios luchando por renunciar a la cuidadanía norteamericana y buscando que los tribunales reconozcan su ciudadanía puertorriqueña, cosa que finalmente consigue casi con carácter de excepción, pues el imperio quiere cerrar la puerta a las renuncias.
    En años más recientes, apoyamos una solicitud para que la administración universitaria le concediera a don Juan la Cátedra de Honor Eugenio María de Hostos. Antes, en el 2004, le habíamos organizado un homenaje, a nombre de la Revista EXÉGESIS, como hostosiano fuera de serie. Y publicamos un número cuya portada se ve desbordada por su rostro. La última vez que lo vimos fue en la presentación del libro que escribió durante la Cátedra Hostos y que presentamos en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Eso fue el año pasado...
    La muerte de don Juan, y la revelación de Mari Pesquera, nos sacuden la alfombra de los pies. Recordamos viejos titulares que hablaban de los Comandos Armados de Liberación, los CAL. Recordamos otros. Recordamos acciones llevadas a cabo en Puerto Rico y en Estados Unidos. Recordamos entrevistas al líder clandestino de los CAL, autodenominado Alfonso BeAl, por Betances y Albizu. Una búsqueda célere en internet nos pone delante de un artículo escrito por Michael González Cruz sobre “La lucha armada clandestina (1960-1999)” que nos ubica, con perspectiva histórica, la aparición de los CAL, después del MAPA guevarista y anterior al MIRA y los Macheteros. Según un comunicado difundido en el centenario de Lares, donde estuve, desde el 1967 habían comenzado acciones contra los intereses el imperio, y se responsabilizaban por ataques efectuados contra esos intereses, que incluyen a la famosa CORCO de Peñuelas-Guayanilla, la lucha contra la mafia turística del Condado, la base Ramey y la base Rooselvelt Roads, pero nunca “causaron pérdidas humanas con sus acciones”. En cambio, cada puertorriqueño muerto en una guerra del imperio, es un asesinato de Estados Unidos.  
    El nombre Alfonso BeAl no contiene ningún lexema alusivo a Hostos. Como sabemos, Juan Mari fue toda su vida un estudioso y seguidor de Hostos, y fundó movimientos hostosianos para instrumentalizar las fuerzas de los poderes civiles. Al rendir su último suspiro, Juan Mari Brás estuvo más cubierto, ante los ojos de los demás, al menos, por la sombra de Hostos que por la de Albizu o la de Betances.
    ¿Desmiente o desnaturaliza la revelación de Mari Pesquera esta atribución?
Me parece, que en modo alguno. Las luchas por la libertad de Hostos pasaron por muchas etapas, siempre revolucionarias. Hostos inició su lucha por la libertad, –y, a diferencia de Martí– la libertad de las Antillas todas, no sólo de Puerto Rico, a través de una guerra de ideas librada en una infinitud de medios periodísticos de la que no se alejó nunca, y también de una revolución política republicana y federalista. Se trataba de convertir las explotadas y abusadas colonias de ultramar en provincias federadas de una república hispánica. El triunfo de la Revolución Septembrista en España que dio al traste con la monarquía española no se tradujo en los cambios políticos anticipados para las Antillas. Ante los ojos de Hostos, sus correligionarios triunfantes se retractaron y faltaron a sus compromisos políticos. Hostos opta entonces por buscar la libertad a través de la lucha armada, y para lograrlo emigra a Nueva York, donde está el grueso de la emigración antillana organizada planificando la guerra de independencia de las Antillas. El grupo más organizado y fuerte es el cubano, pero el liderato quiere la anexión a Estados Unidos. Hostos no transige con la idea y sale en su famosa peregrinación al sur a buscar apoyo en los países recién independizados apelando a Bolívar y a los héroes de la independencia, y reclamando que la agenda bolivariana de libertad está incompleta sin Cuba y Puerto Rico.
    Al regresar de su peregrinación se une a Betances, e intenta prender la guerra de diversas maneras. Se embarca incluso, como soldado, en una expedición dirigida a Cuba que naufraga antes de llegar. La Paz del Zanjón, es decir, el fin de la guerra, le impide seguir los planes de guerra armada. Entonces, recurre a educar los auxiliares de su afán, sus cuadros de oficiales, en la República Dominicana. Durante veinte años Hostos educará generación tras generación, primero en Dominicana y luego en Chile. El reinicio de la guerra en Cuba bajo el liderato de Martí lo mueve a la lucha directa nuevamente. Pone su posición en Chile y su prestigio internacional a los pies del Partido Revolucionario Cubano por más que amenace el embajador español y le llame la atención el presidente de Chile. Al acercarse los acontecimientos que llevaron a la invasión norteamericana, Hostos, al igual que Betances, ve el peligro y la oportunidad. Renuncia a todo y regresa al teatro de guerra de las Antillas. Interviene, como ya se sabe, en la Comisión de Puerto Rico ante las autoridades invasoras, el Congreso y el mismo Presidente de EUA. Pero, además, crea la Liga de Patriotas para educar a los puertorriqueños de los derechos que los cobijan bajo la constitución norteamericana, especialmente, el derecho a plebiscito. Esta vez, lejos de las armas, Hostos experimenta con los poderes civiles, al margen de los partidos, y pone a prueba el Derecho Constitucional de Estados Unidos. La Constitución le prohíbe tener colonias, pero el imperio pisotea su propia constitución cegado por el poder y la ambición de riquezas. Entonces, Hostos vuelve al exilio una vez más, donde encuentra ya la muerte.
    Al repasar esta relación de hechos, esta búsqueda de medios y brechas, este batallar que se adapta y recurre a todos los medios, pienso en la vida de Juan Mari Brás. Pienso en Juan porque veo la sombra y la huella de Hostos en cada paso, en cada etapa. Conocer ahora su identidad oculta de Alfonso BeAl lo engrandece ante mis ojos de manera inconmensurable. 
    Creo que si de algo tiene conciencia quien adopta el nombre BeAl, es de ser parte de una tradición de luchadores, de un río de la historia más que centenario que se alimenta sembrando, renovándose y relevándose. Al morir, sin ser descubierto, tuvo don Juan su éxito más notable, pues demostró que es posible luchar clandestinamente, luchar sin ser descubierto. No es una fatalidad en esta lucha nuestra caer asesinado por el FBI como Filiberto Ojeda Ríos.
    Sabía don Juan que esta carrera de relevo no termina hasta llegar a la meta,
que es la soberanía y la libertad de un pueblo que se pondrá de pie, con identidad propia y plena dignidad, ante los ojos del universo. En la carrera, quiéralo usted ver o no lo quiera, estuvieron tatarabuelos nuestros, abuelos, padres, como estarán también, quiéralo usted, o no lo quiera, hijos, nietos y tataranietos, hasta el fin de los tiempos. Un pueblo es como las arenas del mar y las estrellas del cielo. Nunca termina.
    Don Juan, premeditadamente, ha convertido incluso su propia muerte en un acto, un golpe, una aportación audaz a la lucha por la libertad de Puerto Rico.

     Grande, y aún más inmenso, me resultó ser el abuelito amable!

Marcos 
Reyes 
Dávila

viernes, 10 de septiembre de 2010

Juan Mari Brás, In Memoriam


.
JUAN MARI BRÁS:
Una vida plena de heroísmo*
                       (1927-2010)
   In Memoriam













(Nota personal:
El texto que sigue a continuación es parte del homenaje que la Junta Editora de EXÉGESIS le ofreció a Juan Mari Brás, en abril del 2004, en ocasión de la presentación del número extraordinario de la revista que recoge las actas del Simposio Hostos, forjando el porvenir americano, organizado por EXÉGESIS para conmemorar el centenario de la muerte de Eugenio María de Hostos. Lo reproduzco ahora, aquí, como homenaje póstumo.)

La noche del viernes 2 de abril de 2004, a muy escasos días de haber sufrido una hospitalización, el licenciado Juan Mari Brás se personó, aún convaleciente, en el Museo Casa Roig para hacer la presentación del número
48-50 de la revista EXÉGESIS que contiene las actas del simposio Hostos: Forjando el porvenir americano. La Junta Editora de EXÉGESIS había acordado invitar a Mari Brás para hacer esta presentación. 

No buscábamos, sin embargo, recibir un servicio, sino una forma de hacerle a Mari Brás, sin notificación ni aviso que le permitiera excusarse, un reconocimiento público. Mari Brás no sólo participó como ponente en este simposio [dedicado a Hostos], sino que hizo los arreglos para permanecer en todas las actividades que durante tres días y dos noches agotó una prolongada y diversa agenda de actividades. El motivo para nuestro reconocimiento, aclaramos, no descansaba en la gratitud por su compromiso pleno con nuestro simposio. No obstante, lo apunta y pone en evidencia. Se trata de que la vinculación de Mari Brás con Hostos ha sido una constante protagónica de su vida, nunca postergada. 

Acaso por ello, en los días cercanos a ese 2 de abril, los participantes en el Quinto Encuentro Internacional de Educación y Pensamiento, en evidente armonía con los motivos de la Junta Editora de EXÉGESIS, declararon a Juan Mari Brás “Educador del Año”. De esta suerte, y como una fatalidad absolutamente previsible, la persona de Mari Brás se nos presentó como la figura emblemática que necesitábamos para presentar las actas del simposio y celebrar con ella la publicación del número 50 de nuestra revista. [Años más tarde, la UPR le concedió de manera especial la Cátedra de Honor Eugenio María de Hostos] ...

Una persona me preguntó hace unos días, por qué invitábamos a Juan Mari Brás para hacer la presentación de este número de EXÉGESIS. Confío en que todos los presentes conocen la respuesta que le di. Roberto Mori lo expuso con excelencia. Y don Juan presentó en su testimonio vivo la evidencia hace un momento. Pero, si me disculpan sólo un segundo, también necesito

testimoniarlo yo.

Le respondí a esta persona que me inquirió sobre por qué Juan Mari, que pocas personas hoy día tienen detrás de su vida, o ante ella, no una época gloriosa de lucha, sino una vida entera llena de los más grandes sacrificios y de las más inconmensurables ofrendas a la búsqueda de la soberanía para nuestro pueblo, que es lo mismo que decir, la dignidad y la libertad. Esos valores constituyen principios que fueron puntos de partida para Hostos y fundamento crucial de sus deberes y de sus principios de moral social. Esos principios, sostenerlos y vivirlos hasta sus últimas consecuencias, conforman el paraje feroz sembrado sin descanso, y con una serenidad y un sentido de ofrenda que francamente nos sobresalta, por Mari Brás. Tan es así, que casi me parece haberle escuchado decir a Juan Mari, tantas veces, a los que señalaban y aún señalan, en estos tiempos posmodernos, la abnegada esperanza que nunca caduca, expresada en aquella canción de Mercedes Sosa:
 
No digas que todo está perdido.
–Yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Acaso a los que luchan como Hostos, o como Juan Mari, toda una vida, acaso porque como dijo Hostos en una ocasión, madrugaron demasiado, llegaron muy temprano al sol de la historia, habría que llamarlos “héroes de los tiempos que no han sido”.

Pero yo pienso, por el contrario, que a la luz de sus ofrendas, es perentorio reconocer, que si luchamos hoy, y si aún somos reprimidos, es porque sigue abierta la brecha y la oportunidad de vencer. Si Juan Mari lucha aún, a sus años, es que no ha podido ser vencido. Por el contrario: Ha tenido Juan Mari la fortuna de ver con sus propios ojos los semilleros que despiertan, el brotar de las semillas donde todo parecía yermo, el crecimiento de un país que se fortalece contra casi todos los pronósticos, de manera que ha tenido que convencerse de cómo nuestro accionar transforma el mundo. Gracias a figuras del hondo calado de Hostos, y de Juan Mari, lo que no había sido antes, entonces, ahora es, o cuando menos, va siendo.


 Hace sólo unos días Luis Rafael Sánchez recordaba en un artículo publicado en periódico a propósito de los bombazos de Madrid, aquella frase con la que Oscar Wilde inicia su libro de prisión, De profundis

El dolor es un momento muy largo”. 

Yo creo que, ante la vida de Hostos, ante la vida de Juan Mari, podemos responderle hoy a Oscar Wilde y a Luis Rafael Sánchez que, sí, en efecto, el dolor es un momento muy largo, pero que aún más largo es el amor, y más largo, hasta confines y por rutas imprevisibles, acaso milenarias, acaso infinitas, repercute la solidaridad activa, la solidaridad militante, ésa que va más allá del pensamiento y la expresión del aybendito, ésa que no puede ser depuesta ni vencida.

