A propósito de golpes de Estado -Chile otra vez

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A propósito de golpes de Estado
Chile otra vez

Dicen los medios de prensa que una comisión aumentó la cantidad de víctimas atribuibles al Golpe de Estado de Pinochet en el 1973 

a más de 40,000.                                                                                          Cuando oímos hablar de golpes de estado pensamos en golpes que derrocan presidentes como Salvador Allende. Pero la verdad es que la esencia de un golpe de estado no es la de derrocar presidentes, sino la de derrocar la voluntad soberana de los pueblos, de la mayoría de los pueblos.

En el caso de Allende se trataba de un presidente que había ganado la presidencia y que en su ejercicio del poder había aumentado significativamente su apoyo popular, de modo que cabía anticipar su reelección. 

Para evitar esa reelección, la derecha chilena recurre al golpe, y como es un golpe contra el sentir de la nación, el golpe necesita para sobrevivir de la represión, del uso de la violencia. 

Por eso las numerosas torturas y las ejecuciones.

Ahora leemos que alrededor de 240,000 ciudadanos salieron a marchar ayer a las calles, otra vez, en demanda de la enseñanza gratuita. 

Leemos que las encuestas señalan que cerca de un 80% de la población de Chile respalda esas demandas.

Que el gobierno recurra a la represión y amenace a su propio pueblo con armas de guerra, como dicen las noticias, ¿no es un golpe de estado?
¿Acaso No es pretender reprimir y aplastar la voluntad soberana del pueblo de Chile con la excusa de haber sido electo en una votación previa?

¿No es la democracia el gobierno del pueblo, el respeto a la voluntad del pueblo?

Irrespetar esa voluntad, violentarla y aplastarla, ¿no es, entonces, un golpe de estado??

¿No hizo eso Rosselló con la venta de la Telefónica?

¿No hizo eso Fortuño con la UPR?

¿No hizo eso el gobierno de Estados Unidos en el 1898, con Albizu y con la voluntad soberana de Puerto Rico?

  
Marcos

Reyes Dávila