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El colibrí
No dudabas
Como el ciervo
y el bisonte
la mano y el colibrí
de las cuevas de altamira
me brindabas siempre
–presta al hervor
alucinado–
las flores de tu espalda
para grabar
en tu lienzo de piedra
las raíces de mi pecho
y de mi alma
mis días
y mis noches
mis fuegos
y mis aguas ...
Así prendieron en ti
¡Y echaron alas!
Marcos
Reyes Dávila
¡Albizu seas!
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