Memoria de Comala
“Así empieza lo malo.”
Javier Marías
.
1. Te equivocaste, Jorge
en tus coplas
por la muerte de tu padre
No somos el río
que va a dar a la mar
sino solo un barquito
en el inmenso río
Una ola sola
que sobre la arena
sube y se derrota
El relámpago fugaz
que impugna la noche
Una nube roja del alba
Es decir, solo un ademán
Quizás somos
la foto de un recuerdo
que se esfuma
en el álbum ingrato
y agraz de la memoria
O un dolor perdido
en la gaveta de tereques
O el júbilo de olvidarme
en la marea de tu vientre
Igual que una llave
que se halla
olvidada ya la puerta que guardaba
Quizás somos tan solo
los fantasmas del pueblo de Comala
.
2. “Así empieza lo malo
y lo peor queda atrás”
dice Marías con Shakespeare
apuntando con la pluma de su dedo
a la bruma de los días despejados
Y es cierto
Es muy cierto
Todo dolor
y todo júbilo
se queda callado y encayado
en los resquicios de piedra
de la memoria
Todo lo vivido
se recuerda como se puede
se quiere o se quisiera
pero siempre fijado
en su tiempo y en su lugar
Allí se queda
como esa mano o esos ojos
angustiados
pero perdidos
en el fondo milenario
de una cueva
Allí se diluye
según los pasos nos alejan
y el tiempo mana
Allí se difumina y se borra
Se atenúa
y se pierde
Y sin embargo...
Hay también caídas erguidas
como hay besos perennes
Erguidas y perennes
como las columnas
de un partenón tenaz
Caídas y besos
que traspasan el tiempo
y el espacio
–la vida entera–
como esta flecha
–de luz y sangre–
que atraviesa el pecho
con sorpresa
Así lo recuperó Gabriel
el día que regresó a Macondo
en el tren
Y es que hasta Comala arde
de fiesta algunas tardes.
Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
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