viernes, 19 de marzo de 2010

Yo acuso a España


Yo acuso a España:
camisa blanca ensangrentada

                       

    Confieso que me sorprendió la noticia, publicada en El País, que daba cuenta de que Víctor Manuel y Ana Belén se sumaban a la lista encabezada por Mario Vargas Llosa que suscribió una proclama titulada “Yo acuso al gobierno de Cuba” de violar los derechos humanos. Desde hace más de 35 años admiro la carrera musical de Víctor Manuel, y desde hace mucho sigo también la de Ana Belén. El talento artístico y el entendimiento político no tienen que ser parejos, como ocurre en este caso. Y me apena. No me gustaría verme al lado de Vargas. Ni me gusta verme obligado a ripostar con el desagradable título de estas líneas que se expresan con la intención de que se vea lo desagradable --insisto--, injusto y falso de esas maneras. Pues, ¿cómo puede nadie en su sano juicio pretender que Cuba se gobierne y en Cuba se viva como en España? ¡Ay, Martí de "Nuestra América", cuán poco te han oído algunos!
      La acusación sobre la violación de los derechos humanos en Cuba se hace muchas veces
obviando factores de vital consideración, como lo es, por ejemplo, el carácter revolucionario del
gobierno cubano. ¿Terminó la revolución en Cuba? ¿Terminó acaso el día que las fuerzas
rebeldes derrocaron a Batista y entraron en La Habana? ¿Terminó acaso el día que Fidel Castro
asumió el poder político? ¿Terminó
acaso el día que se declaró el carácter socialista de la
revolución? No: la revolución empezaba entonces.
      La revolución tenía como objetivos fundamentales la defensa los derechos nacionales del pueblo de Cuba de la explotación y el domino norteamericano, y la defensa, además, de los derechos de los trabajadores y campesinos de la explotación capitalista.  Toda la gesta bicentenaria por la independencia de Nuestra América da cuenta del primer objetivo: defender los derechos nacionales de nuestrospueblos. Defender los derechos de los trabajadores y de los campesinos dependió de una nueva visión política capaz de entender el engaño oculto detrás de la “igualdad” que proclamaron las revoluciones francesa y estadounidense. La “igualdad” allí no incluía a los esclavos, ni a los indios americanos, ni a los pobres, ni a las mujeres. La burguesía logró el poder en ambas revoluciones, y procedió a la explotación de los trabajadores en todo el planeta. Fue necesario esperar por Lenin para que el proletariado y el campesinado tuvieran por fin la oportunidad de proclamar una igualdad verdadera. Sabemos que ese intento fracasó. Pero el principio sigue siendo válido y deseable.     
      La revolución cubana se desarrolló a pocas millas del imperio que la bloquea, y se planteó, como en su momento le ocurrió a la Revolución Rusa, la posibilidad de desarrollarla en un solo país, esto es, en una situación de aislamiento, sin el apoyo industrial de países con previo desarrollo capitalista. Esa situación se le manifiestó plenamente a Cuba tras la caída del bloque soviético, pero el bloqueo occidental y la agresión perpetua eran hechos patentes desde el comienzo mismo de la revolución. Por esa razón pudo Cuba ser aislada de la comunidad latinoamericana a la que pertenecía por derecho propio.
       La Revolución Cubana ha logrado permanecer por medio siglo a pesar de las infinitas agresiones del imperio y de sus aliados. Entre esos aliados están, de manera destacada y protagónica, los países europeos que  forjaron su riqueza en la colonización y explotación del planeta al calor de imperios de mayor y de menor envergadura. Pena particular da España, “madre” de veinte países del hemisferio americano, y en la que siempre prevaleció, ya fuera bajo Franco, bajo la derecha
política, o el socialismo “light”, el guille imperial a la relación filial. A nadie debe extrañarle el
caso, por más que duela. Porque el imperialismo no duerme: todo lo compra, todo lo corrompe o
todo lo aplasta. Cuba vive en una situación constante de “guerra fría”. Si Cuba baja la guardia,
¿tendrá una oportunidad en un millón de escapar al destino de Manuel Zelaya en Honduras? Si
Cuba se abre a lo que ellos llaman libertad de prensa, ¿tendrá alguna oportunidad de escapar del monopolio de las multinacionales de la comunicación, defensoras del
neocapitalismo? ¿Ignora alguien que la prensa, la televisión, o las noticias, son industrias como, desgraciadamente, y en abierta violación a los derechos humanos, es también industria el negocio de la salud en el mundo capitalista?
    Ahora defienden, contra el gobierno de Cuba, a un grupo de esposas de presos arrestados
por conspirar contra el estado y en favor del imperialismo norteamericano. Defienden contra
Cuba, pero no hablan de los cinco cubanos presos en Estados Unidos por denunciar ante las
autoridades la conspiración terrorista contra Cuba que se organizaba en suelo norteamericano.
Tampoco hablan de la tortura y la violación de todos los derechos humanos, todos, cometidos contra los detenidos en la base de Guantánamo por parte de las autoridades norteamericanas, en algunos casos por meras sospechas o por denuncias anónimas hechas por desconocidos.
    ¿Cómo podrá compararse, me pregunto, a un señor en huelga de hambre y a unas señoras
vestidas de blanco por los yanquis, con la labor revolucionaria desarrollada por medio siglo en
Cuba? Porque la aportación de los Castro y de la pequeña Cuba es gigantesca en la historia de la
humanidad. Nadie puede ignorar la singularidad extraordinaria del caso cubano en el siglo XX y
la manera como esta pequeña antilla, sin grandes recursos económicos, ha impactado sin
embargo la vida y el destino de millones de seres humanos en decenas de países y en varios
continentes. Nadie puede ignorar ese millón de manifestantes que una y otra vez convoca la
revolución en su apoyo y que desfila por el malecón, cara a cara, ante los Castro. Yo lo vi con mis ojos en el 2005.