Suyo, de Juan Mari, es el vivir simultáneo en dos dimensiones, es decir, en éste y en ese otro país del que nos habla en su hermosa canción Teresa Parodi. El otro país parece a primera vista el país que soñamos, ese otro país que se sitúa más allá de nuestras utopías más afiebradas. Pero en verdad, visto con atención, nos damos cuenta que la canción no habla de una utopía, un lugar ideal o una ciudad del porvenir: 

habla con fruición del país en el que luchamos, del país de nuestras militancias, del país en el que construimos juntos, del país en el que trabajamos, del país de nuestros haceres y quehaceres, del país que podemos transformar con nuestro esfuerzo, del país, ese reino de este mundo del que habló Alejo Carpentier, donde cuentan nuestras acciones y nuestras decisiones, y donde constituye una diferencia la manera como vivimos.

Disculpen que cumpla mi deber de iluso, pero también creo que ese otro país, sanará nuestro largo dolor y provocará en nosotros la inmensa alegría de las esperanzas inmensas, pues ese otro país, como dijo tan visioneramente Juan Antonio Corretjer en Alabanza en la torre de Ciales, el país que construyen las manos que hoy trabajan, nos traerá, consigo, la nueva patria liberada.

Don Juan Mari Brás: 

Al invitarlo a presentar esta noche este número tan especial de EXÉGESIS hemos querido rendirle a usted un homenaje y un aplauso. Está impreso en la expresión de nuestros rostros. Pero para que los recuerde le hacemos entrega de la medalla conmemorativa del simposio acuñada por el escultor Alwin
Riomonte Rivera, que trae consigo una placa que dice:
 
“Para Don Juan Mari Brás, en reconocimiento a toda una vida de lucha abnegada en la defensa de la dignidad y la libertad del pueblo de Puerto Rico.
Otorgado por el Comité Organizador del Simposio Hostos: Forjando el porvenir americano.
Universidad de Puerto Rico en Humacao, 
a 2 de abril de 2004.”

______________
*Reproducido inmediatamente en el portal de la UNEAC.

Marcos 
Reyes 
Dávila

viernes, 3 de septiembre de 2010

La Aurora Cáceres de Rodrigo Quesada Monge

RESEÑA

.
"El poema perdido 
              de Aurora Cáceres"
de  
Rodrigo Quesada Monge*

(Costa Rica: Editorial Universidad Estatal a Distancia -- EUNAD, 2010.)



Posado sobre una butaca mullida levanta, como un asta, una espada,
mientras con la mano izquierda recoge hacia sí un libro que lee en voz alta, como quien convoca y alienta vida con la palabra. En torno suyo, princesas suplican, caballeros embisten con su lanzada, mozos y escuderos vociferan en una mascarada, mientras los hechiceros contemplan la algazara. Pudiera ser Alonso Quijano el Bueno, lo mismo que Miguel de Cervantes, el verdadero motivo del inolvidable dibujo de Gustave Doré. Mas yo tengo para mí que se trata de Rodrigo Quesada Monge.
 
    Tuve la oportunidad de conocer, ha poco, la cueva de sus alquimias solitarias en San José. Al lado derecho de su casa, una puerta estrecha da lugar a un espacioso salón, profundo más que alargado, campo de innumerables batallas de la palabra, en cuyo centro hay una mesa, y al fondo un escritorio para una computadora y sus aditamentos. A la derecha de la puerta de entrada se esconde una butaca mullida de espalda a la luz. Todo el espacio circundante queda rodeado de un ejército de libros en guardia, y al acecho. Si se hace un poco de silencio, se oye a los libros murmurar sus historias. Este parece ser el origen de este libro de Quesada Monge.
 
    Cualquiera que conozca su obra historiográfica sabe que a nuestro autor le late con fuerza la vena de una palabra de alquimias que trasciende academias y trashuma poesía. La preocupación por el hombre y la mujer de carne y hueso se manifiesta de inmediato en cualquier libro suyo, hable del capitalismo inglés, de las peripecias del 1898, de las historias por la libertad en Nuestra América, o de Oscar Wilde, la mujer, la canción popular proletaria costarricense o la nostalgia.
 
    Y es que, más que un curioso impertinente cervantino, Quesada es un curioso impenitente. Un ser curioso que de manera casi incontrolable explora los infinitos mundos de la condición humana. Por eso no puede extrañarnos encontrarnos de repente ante un libro como éste: El poema perdido de Aurora Cáceres.
 
