A la memoria de Saeed Chmagh y Namir Noor-Eldeen,
periodistas asesinados en Iraq.
¿Cómo se mide el tiempo
sobre el mar?
Más allá de la furia
estamos juntos
Más allá de la ira que se levanta
como un brazo de humo por el Eufrates
Más allá
del pozo petrolero de la sangre
y el arcoiris negro de la guerra
hay un muerto siempre
atragantado en la palabra
y un hombre ahorcado en su nombre
¿Cómo se mide el tiempo
en el desierto?
De caballo a caballo
de torre a torre
todo es diferencia blanquinegra
menos el plano de su campo
la espada de sus reglas
De ring a ring
de golpe a golpe
todo es igual entre las lágrimas
Allá se fue
–cuándo y dónde
cómo y cuándo–
el imperialismo aquel
de Indochina y de Haití
prendas sagradas
del espanto que huye sin descanso
en la noche que seduce
un reposo que jamás se activa
en lo más negro del temblor
Busco un insecticida para Bush
que actúe
a miles de kilómetros de distancia
Busco un insecticida
que se cuele por su muro de muertos
y se deposite en el plato de sus perros
Cercano a los alazanes
–de la muerte
perdura aún el esplendor fugitivo
de algunas flores
sobre los ataúdes
de tus enemigos:
periodistas armados con sus cámaras,
amigos que conversan
en la transparencia de una mañana
armados de abrazos
Dos niños armados de sonrisas
y de miedo
Busco un insecticida para Bush,
el del gran gasjacking,
el asesino.
Marcos
Reyes
Dávila
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