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Para haití
Por Marcos Reyes Dávila
Haití, haití, ¡ hai-tí !
cómo te digo
si quisiera decírteme
con los ojos cerrados.
Cómo puede tomarse este cielo derrotado?
Esta tierra literalmente estremecida
y herida por hachas planetarias?
Que no quiero ver a esta mujer
–alguna vez trenzada por el júbilo–
pieza aturdida ahora del escombro
que me mira sonámbula o atónita
rendida por el polvo
hasta la piedra
cuerpo de piedra ya
que danza
aturdida
espirales
Grité ayer
¡Ay-tí!
por socorrerte
por auxiliar
a quien fundó la libertad de américa
Hoy te abrazo el golpe
sobre el pecho
a lo vallejo
–obviamente
A punto de cerrar los ojos
y huírmete
A punto de quedarme mudo
y perdérteme
Pero hay tanto que hacer!
No puedo!
Que Haití está tornado.
Tornado y clavado
¡otra vez!
–¡puro corazón!–
en medio de los ojos del espanto.
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