miércoles, 4 de mayo de 2016

El Festival de Poesía de Lima - FIPLIMA 2016




El festival de poesía de Lima: 
la poesía en el viento
 
Sí. Los pájaros cantan quechua. En Lima, por lo menos.
    Es que del 13 al 16 de abril de 2016 se celebró el Tercer Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA). El mismo contó con 105 poetas de 30 países –incluyendo Perú. En veinte sedes, con ingreso libre, se ofrecieron 27 recitales, diez actividades, principalmente musicales, y cinco talleres. ¿El lema?: “Todo lo imaginable es posible”, bien cumplido.
    El FIPLIMA es un magno acontecimiento cuya idea original y dirección principal es de Renato Sandoval, de la Editorial Nido de Cuervos, con la coordinación de Roxana Peramás, con Javier Llaxacondor como gerente y una batallón de colaboradores.
    Invitados por Puerto Rico estuvimos presentes Mayrim Cruz Bernal y quien escribe estas líneas. Estuvieron presentes, además, poetas de la más connotada reputación como los candidatos al Nóbel, Cees Nooteboom, de los Países Bajos, y el ruso Yevgeny Yevtushenko, a quien conocimos hace poco más de 40 años cuando visitó la Universidad de Puerto Rico. Lo saludamos, recordó esa visita, y sin mediar palabra preguntó qué íbamos a hacer con la crisis que vivimos. Yevtushenko estaba al tanto de la penosa coyuntura de Puerto Rico.
    Junto con estos, una orquesta de representantes de Argentina, Austria, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, EEUU, España, Estonia, Finlandia, Irak, Israel, Italia, Luxemburgo, Marruecos, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, Suecia, Suiza, Uruguay y Venezuela. Los poetas peruanos, como es de esperar, encabezados por Leoncio Bueno, constituyeron la delegación más numerosa.
    Al respecto de la participación en las actividades principales, esto es,
apertura y clausura, hubo un total de 48 turnos, pero participaron solo 22 países, pues de algunos de estos se presentaron varios representantes. El grupo mayor –Perú, y fuera de ellos, claro–  fue de Argentina, con cinco turnos, y EEUU con cuatro. Muchos países, pues, no fueron incluidos ni en la una ni en la otra, incluyendo a Puerto Rico. (Lloro por eso.)
    La apertura se celebró en un parque-auditorio, acompañado con la música andina de Manuelcho Prado. Con música también, y nada menos que con la salsa de sabor cubano-puertorriqueña de Marco Campos, y del español Paco Ibañez, fue la clausura, esta vez en un auditorio grande, cerrado.
    Los organizadores incluyeron, como quedó dicho, espacios abiertos –parques y plazas– y espacios cerrados, como el muy interesante anfiteatro del “Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social”, dedicado a la crisis que hubo en Perú con motivo de la guerra de guerrillas de los años 80. Algunos espacios iban dirigidos a un público más instruido, como centros culturales, institutos y universidades, y otros a la comunidad en general.
    Los poetas de países de habla no española, leyeron generalmente en sus vernáculos, ya fuera el estoniano, el italiano, el árabe o el hebreo, como ejemplos, aunque algunos lo hicieran en inglés.  Los poemas de este grupo eran traducidos al español. La suiza-brasileña Prisca Agustoni, y el ruso, Yevtushenko –que escribe a veces en español–, en español leyeron.

    De lengua española, como era de esperar, estuvo el tronco más grueso, y de este, la rama más robusta, la peruana, naturalmente, encabezada por Leoncio Bueno. Desde España, se presentaron poetas como Rafael Soler y Beatriz Russo, y hasta la Patagonia suramericana, con poetas tan conocidos como Leopoldo Teuco Castilla, de Argentina y Juan Cameron de Chile. Ni Uruguay, ni Paraguay, ni Bolivia estuvieron ausentes. De estos países participaron los hermanos poetas, respectivamente,  Roberto Fernández, Fernando Pistilli –con quien hemos compartido muchas veces, desde Chile a Puerto Rico–  y Gabriel Chávez –también presente en el Festival de Puerto Rico. En el norte, pasando por Ecuador, hubo además representantes de Colombia y Venezuela, de Dominicana y México, naturalmente. La ausencia más notable fue la de Cuba y Centro América, a excepción de Francisco de Asís de Nicaragua. En realidad, aunque se intentara, no todo es posible.
    La poesía brilló por su excelencia. Hubo una variedad de formas estéticas, tonos y temas. Aunque estuvimos presente en un número pequeño de las lecturas, por lo que observamos, predominó una poesía que se expresaba en tono menor, inicialmente descriptiva o reflexiva, y que terminaba con un giro sorpresivo. La visión de las cosas encubría o remontaba alguna ironía o una extrañeza, un desacomodo o una distancia que pudiera dirigirse a un desconcierto o una imagen audaz, y al final un hallazgo feliz en términos de nostalgia o encantación. En general era una poesía próxima a lo expositivo, alguna vez argumentativa, de un lirismo asordinado, en forma de coloquiales y poco dada a ritmos tradicionales. Estas parecen ser las modalidades prevalecientes en estos tiempos. En algún caso, no obstante, el performance, el espectáculo de gestos y música. En otro, la presencia dominante del humor, del franco humor como motivo del poema, y con barniz erótico, como lo hizo el colombiano Jotamario Arbeláez . Algunas veces los asuntos se referían a eventos de naturaleza dramática o herida. Pocas veces se recurrió una lectura impetuosa y a caballo, es decir, desenfrenada y de alta voz . Las sorpresas no faltaron, motivos de ruidosos aplausos como la poesía solidaria, apelativa y entusiasta de Jack Hirschman. La obra de todos los participantes quedó registrada en una voluminosa antología recogida en la revista-libro FÓRNIX.
    La sede del evento fue en un hotel de rico acomodo con cenas de chef, manteles blancos y mucho vino, en San Isidro y frente al parque de los olivos, lleno de aves azules y colibríes rojos. El embajador de Holanda nos recibió con un coctel y música gentil. La prensa cubrió muy bien las actividades, con notas diarias y entrevistas, algunas de radio y televisión.
    Durante tres días espléndidos, la poesía quedó prendada de las calles de Lima. Bajó por toda ella suavemente y amplia, como la célebre garúa. Los
organizadores colgaron de cables, en hojas de papel, poemas de los poetas participantes y de otros, para ser leídas por todos y para llevar la voz montada en el viento.  Y todo así como dice Yevtushenko: “más o menos”






Marcos 
Reyes Dávila
¡Albizu seas!  

1. Publicado en 80 GRADOS 6 de mayo de 2016:
http://www.80grados.net/festival-internacional-de-poesia-todo-lo-imaginable-es-posible/
2. Publicado en "GreenTour - Magazine". (Paraguay) Año 2 - Edición 19, 2016, págs. 24-27.

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