Campana libertad
I.
Pensemos que el canto
viene de lo alto
porque viene desde adentro.
Pensemos en la panza de mi madre
y el badajo de mi padre.
Un gong
y fui nacido para el canto.
Un gong,
y nacimos para la sorpresa
y la palabra.
II.
Cernobbio, Lago Como
Cómo despierta el día
esa campana
cómo sacude el polvo
de todas las morriñas
Y a galope,
corriendo como una niña
tras el viento,
sacude los reposos,
se expande por lo inmenso
recoge lo disperso
y eleva la vida.
Ya lo dijiste tú,
querido Pablo:
¡el mar y las campanas!
III.
Una campana
hilvana la costura de las horas
que aún no se han ido
abre los espacios vacilantes
pone minutos como huevos
y compone los días como una sinfonía.
Una campana compunge las almas
que acuden al encuentro de su dios
anuncia como los heraldos negros
los azotes de un peligro
celebra las lluvias
advierte del fuego de los campos
alegra las uvas y el trigo
y el tiempo recobrado de las clases.
Una campana
enloquece en cada casamiento
se cae y hunde
en los funerales de las mamás grandes
flota en la tristeza de cada alegría
enarbola la victoria de cada derrota
como llama a comer
llama a cesar y descansar
resuena como los golpes de una sentencia
o como esa algarabía
que me aturde en medio de tus senos.
Una campana
llama como un hijo
en las noches apagadas
o se expande y se extiende
como un mar de banderas.
Una campana
sencilla y llanamente
celebra como nadie la libertad.
IV.
Vieques, la Isla Nena
Pensemos que la nena
aún no ha nacido.
Pensemos que la nena
conjura el porvenir de la isla grande...
Cómo llaman las campanas!
Cómo llaman!
Marcos
Reyes
Dávila
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