en Puerto Rico
Miguel Roca publica esta mañana en El Vocero –colonial-estadista– un artículo titulado “Basta ya de jueguito en la UPR” para señalar que la huelga de casi un mes en los once recintos “no aguanta más”. Contrario a lo que entendemos todos los universitarios y casi todo el país, el señor Roca miente al decir que la huelga la realiza una minoría y no tiene “lógica” ni justificación.
Las fotos del día de ayer son más elocuentes que el señor Roca y lo desmienten. Esa supuesta minoría, que ha triunfado de manera abrumadora e indudable en todas decenas de asambleas realizadas en todos los once recintos del sistema universitario público, incluso las organizadas fuera del recinto por el propio gobierno, ha podido cerrar de manera absoluta once recintos distribuidos por norte y sur, este y oeste del país, sin más dificultades que las que presenta la intensa represión policiaca.
Cualquiera con voluntad de ver, ha visto que la Universidad de Puerto Rico está en estado de sitio. El Recinto de Río Piedras está totalmente rodeado por un ejército policiaco.
El gobierno intenta ahogar la huelga impidiendo la entrada de alimentos y líquidos a los numerosos estudiantes que ocupan los recintos desde hace casi un mes, viven en ellos, los cuidan y los asean porque los estudiantes aman su alma-mater. En cambio, el amor por la UPR del gobernador Fortuño, de la Junta de Síndicos y de su Presidente brilla por su ausencia.
No obstante, la policía criminaliza la protesta estudiantil, y con ello, a muchas decenas de
miles de ciudadanos entre estudiantes –que suman cerca de 70 mil– , padres y madres –multiplique por dos a los 70 mil–, los profesores y los empleados no docentes de todos los recintos, la clase artística del país, los sindicatos del país. El país proyecta al mundo un clima de represión y violencia de parte del estado, que se ejerce contra nuestra juventud y decenas de miles de ciudadanos dispuestos a entregar su sangre. La Universidad de Puerto Rico es hoy por hoy la Universidad de la Macana y de la Ira. El mundo entero lo sabe. El mundo entero lo está viendo por internet.
La brutalidad de la fuerza es la única táctica gubernamental. La brutalidad es antidemocrática e intolerable. No son los estudiantes los que mantienen cerrado el recinto y destruyen la universidad. Es la mentalidad obtusa, desenfocada y rabiosa del gobierno de Luis Fortuño, el hombre que más debería preocuparse por los ciudadanos y los jóvenes del país. El gobierno-araña de Fortuño todo lo destruye.
Hemos visto cabezas ensangrentadas, pateados en el piso, padres y madres que intentan desesperadamente llevarle a sus hijos lo que necesitan, ir con tubos de su propia sangre en las manos para entregársela al Presidente de la Universidad en lugar de la de sus hijos. Hemos visto a artistas del país de la talla mundial de Ricky Martin o Calle 13, y muchos más, apoyar a los muchachos y las muchachas del país.
El intento abusivo del gobierno estadista neoliberal de poner en estado de sitio la Universidad de Puerto Rico está virando la tortilla sin pretenderlo. El resultado es que el país está poniendo al gobierno en estado de sitio.
Cuando los padres y las madres, cuando los sindicatos y los artistas, cuando los ciudadanos de un país están dispuestos a entregar su sangre, la explosión social es inminente.
La prensa del mundo hace un escándalo cada domingo que sale a marchar la decena de damas de
blanco en La Habana. Aquí son centenares de miles. Aquí se vierte la sangre. Aquí hay huelga de hambre y hay un estado de sitio que contra todos los derechos humanos intenta impedir que muchachos y muchachas que estudian en las universidades reciban agua, alimento, cuidado médico. La brutalidad de la fuerza es la única táctica gubernamental. La brutalidad es antidemocrática e intolerable. No son los estudiantes los que mantienen cerrado el recinto y destruyen la universidad. Es la mentalidad obtusa, desenfocada y rabiosa del gobierno de Luis Fortuño, el hombre que más debería preocuparse por los ciudadanos y los jóvenes del país. El gobierno-araña de Fortuño todo lo destruye.
Hemos visto cabezas ensangrentadas, pateados en el piso, padres y madres que intentan desesperadamente llevarle a sus hijos lo que necesitan, ir con tubos de su propia sangre en las manos para entregársela al Presidente de la Universidad en lugar de la de sus hijos. Hemos visto a artistas del país de la talla mundial de Ricky Martin o Calle 13, y muchos más, apoyar a los muchachos y las muchachas del país.
El intento abusivo del gobierno estadista neoliberal de poner en estado de sitio la Universidad de Puerto Rico está virando la tortilla sin pretenderlo. El resultado es que el país está poniendo al gobierno en estado de sitio.
Cuando los padres y las madres, cuando los sindicatos y los artistas, cuando los ciudadanos de un país están dispuestos a entregar su sangre, la explosión social es inminente.
La prensa del mundo hace un escándalo cada domingo que sale a marchar la decena de damas de
Puerto Rico está en estado de sitio.
Marcos
Reyes
Dávila
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