La Universidad troglodita 
Cualquiera con dos dedos de frente entiende que la asamblea de estudiantes de ayer, promovida y coauspiciada por la Junta de Síndicos, el Presidente de la UPR y el gobierno, bajo la premisa errónea de que una votación masiva, sustancial, rechazaría la huelga promovida según ellos por un grupo minúsculo --que, curiosamente, se proyecta de la misma manera en Río Piedras que en Humacao, en Aguadilla que en Ponce, en Carolina que en Arecibo, en Utuado que en Bayamón, etc.--, esa asamblea, repito, votó por negociar un acuerdo desde una universidad en huelga.
Pero el  gobierno y la administración  vio con estupor cómo sus premisas se desvanecían ante un estudiantado  que daba lecciones de madurez reflexiva, voluntad de lucha, sabiduría y  solidaridad.
Ante  tales cualidades, enseñadas en el hogar según ellos mismos dicen, la  administración y el gobierno quedan desnudos como lo  que son: prepotentes trogloditas que no creen en absoluto en el  diálogo, que reconocen que son incapaces de convencer y de prevalecer en   una mesa de negociación. Dicen que la  huelga es irracional porque  no  tienen capacidad intelectual para comprender el problema ante el cual se  hallan. De modo que parecen hoy más dispuestos que nunca a hacer uso de  la fuerza cavernícola, del músculo primitivo. 
Estas palabras se escriben ante el parte noticioso que da cuenta del despligue policiaco en UPR-Río Piedras y la alarma que anticipa el uso de la fuerza. Y este universitario no quiere creer que los educadores en la administración estén
dispuestos a darle a decenas de miles de estudiantes y a todo el país la lección de la brutalidad aplanadora que acuñó el fascismo intolerante.
Estas palabras se escriben ante el parte noticioso que da cuenta del despligue policiaco en UPR-Río Piedras y la alarma que anticipa el uso de la fuerza. Y este universitario no quiere creer que los educadores en la administración estén
dispuestos a darle a decenas de miles de estudiantes y a todo el país la lección de la brutalidad aplanadora que acuñó el fascismo intolerante.
La policía se creó para  proteger a los ciudadanos, y los estudiantes, sus padres y sus madres,  ciudadanos son. 
La época en la que se podía justificar  el uso de la macana rompe cabezas, del abuso contra los ciudadanos, pasó  a la historia hace tiempo en todo el mundo. Aún en la Honduras  golpista, en Venezuela, en Cuba, se respeta la vida y se evita el golpe  bruto, por lo menos ante las cámaras.
¿Hará otra cosa el  gobierno de Fortuño? 
Porque este tranque, esta incapacidad para el diálogo, esta  amenaza de fuerza primitiva que no educa viene de Fortaleza. 
La  administración universitaria que ordene o contemple sin detenerlo el  ejercicio de la brutalidad, debe renunciar con dignidad antes, como  siempre estuvo dispuesto a hacerlo un rector sabio, hostosiano y siempre  triunfante: Juan Fernández. Ningún  maestro o educador puede rebajarse con el uso del golpe y la amenaza como argumento. La violencia no produce cátedras magistrales ni profesores eméritos!
¡El gobierno  araña que todo lo daña!
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