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A propósito del Colegio de Abogados
Fascismo
en Puerto Rico
no teme a nada
El Tribunal Colonial de Puerto Rico –que insiste le llamen Federal– desea destruir el Colegio de Abogados de Puerto Rico (CAPR) en adulterio público con el partido fascista (PNP) en el poder. La primera legislación del PNP al llegar al poder fue declarar nula la colegiación compulsoria al Colegio de Abogados. Ahora, un grupo que no alcanza a anudar los diez dedos de las manos, acude al Tribunal Colonial para exigir que el CAPR le devuelva la parte de la cuota que pagaron durante años y que el CAPR destinó a un seguro de vida de los colegiados.
El Tribunal Colonial determinó, fraudulenta y olímpicamente, que TODOS los abogados del país, no los diez que demandaban, constituían una clase que demandaba esa devolución a pesar de haber estado todos protegidos por ese seguro durante años y a pesar de que 365 abogados fallecieron durante esos años y el pago total del seguro pagado por el CAPR y los beneficios pagados por el seguro a viudas y viudos constituyen una suma comparable. El CAPR no obtuvo beneficio alguno de ese seguro, sólo las viudas, los viudos y los hijos. Morder eso con tal furia constituye un acto de mezquindad incomparable que se ejecuta ante los familiares dolidos de los muertos
Ese ¿Tribunal? Colonial determinó que en vista de que el Presidente del CAPR no podía demandarse a sí mismo, cosa implicada en el pleito de clase, los abogados incluidos, forzosa y fraudulentamente, en esa clase, y sin previa consulta, podían desvincularse siguiendo un procedimiento complicado a través de una oficina radicada en Estados Unidos. Lo más increíble es que el ¿Tribunal? Colonial le impuso al Presidente del CAPR una mordaza que le impedía informar y dar a conocer que eso podía hacerse. Dado el caso de que ese Presidente del Colegio estimó que esa era su obligación, desobedeció al tribunal y el Juez le impuso una multa y lo encerró en la prisión.
Por otra parte, y coincidiendo con esto, los abogados del PNP fundaron una organización –en inglés– de abogados, rival del CAPR que tiene una existencia de 170 años. A esa organización tendrán que pertenecer, por fuerza, todos los abogados del gobierno fascista, y todo aspirante a juez o a renovación de término de jueces, fiscales y abogados. Asco da el fascismo, el tribunal colonial, y el gobierno de Obama de Estados Unidos que está detrás de esto. El congresista Luis Gutiérrez denunció estos hechos en el Congreso esta semana.
Mi madre, viuda del renombrado abogado puertorriqueño que fue mi padre, ex legislador y presidente fundador de la Oficina del Fiscal Especial Indendiente, Manuel Reyes Serrano, escribió y divulgó una carta de protesta –análoga a la de Marta Bras, viuda de don Juan Mari Brás–. Esta es:
El Tribunal Colonial de Puerto Rico –que insiste le llamen Federal– desea destruir el Colegio de Abogados de Puerto Rico (CAPR) en adulterio público con el partido fascista (PNP) en el poder. La primera legislación del PNP al llegar al poder fue declarar nula la colegiación compulsoria al Colegio de Abogados. Ahora, un grupo que no alcanza a anudar los diez dedos de las manos, acude al Tribunal Colonial para exigir que el CAPR le devuelva la parte de la cuota que pagaron durante años y que el CAPR destinó a un seguro de vida de los colegiados.
El Tribunal Colonial determinó, fraudulenta y olímpicamente, que TODOS los abogados del país, no los diez que demandaban, constituían una clase que demandaba esa devolución a pesar de haber estado todos protegidos por ese seguro durante años y a pesar de que 365 abogados fallecieron durante esos años y el pago total del seguro pagado por el CAPR y los beneficios pagados por el seguro a viudas y viudos constituyen una suma comparable. El CAPR no obtuvo beneficio alguno de ese seguro, sólo las viudas, los viudos y los hijos. Morder eso con tal furia constituye un acto de mezquindad incomparable que se ejecuta ante los familiares dolidos de los muertos
Ese ¿Tribunal? Colonial determinó que en vista de que el Presidente del CAPR no podía demandarse a sí mismo, cosa implicada en el pleito de clase, los abogados incluidos, forzosa y fraudulentamente, en esa clase, y sin previa consulta, podían desvincularse siguiendo un procedimiento complicado a través de una oficina radicada en Estados Unidos. Lo más increíble es que el ¿Tribunal? Colonial le impuso al Presidente del CAPR una mordaza que le impedía informar y dar a conocer que eso podía hacerse. Dado el caso de que ese Presidente del Colegio estimó que esa era su obligación, desobedeció al tribunal y el Juez le impuso una multa y lo encerró en la prisión.
Por otra parte, y coincidiendo con esto, los abogados del PNP fundaron una organización –en inglés– de abogados, rival del CAPR que tiene una existencia de 170 años. A esa organización tendrán que pertenecer, por fuerza, todos los abogados del gobierno fascista, y todo aspirante a juez o a renovación de término de jueces, fiscales y abogados. Asco da el fascismo, el tribunal colonial, y el gobierno de Obama de Estados Unidos que está detrás de esto. El congresista Luis Gutiérrez denunció estos hechos en el Congreso esta semana.
Mi madre, viuda del renombrado abogado puertorriqueño que fue mi padre, ex legislador y presidente fundador de la Oficina del Fiscal Especial Indendiente, Manuel Reyes Serrano, escribió y divulgó una carta de protesta –análoga a la de Marta Bras, viuda de don Juan Mari Brás–. Esta es:
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13 de febrero del 2011
13 de febrero del 2011
Durante 65 años mi esposo, Lic. Manuel Reyes Serrano, fue miembro orgulloso del Ilustre Colegio de Abogados de Puerto Rico. Lo fue hasta su fallecimiento el 11 de nov de 2008. Solo entonces dejó de serlo.
Como su viuda recibí una modesta suma tras su fallecimiento en pago de la póliza de vida del seguro auspiciado por el Colegio de Abogados. Fue poco dinero, pero en algo me ayudó a cubrir mis gastos.
Ahora descubro, con horror, que el nombre de mi esposo figura como demandante contra la institución que tanto quiso y con la que tanto se identificó durante toda su vida. Eso me ofende, como sé que lo ofendería a él.
Escapa a mi capacidad, quizás en algo disminuida por mis casi 90 años, entender cómo algunos abogados renegados han provocado esta crisis institucional y pretenden hacer tanto daño.
Menos todavía comprendo cómo un Juez puede prestarse para esos mezquinos propósitos. Quién sabe a cuantas viudas e hijos de abogados necesitados están privando de la ayuda que significa el seguro de vida. El seguro de vida fue una medida justa, prudente y de conciencia social que ha beneficiado a cientos de familias en momentos de necesidad.
El que el Tribunal Federal haya llegado al punto de encarcelar al Presidente de los abogados de Puerto Rico por meramente comunicarse con sus miembros es algo abusivo, vergonzoso y reprochable. Shame on you, dirían los justos en Estados Unidos.
El presidente del Colegio de Abogados ha dado un gran ejemplo de dignidad, de valor, y de principios. Tiene toda mi admiración y respeto. Como viuda de quien fue un colegiado durante los años involucrados en esta lastimosa controversia, rechazo de la forma más firme y categórica que se manche la memoria de mi esposo al incluir su nombre, sin su consentimiento y contra sus convicciones, entre los de los renegados que intentan destruir al ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE PUERTO RICO. Y exijo que el nombre del Lic. Manuel Reyes Serrano sea eliminado de la lista de la supuesta clase demandante.
El Juez Fusté y los renegados deben sentir vergüenza por sus actos. Que ellos manchen sus nombres, pero el nombre de mi esposo no permito que lo manche nadie.
Espero que esta carta no constituya un desacato al tribunal. Pero de ser así, no le temo. A mis años aprendí a tenerle miedo ni a la muerte.
Carmen Sarah Dávila,
Viuda del Lic. Manuel Reyes Serrano, Colegiado #933.
Carmen Sarah Dávila,
Viuda del Lic. Manuel Reyes Serrano, Colegiado #933.
MRD
1 comentario:
Saludos Compañero,
Desde que la Organización de Naciones Unidas (ONU) determinó en el 1960 que el coloniaje es un crimen en contra de la humanidad, no hay más necesidad para consultas o plebiscitos. La solución es entregarle a Puerto Rico su soberanía.
Pero como el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) no quiere hacer eso, ha ignorado las 33 resoluciones de la ONU pidiéndole exactamente eso. EEUU para engañar al mundo que le interesa descolonizar a Puerto Rico, continúa proponiendo plebiscitos para saber lo que quiere los puertorriqueños. Aunque 100% de los puertorriqueños queramos seguir siendo una colonia de Estados Unidos, todavía estaríamos obligado a tomar nuestra soberanía para después decidir que queremos hacer.
Lo único que sirve estos plebiscitos es para que EEUU divida a los puertorriqueños. Un puertorriqueño no nos invadió para hacernos una colonia. ¿Cuándo nos daremos cuenta que tenemos que unirnos?
¡Por eso es que tenemos que protestar pacíficamente por lo menos 3 veces al año hasta que lograr la descolonización de Puerto Rico!
José M López Sierra
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com
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