lunes, 24 de agosto de 2020

No te mueve mi amor para quererme


AUTOCRÍTICA



 A mí me parece un buen soneto. Aparte de la modelo, las flores y la buena fotografía, está la adopción del famoso soneto anónimo citado, pero invirtiendo los referentes al tú y yo (me mueve / te mueve; quererte / quererme), y el sentido de lo divino a lo humano, que es otro traspiés al uso clásico de las versiones "a lo divino".

Además, en términos de versificación es excelente, y si bien no tiene un esquema de rima clásico, si lo tiene suficiente (ABCB /BDED/DFG/HHD), y más si añadimos las rimas internas.

Además, el endecasílabo y el sentido de la frase coinciden sin encabalgamientos ni añadiduras o ripios. Finalmente, los acentos internos, invariablemente recaen no sólo al final del verso sino en la sexta sílaba.

Y finalmente, hay suficiente sentido figurado y metafórico, sin hacerlo oscuro, y a pesar del referente al soneto conocido, un contenido propio y suficiente como para considerarlo fuera del tópico y auténtico. Primero, la mera inversión del sentido de los sujetos; del sentido de lo humano y lo divino; el hecho de que no se profesa el amor sentido por la primera persona gramatical o la voz que habla, como suele verse, sino la segunda; las alusiones al cielo, la acequia y el jardín secreto del encuentro, con todas las sugerencias consabidas; los frutos, la fiesta brava; la minusvaloración con sentido de autoculpa que lo mueve a reconocer los dones recibidos, destacando entre ellos el perdón, que culmina con el reconocimiento del poder del amor.

Concédanme la modelo al menos.

He dicho.

 

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