miércoles, 7 de julio de 2010

Aquelarre de la ausencia

    Aquelarre de la ausencia                   

                                    “La lógica de la nostalgia”.
                                       Rodrigo Quesada Monge

A veces basta   
la fragilidad
de un instante
para que se hagan presencias
las ausencias
en una mirada perdida                                   

A veces llegan de pronto
como una pluma que se concretara
entre las manos
llegada de la nada
Otras veces llegan con sigilo
Como un descuido
Como una vela que flotara
viniendo desde lejos
desde el más desatendido
de los presentimientos
huérfano en el aire o galopando
pintando trazo a trazo
su presencia

A veces nos atizan mudos    
como una fotografía que camina
A veces acarician
como una sombra
en la calzada peregrina
A veces muerden
con el beso de hielo
de un pecho estrujado
A veces estallan
como un júbilo de amor acorralado
o como una luna
que irrumpiera de pronto
en la oscura incertidumbre de la noche

Lo vivido canta fuegos
Fuegos de luz y de sombra
Y sin embargo
nunca es temprano
para recordar el trino pelirrojo
Para sentirlo
como un celaje a ras de piel
como un colibrí que sorprende el corazón
o ese soplo que desembarca
uno a uno
los abarrotes de esta bodega
donde llueve cada tarde
y donde florecen
margaritas y trinitarias
de más de medio siglo

Basta con un poco de canela
en una mañana de lluvias
Basta con un ayer de sepias
un érase una vez
o la huella de una sombra
para que a Marco Polo
se le pueblen los mares de Venecia
con juncos chinos
y a Irving lo secuestre una princesa
en una torre de La Alhambra

Para mí
basta despertar
Basta dormir
Basta el silencio del mar
en la mañana
para quedar enredado como un visir
desde siempre y desde lejos
en las mil y una historias
y amapuches
del amor y sus moluscos

La nostalgia oscurece
o reverdece
los campos
requinta el corazón
y colorea las imágenes grises
mientras te envuelve
en una nube tierna de pájaros

Sí. La vida está abarrotada
de ausencias
No transcurre solo el hoy
Todo el ayer traspasa la sabana
como un río de pasos perdidos
que nunca termina
Todo es huella de un ocaso
frente al mar de lo vivido
Todo hoy se asoma a buscarte
como una garita a viento abierto
en el olvido

De cada libro de fotos
se desprenden voces lejanas
que aman o  sueñan
de ira o de quebranto
de vidas que marchitó
la luz primera de una aurora
Palabras que se esconden impenitentes
en las cacerolas
en los espejos y pañuelos
en las copas y los quesos
en un caldo o una avena
en el café y las naranjas
en besos con olores de jazmín
y de gardenias
en la palabra amputada
de un adiós
de un nombre
una flauta
de una canción que desgarra
migajitas de alma
La melancolía es
la lógica de una nostalgia

Lo vivido canta fuegos
de luz y sombra
en el aquelarre de la ausencia
como una luna que irrumpiera de pronto
en el mar de los olvidos
que fuera arrimada con nosotros
como un fardo
un lastre a veces
una mochila de útiles
un sabor agridulce
que todo lo corre y lo recorre
un párpado

en fin
caído en gracia

Gracias gracia
me digo que te digo
Gracias por tus cuentos.






Marcos 
Reyes 
Dávila

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails