Fortuño, ¿planificó el entrampamiento?
Señor gobernador:
¿Por qué criminaliza usted a los socialistas todavía en estos tiempos que se alejan cada vez más de la época de la Guerra Fría?
Imagino, que usted sabrá que el Jefe de Estado de España, José Luis Rodríguez Zapatero, es socialista, como lo fue el ex presidente Felipe González. Del mismo modo, Bachelet, la expresidenta de Chile, quien disfrutó de los índices de popularidad más grandes de la historia política chilena, como también lo fueron otros jefes de estado europeos en países tan importantes como Francia y Alemania.
Por otra parte, ¿cómo sabe usted que había socialistas el día negro en que la policía de Puerto Rico macaneó a los cuidadanos que juró usted defender? ¿Cómo sabía nadie allí quién es socialista y quién no lo es? ¿Y cuál es el delito de ser socialista como el Jefe de estado español, Zapatero?
¿Está usted criminalizando por ideas políticas absolutamente aceptadas y normales en el mundo contemporáneo?
¿Es legal macanear ciudadanos y echarle en la cara pepper spray?
Si Sancha controla a la policía, ¿por qué tantos policías se quitaron las identificaciones?
¿Está usted abogando a favor de la idea peligrosa de que no sólo los estudiantes, sino la muchedumbre reunida frente al Capitolio la componían delincuentes?
¿Es delito ser estudiante universitario? ¿Es delito en su Puerto Rico ser ciudadano que ejerce su derecho de libre expresión? ¿Es delito para Fortuño ser ciudadano en Puerto Rico?
El país vio, y la evidencia es tan contundente y patente que no necesita ser investigada antes de adjudicarla, que la violencia no sólo la inició la policía de Puerto Rico, sino que la planificó.
La pregunta que debemos hacerle y debe contestar es si usted, señor gobernador, participó en esa planificación. Si este show of force –¿recuerda usted la película sobre los asesinatos que planificó el ex gobernador Carlos Romero Barceló en el Cerro Maravilla de dos muchachos ingenuos?– fue un entrampamiento que no tuvo miramientos ni detente ni siquiera en el interior del Capitolio ni contra Representantes electos del Pueblo de Puerto Rico.
¿Es que no va usted a juzgar a los policías que macanearon a Carmen Yulín mientras le decián “Esto es para ti, Carmen Yulín”, confesando saber, de ese modo, que agredían a una representante al frente de su propia oficina?
La mentira, francamente absurda, de que la violencia la inició y la ejecutó esa muchedumbre de ciudadanos, incluyendo la avería de autos cuando los videos muestran a la policía dando golpes con macana sobre ellos, es muy peligrosa.
Ponga usted a las dos mujeres aterrorizadas de 110 libras frente a policías de 200 libras con armadura y armas y dígame quién agrede a quién.
Permitieron a un grupo pequeño entrar al Capitolio como el que hace una emboscada y espera que su objetivo entre al área del cerco. La policía, y Figueroa Sancha en persona, entramparon
a los estudiantes y ciudadanos que querían legítimamente hablar con sus legisladores, porque Schatz no es el Sha de Irán, no es más que un servidor público como lo es usted, un empleado del pueblo de Puerto Rico.
A las autoridades se les respeta, como a Carmen Yulín, por representar el pueblo de Puerto Rico.
La lógica más elemental concluye que es el Pueblo de Puerto Rico quien tiene que ser respetado en todo momento.
Al Pueblo de Puerto Rico se le respeta, señor gobernador, señor Sancha.
¿Por qué criminaliza usted a los socialistas todavía en estos tiempos que se alejan cada vez más de la época de la Guerra Fría?
Imagino, que usted sabrá que el Jefe de Estado de España, José Luis Rodríguez Zapatero, es socialista, como lo fue el ex presidente Felipe González. Del mismo modo, Bachelet, la expresidenta de Chile, quien disfrutó de los índices de popularidad más grandes de la historia política chilena, como también lo fueron otros jefes de estado europeos en países tan importantes como Francia y Alemania.
Por otra parte, ¿cómo sabe usted que había socialistas el día negro en que la policía de Puerto Rico macaneó a los cuidadanos que juró usted defender? ¿Cómo sabía nadie allí quién es socialista y quién no lo es? ¿Y cuál es el delito de ser socialista como el Jefe de estado español, Zapatero?
¿Está usted criminalizando por ideas políticas absolutamente aceptadas y normales en el mundo contemporáneo?
¿Es legal macanear ciudadanos y echarle en la cara pepper spray?
Si Sancha controla a la policía, ¿por qué tantos policías se quitaron las identificaciones?
¿Está usted abogando a favor de la idea peligrosa de que no sólo los estudiantes, sino la muchedumbre reunida frente al Capitolio la componían delincuentes?
¿Es delito ser estudiante universitario? ¿Es delito en su Puerto Rico ser ciudadano que ejerce su derecho de libre expresión? ¿Es delito para Fortuño ser ciudadano en Puerto Rico?
El país vio, y la evidencia es tan contundente y patente que no necesita ser investigada antes de adjudicarla, que la violencia no sólo la inició la policía de Puerto Rico, sino que la planificó.
La pregunta que debemos hacerle y debe contestar es si usted, señor gobernador, participó en esa planificación. Si este show of force –¿recuerda usted la película sobre los asesinatos que planificó el ex gobernador Carlos Romero Barceló en el Cerro Maravilla de dos muchachos ingenuos?– fue un entrampamiento que no tuvo miramientos ni detente ni siquiera en el interior del Capitolio ni contra Representantes electos del Pueblo de Puerto Rico.
¿Es que no va usted a juzgar a los policías que macanearon a Carmen Yulín mientras le decián “Esto es para ti, Carmen Yulín”, confesando saber, de ese modo, que agredían a una representante al frente de su propia oficina?
La mentira, francamente absurda, de que la violencia la inició y la ejecutó esa muchedumbre de ciudadanos, incluyendo la avería de autos cuando los videos muestran a la policía dando golpes con macana sobre ellos, es muy peligrosa.
Ponga usted a las dos mujeres aterrorizadas de 110 libras frente a policías de 200 libras con armadura y armas y dígame quién agrede a quién.
Permitieron a un grupo pequeño entrar al Capitolio como el que hace una emboscada y espera que su objetivo entre al área del cerco. La policía, y Figueroa Sancha en persona, entramparon
a los estudiantes y ciudadanos que querían legítimamente hablar con sus legisladores, porque Schatz no es el Sha de Irán, no es más que un servidor público como lo es usted, un empleado del pueblo de Puerto Rico.
A las autoridades se les respeta, como a Carmen Yulín, por representar el pueblo de Puerto Rico.
La lógica más elemental concluye que es el Pueblo de Puerto Rico quien tiene que ser respetado en todo momento.
Al Pueblo de Puerto Rico se le respeta, señor gobernador, señor Sancha.
Marcos
Reyes Dávila
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