Prensa de hoy:

Exportan equipo para electrocutar y torturar

04:32 p.m. Fábricas en Europa venden los artículos a países como Venezuela y México...

    Seguir hoy en día a la Yoani fabricada por los medios en el extranjero, a las diez señoras
en camisas blancas, a los presos en huelga de hambre, a Mario Vargas Llosa, a El País, es una
vergüenza, comparable a elogiar a Israel, un estado nazi y terrorista. Nada es más evidentemente propaganda mediática orquestada que ese asunto de las "damas de blanco". Quizás sólo lo supere, como propaganda política el burdo y desagradable "Yo acuso a Cuba" que orquesta el imperio desde medios burgueses como El País. Precisamente hoy, como para fortalecer mi argumento, acaba de hacerse pública la noticia de que "alrededor de 150 empresas europeas, con base en países como España, Italia, Francia, Alemania, Hungría y la República Checa, fabrican y venden instrumentos de tortura".  España tiene raíces que parecieran fascistas y que van mucho más allá de la guerra civil y del franquismo. Allá, perdido entre los eventos de fines del siglo XV con la creación de la Santa Inquisición y la conquista y colonización de América, está la persecución de judíos, de musulmanes y de indios americanos que vieron arder sus centros ceremoniales, sus códices y sus ciudades producto de la intolerancia del celo religioso y del ejercicio crudo de un poder rapaz. A Puerto Rico, España lo abandonó a su suerte en el 1898, y lo sigue abandonando hoy. A Irak lo atacó argumentando mentiras y contra la voluntad manifiesta del pueblo español.
    ¿Cuántos millones de vidas tienen en su cuenta tus gobiernos, España?  Tu camisa blanca debe estar manchada de sangre. No lo olvides antes de condenar –¡otra vez!–  a Cuba, hermana nuestra.


Comparemos a Cuba con Estados Unidos. ¿Les parece?

Tómese la siguiente nota de prensa a modo de ejemplo:

Familias de presos de Guantánamo quieren la verdad sobre “suicidios”
WASHINGTON, 18 de marzo.— Las familias de dos hombres muertos en el 2006 en la prisión de la ilegal Base Naval de Guantánamo —en lo que el Ejército estadounidense presentó como suicidios— pidieron a la justicia que reconsidere su demanda a la luz de nuevos testimonios de militares, que estaban allí cuando ocurrieron los hechos, constató la AFP este jueves.
En su solicitud al tribunal federal de Washington, una copia de la cual obtuvo la agencia de prensa francesa, los familiares afirman que se descubrieron "hechos excepcionales y desconcertantes" en relación con las muertes de sus hijos Yasser al-Zahrani (saudita, de 22 años) y Salah al-Salami (yemenita, de 33 años).
Su demanda se basa en las declaraciones de cuatro militares, entre ellos uno de alto rango, Joe Hickman, quien estaba de guardia en el mirador del campo de detención, donde se encontraban las celdas de los dos hombres la noche del 9 al 10 de junio del 2006.
Hickman narró que había visto el traslado de tres hombres desde sus celdas a otro campo, y luego vio cómo regresaba el furgón que descargó algo directamente en la enfermería.
Cuando tres minutos más tarde el campo se encontraba en plena efervescencia, Joe Hickman pidió los detalles de lo ocurrido a uno de los enfermeros, y este respondió, según él, que "tres prisioneros habían sido llevados a la enfermería, ya muertos por as-fixia, porque tenían trapos metidos a la fuerza en sus gargantas". Uno de ellos presentaba marcas de golpes.


O miremos lo que dice la prensa española un par de días después:

"Como cada domingo desde hace siete años, las Damas asistieron primero a una misa en la iglesia de Santa Rita, en el barrio habanero de Miramar. Diplomáticos de una decena de países, incluidos Alemania, Suecia, Italia, Reino Unido, República Checa, Polonia, Hungría, EE UU y el consejero político de la embajada española, Carlos Pérez-Desoy, estuvieron en el oficio religioso, aunque no acompañaron a las mujeres en su marcha posterior por la Quinta Avenida"...

¡Ah, Dios mío! ¡Qué transparente eres!
Marcos
Reyes 
Dávila

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