lunes, 11 de octubre de 2010

A propósito del Nóbel chino Liu Xia



Cuba, China
¿Quién soy yo para decirles cómo vivir su vida?

Sí. Me lo pregunté antes de ir a Cuba y después también. ¿Quién soy yo para decirles cómo vivir su vida? ¿Quién soy yo para decirle a la Revolución Cubana qué es necesario hacer para desarrollar en Cuba una sociedad libre, justa y económicamente competente preservando su independencia de los afanes inextinguibles de dominación y explotación norteamericana?

Indiscutible es que Cuba es el único país de la América Latina que ha logrado mantener su independencia de Estados Unidos por más de medio siglo. Todos los demás han sucumbido. Muchos de nuestros países han caído una, dos y tres veces, en sus intentos de gobernar para beneficio de sus países y no del capital norteamericano y la política imperialista del Departamento de Estado. Puerto Rico es otro ejemplo triste de dominación colonial.

Con intenciones intervencionistas y de protección al gobierno nazi-sionista de Israel que abusa criminalmente cada día de Palestina, se condena de mil maneras a Irán, se destruyó a Iraq, y se destruye y asesina impunemente en Afganistán. Ahora se discute el caso de Liu Xia, Premio Nóbel de la Paz chino, y la Carta 08 promulgada en la que Xia defiende, según se alega, la “democratización” de China.


China se constituyó en una república comunista tras una prolongada guerra contra los poderes interventores tanto occidentales como japoneses. El Premio Nóbel alemán de Literatura (1999), Günter Grass, al comienzo de su libro Mi siglo (el 1900), habla del Káiser y del envío de soldados alemanes a China a principios del siglo XX con excusa de llevar la "civilización" a los "bárbaros" chinos, y la encomienda de masacrar y “no hacer prisioneros”. Al llegar se encontraron con una fuerza multinacional que probaba sus nuevos rifles y cañones. Se cortaban las colas de pelo de los chinos que se ejecutaban en todos lados para venderlas en Europa como “souvenirs”. Mao tuvo que enfrentar no sólo a todas esas fuerzas extranjeras que invadieron y controlaban casi todo el inmenso país, sino también una guerra civil, pues su proyecto político era una revolución marxista.

Hoy día China se ha convertido en el país más poderoso de la tierra. Lo es, económicamente hablando, y aunque no sea capaz de hacer fuera de sus fronteras lo que hacen los norteamericanos, no creo que nadie se atreva hoy a intentar someter por la fuerza de las armas a sus colosales defensas.

Dice el gobierno Chino que si se aplicara en la China la receta occidental de democracia multipartidista que propugna Xia, el país se hundiría en el caos y se desmembraría, como de hecho ocurrió con la Unión Soviética y provocó la terrible guerra genocida tras la caída de Yugoeslavia. ¿Podría yo asegurar que esa receta conviene a los chinos, o conviene a los competidores imperialistas de Occidente? La política
imperialista europea y norteamericana es tan innegable que no puede ser marginada ni puesta en suspenso en cualquier reflexión que se haga. Son los opresores del mundo los que hablan hasta por los codos de derechos humanos que aplastaron sin misericordia en toda África, toda Oceanía, toda Asia, y toda América Latina en pos de diamantes, petróleo, cobre y todas las demás riquezas de los pueblos de mundo condenados al hambre.

No puedo. En principio simpatizo con la Carta 08, pero no me atrevo a “imponérsela” a China, de ninguna manera.

Marcos 
Reyes 
Dávila

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails