sábado, 11 de enero de 2014

El ungido



El ungido

                  Para Fernando Pistilli

Si todas las aguas vienen de
ti
Si en ti
todas concurren
y se asonatan
   –sinfónicas
como una orquesta de arpas
Un universo de aguas
despierta en ti su corazón
Una estampida
entre el estupor
y la euforia
el frenesí y la alegría
Ni tango
ni bosanoba
ni candombe
ni guaraña
Sencillamente
catando cataratas
en un carnaval
de aguas liberadas
Tan vivas
    –Iguazú
que llueve en tus orillas
para arriba
Que ruge y bufa
por donde todo tú
vas pasando
    –eternamente
me parece–
como retoño vivaz
de un paraíso que no duerme

Absorbido por ti
perdí entre tus aguas claras
todas las armas de mi sangre
y mis pañuelos blancos
Llegué a ti
como llegué Iguazú una mañana
Pero Iguazú salí
Dejaba rastros de ti
por todos lados
Me salpica iguazú
aún
como hijo de Iguazú que soy
Meses después de verte
me persigue el abrazo
como hijo de tus aguas
y primo de los peces

Cómo no creer
después de ti
en el diluvio
amor
Amor hecho del agua
Si incluso los tucanes
ofrecen a los dioses del río
el verso coloreado de sus picos
en la poesía de la vida virgen
Los tucanes
han lamido racimos de arcoiris
en las acequias consteladas
y en el musgo del muslo
de tus caricias largas

Y cómo gozan de avaricia
las aguas
con la caricia de la tierra
y en el vino transparente
de tus cañas
No hay sed aquí
De nada
Ni de amor
ni de asombro
ni de abrazo
ni de vida
Bañado en la novela interminable
de tus aguas
ungido y bautizado
en la infinita biblioteca de las gotas
en la risa de un dar
que no se agota
Que no caduca
ni perece
Tanto jinete en la risa
tanto regocijo de pájaros
tanta agua
para reverdecer un planeta
y preñar desiertos con los racimos
de una eternidad
que no cabe en testamento

Ahogados en el río
y naciendo en el río
los dioses de la pura transparencia
Que los ojos claros
de Atabeira
no tienen nunca sueño
Sueño son
ahogados en su larga cabellera
y fundación de toda primavera
que acuna
justo donde nace el amor siempre
los cantares de las evas

Tanta arteria tatuada en la tierra
tanta madre de todas las raíces
Tan salvajemente nupcial
tambor de las caderas
que eres ruta
brújula
aorta de todo corazón
que se precie de la vida

Te vas
Te vas
Pero te quedas
aunque te vas
Que es aquí
donde todo verdaderamente pasa
y todo verdaderamente queda
Fugazmente detenido
entre los lirios y los lotos
El instante
y la eternidad fundidos
como nunca vi antes
Cuántas historias
se van cada momento
en el nadir de todo derrotero
Cuánto río que se va riendo
aunque se queda fijo

Quién podría ubicar tu principio
urgando por todos los cielos
las cuerdas del aguacero
Quién puede ubicar tu fin
surcando todos los océanos
Puro cielo
pura arteria feliz
del corazón de la tierra coloreada
y puro mar
indómito y tenaz
Ni naces
ni mueres
en la caída
porque caída eres
como eres derrotero
y punto de arranque
de los caminos
Tu abrazo es infinito

Apalabrado de aguas
y en este testimonio
ungido soy
Y vivo!


                    Marcos
                    Reyes Dávila
                    ¡Albizu seas!



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