sábado, 15 de febrero de 2020

El XII Festival de poesía en Puerto Rico

El Festival de Poesía: “Ya está hecho viejo”




Juan Antonio Corretjer, abril 1980/foto por Ricardo Alcaraz Díaz
A propósito de Juan Antonio Corretjer
De los poetas puertorriqueños todos –a pesar del milagroso tuntún de Palés, a pesar del llanto del Río de Loíza de la idolatrada Julia de Burgos o el canto de la locura de don Paco –, es Juan Antonio Corretjer quien goza, con mayor aceptación, del atributo de “Poeta Nacional”. Y es que la dedicación de un poeta a la lucha patriótica por la vertiente nacionalista de su liga socialista, apenas cedió espacio a otros derroteros, aunque cediera a los consuelos que llamó “pausa para el amor”. Pocos poetas han podido articular de manera tan congruente y fina la lucha política con un decir poético nutrido de franca epifanía.
El milagro de la poesía de Juan Antonio Corretjer no fue propósito pretendido, o buscado: fue un producto, el resultado no premeditado de un quehacer innato, hijo de la vocación y el deber, que husmeaba a diestra y siniestra todo el olor del pueblo adolorido, todo el sabor agridulce del cuerpo palpitante de la patria-pueblo, de la madre-patria. Su poesía se remontó a los orígenes precolombinos; rastreó el desarrollo y las raíces que transfiguraron la patria que nació sin saberlo ni sospecharlo del trabajo mismo, y que, gracias al trabajo, nacerá un día libre; honró los heroísmos que parieron con dolor, valor y sacrificio la lucha permanente por la libertad; dio vida a las utopías, a los desembarcos luminosos de una profecía que a su juicio es ya herencia cierta, hija del tiempo bolívar que nunca acaba.
La “Alabanza en la torre de Ciales”, particularmente, se sustenta en el homenaje a las fuerzas que crearon la patria, a un pueblo entero representado gloriosamente en figuras sublimes como Eugenio María de Hostos y Betances. Albizu Campos no le pudo ir a la zaga a aquel que fue secretario del Partido Nacionalista albizuista. En Corretjer nos asombramos de la manera tan entrañable, íntima, como le nace del latido de su alma tantas vivencias filigranas de ese vivir colectivo propio, nuestro, visto con los ojos águilas del amor. ¿Qué decir o no decir de esos versos musicalizados que hablan del nombre propio que extrae de las corrientes de río que recorren al país de norte a sur: Inabón Yunes, “libremente decidido”? ¿Qué decir de esa suya “Alabanza” a todos los hombres y mujeres que trabajaron? Qué decir de ese invencible testimonio de quien jamás fue “humillado, jamás herido ni aplazado”. De ese pitirre que nunca rindió su cantata en la “trampa de hierro” ni en el rencor.
A 112 años de su natalicio, a 35 años de su muerte, éste, que “sería borincano aunque naciera en la luna”, será objeto de un homenaje del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico (FIPPR), edición del 2020, justo en el mes de marzo que lo viera nacer. Caído como un clavel en la cesta de homenajes del FIPPR (este año del 21 al 27) que año tras año honra a grandes poetas puertorriqueños como Julia de Burgos, Francisco Matos Paoli, Luis Lloréns Torres, José de Diego, Clara Lair, Luis Palés Matos –y otros como el grupo Guajana– la poesía de Corretjer irá libremente de la mano de los poetas invitados del FIPPR por todo Puerto Rico, como lo hace cada año.
Porque la poesía debe recoger el alma del pueblo en que nacemos, el lema o motivo que yo seleccionara este año, como lo fue aquel “Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste!” que se utilizó de manera tan oportuna cuando se homenajeó a José de Diego, justo después del azote atroz del huracán María, fuera, en esta oportunidad, “¡Tu herencia es el paraíso!” Más que “¡Alabanza!”, que contiene un mensaje que, fuera de contexto, carece de su significado; o “Aunque naciera en la luna”, que bien acoge el que quizás sea el verso más conocido de don Juan. Pero, “¡Tú herencia es el Paraíso!”, pone sobre el tapete un mensaje de esperanza, de dignidad y orgullo propios, y de una determinación que bien podría acompañar estos días de pánico sísmico y estos tiempos de indignación. Mas, sea cual sea el motivo que elija el Comité Organizador del FIPPR, la mera oferta de Juan Antonio Corretjer, en estos días de oscura incertidumbre y hambre de escarmientos, es de por sí un formidable acierto. De una u otra manera el FIPPR podrá decirle al país que, por nuestra parte, el trabajo: “Ya está hecho viejo”. La poesía no canta en vano.

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