   Se trata, en verdad, de una muy curiosa narración que pone en evidencia un manejo del idioma que inflama la frialdad arqueológica que suelen presentar los textos de historia. Aurora Cáceres es una novelista limeña (1872-1958) cuya prosa narrativa osciló entre el modernismo y el indigenismo. Sin embargo, Quesada Monge no nos la trae como personaje, sino que la indaga de la mano de otros personajes que mucho más tarde la toman como objeto de sus obsesiones.       

Desde el comienzo nos percatamos de cuánto reflejan estas páginas de la persona de su autor, e incluso de lo que creemos son abundantes reminiscencias autobiográficas recreadas con la paleta de una ficción que acentúa o difumina los rasgos. Abundan los hallazgos expresivos y las ideas novedosas. Esa alucinación por el libro y la lectura parece tan fuerte como el líbido que ha sobrepoblado el mundo a pesar de tantos holocaustos. Los poemas que le atribuye a Cáceres y que incluye en el texto son en verdad fascinantes. Sin embargo, o quizás por ello mismo, la lectura aturde.  Produce algo de ese extrañamiento que se percibe en las películas de Fellini. Hay como un regodeo cíclico que parece llevar la trama de esta quizás antinovela a ningún sitio concreto pues, más que social, sociológico, externo, la trama bate reflexiones, impresiones, percepciones, un mundo interno riquísimo que a veces conforma un laberinto de espejos distorsionado y compuesto por personajes disfrazados y extravagantes. Es como perderse entre las páginas de sus miles de libros, saltando entre ellos a través de sus tapas. De esta suerte, el conciliábulo de libros de Rodrigo Quesada Monge conforma su propio aquelarre, su propio aleph.

    Tiene razón Quesada Monge: la vida es siempre un laberinto. Y un carnaval de máscaras. Como dice el autor:
    “...descubrí que los libros también tienen sus ordalías y sus Apocalipsis. Llegan a ser personalizados de tal manera que les otorgamos el privilegio de contar con su propia piel, sus propios olores y sabores, así como les reconocemos el derecho a tener vida propia. En sus éxodos y escapadas, cambios de manos, robos y extracciones inconsecuentes, un especioso regodeo, un regusto por la melancolía que nos dejan sus pérdidas los hacen más inaprensibles y necesarios”.
    Rodrigo, como Quijano el Bueno en El Quijote, se nos perdió en este libro. Mas como fue siempre previsor, nos advirtió al final de este libro, con la magia del verso:
                “Si te quedas a mi lado
                Ya no querré morirme”.
    A tu lado me quedo, Rodrigo. ¿Y cuántos de ustedes, lectores, querrán quedarse con nosotros? 

___________
* El presente texto se escribió como prólogo a la novela. Lamentablemente, no pudo ser incluido.


Marcos
Reyes
Dávila

Mundo de palabras -Poesía


Mundo de palabras

Es solo con palabras
con el eco de miles
y miles de palabras
que se construye la luz del día
o una simple hoja verde
Una uva
un disco compacto
un abrazo

un reflejo en el espejo
un horizonte
una garza
un relámpago
un adiós







(Retrato de Pedro Mir hecho con las letras, todas, de su poema-libro "Hay un país en el mundo", producido por la UASD y reproducido por la Revista EXÉGESIS en homenaje. El poeta en persona me dedicó la copia.)
Marcos 
Reyes 
Dávila

Un mar lleno de cielo



Un mar 
    lleno de cielo


Pieza del mar me vi una noche
Un trazo cómplice del agua
Letra del gremio
cuando se hace clave de cielo
Cuando el cielo reposa
con todas sus estrellas sobre el mar
y el mar es la certeza
de una sinfonía appassionata

La metáfora perfecta de la vida:
un mar a pulmón pleno
un mar pleno de cielos!

Pieza del mar te vi una noche
llena de allegro cielo
Y fundidos en su vientre vivo
comprendí de golpe
la esencia peregrina de los nombres
y que el mar no duerme nunca
Que venía por mí siempre
    –y por nosotros
Que respira poderoso
como un planeta
Que te abraza incesantemente
con un compás inmenso
tal como lo haces tú
que llegas hasta mí como las olas
y me enseñas que no somos dos
Tan solo uno
Dolce y sostenido
Siempre.
Marcos 
Reyes 
Dávila
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