Los dioses sin adioses “Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tengo yo”, JRJ.
A mi madre, Sarah
Los dioses no tuvieron más sustancia que la que tienes tú Ni más cuerpo de prado Ni memoria de la vega florida y del manantial libre de ahogos Tú tienes como ellos alborozo de flor Espacio de oceano Ímpetu de tallo y de raíz Aliento de arcilla Vida para dar Y efervescencia No. Los dioses no tienen más sustancia que la que tienes tú que supiste verdearte como musgo entre las piedras Los dioses del desierto y de los bosques los dioses de los ríos y las sabanas Los dioses sin adioses Los que nunca terminan Tú eres como ellos fuga raudal de cabo a fin Allí estabas allá Allá estabas aquí Mas siempre abeja entre las flores O la pura tibieza de un abrigo O el puro bodegón de ese pecho que apuramos como un pollito El puro sostén en el aire de los pájaros El puro apurar de un vientre siempre verde La memoria arcana y encarnada de lo que no se agota ni consume Aunque seas memoria del fuego no fuiste testamento de ceniza sino el soneto en carne viva y ese soplo que revuelve las hojas caídas Fuiste semilla de la aurora La floresta al mediodía repartida en diez cauces y caminos Y ese pino inmenso en el otoño de la noche que atiza con su dedo las estrellas En el recuerdo de tu mirada ensemillada siempre nacen en tus manos las reinitas que te buscan los retozos y colmenas Pasas a sotavento como una danza en la plaza Pasas a barlovento como un salón de baile Pasas al norte como una feria de libros Pasas al sur como un festival para la canción y la poesía Y pasas en todas partes como delirio en el agua Háblame mamá del viejo lago De cómo se torna cristalina la adolescencia en las mañanas y de cuánto reposa su tersura en la mejilla virgen de las aguas Háblame de aquella muchedumbre de reinitas que jugaban con azúcar por las mesas de la infancia Y cántame cielito lindo otra vez que el llanto se me exprime en el pecho sin olvidos mientras se disuelve como un paso de baile en la sonrisa Mi madre conoce el salmo de David y la danza de seda de la sulamita Recita el salmo de Manuel lo mismo por la ruta del sol que de la luna Dime mamá de los pájaros del lago de Cidra Dime como danzan en la neblina los rojos y los verdes en tus hojas de pascua Cuéntame otra vez la historia de la flauta y las cabritas la crónica sombría en las bodegas la crónica de las bahías y los puertos de los valles del mar abierto en lontananza Háblame del vestido y del calzado de los lápices sobre la mesa del pan del ascenso y la caída del impulso y la derrota del amor y sus racimos del puente y de la alcoba de la espera y la llegada No, los dioses no han tenido más sustancia ni más tiempo ni más memoria altiva ni más cuerpo que los que tienes tú desatada de adioses y de olvidos Mi madre es vientre y colmena de semillas en la brisa que van desde la oruga hasta la mariposa. Hacia ella vuelan siempre retozando las reinitas “en el recuerdo de tu mirada”.
____ * Mamá (18 de septiembre de 1921, 17 de junio de 2018) murió el mismo día que papá difunto hubiera cumplido 101 años.
Isla julia* En el centenario de Julia de Burgos y de Pedro Mir
1- (Apenas nacida de las aguas)
No hay un país en el mundo como tú tan pedacito de alma
Oriundo del viento negro y la colilla encendida eres esa migajita de pan relamida en la mesa del mar de las antillas Tan quebradiza como el cristal de una ilusión ingrata Tan contemplada
Apenas nacida de las aguas ya eras el fósil de un coral que se encabrita Algo así como el recuerdo de un jardín vedado al beso Y un unicornio en la isla.
2- (Eres Isla julia)
Por más que retozaran frente a ti los querubines, por más que te cepille las palmas el sueño de un deseo o el vedado sol de las caricias, no fuiste la venus de cabanel, apenas posadura sobre el mar –tan coralina, sino la julia sin nombre la de los espejos rotos la novia abandonada sin rostro en una calle helada de nuevayork.
Tu padre fue un carimbo fraguado en las calles de sevilla Y tu madre –sin nombre violada al sol y amordazada en mortajas por el señor de los desahucios y el uranio reducido en wallstreet.
Eres la Isla julia Gazapo del mar de los sargazos en la promesa incumplida de un desfalco Isla julia eres en las pompas de tus ruinas huérfana de ti misma y del amor armado que te olvida Eres Isla vieques Herida y penitente y nunca tuya Eres Isla fugitiva y refugiada Como un trapo en el versículo de un salmo Eres Isla de la luz que el sol desecha en los muros de piedra cercada de alambradas y lanzada por el navy a-la-caída. 3- (No hay país saturno como tú) No hay un país en el mundo como tú tatuado de sales y de sangre por tus cuatro costados marheridos Isla de aguas bucaneras y tiburones en la orilla Isla roída en la carroña de las águilas del norte.
Desprendida del orinoco americano te llueve aún ese oropel de sol seducido y encrespado en los ríos de tus cielos y te riza ese dolor tatuado de cicatrices en la tierra.
Por eso no me digas Isla Julia que te quiere arrobado de tules en la ausencia quien te ve de noche sola desposeída de ti misma consumida y sumida como el agua entre las piedras Porque no hay patria en la falacia Ni en la celda Ni bautismo de sangre en una tierra sin puertos ni avenidas No hay un país tan garabato Como aquellos pies de las mujeres chinas No hay un país tan deseado por el trauma y por los ortopedas Y tan presto a la estampida.
Isla aura que apenas nace se la come el sol trunco en las auroras No. No hay un país saturno –como tú que devore a sus hijos.
4- (Amén de pitirres)
En el oeste casi fuiste Ramón Y casi Eugenio En la torre de Lares también estuvo Don Pedro el dirigente con aquel amor profundo que sólo gozó gautier en los turpiales Sembrando juramentos por la vega y clamando dianas de trompeta en asomante
Has vivido como has muerto De siglo en siglo De sangre en sangre Entre el beso sin descanso de tu río y el rasgado velamen del naufragio y del exilio Cada día has huido de esa muerte certificada hueso a hueso entre la morfina y la heroína Cuánto duele tu paloma asesinada Cuán poco te hemos dado
Mas otro Filiberto tocará como josué un día esa trompeta para derribar el muro de lamentos y ofrecerte la ciudadanía de la poesía Y amén de pitirres no quedará un peñón ya para estas lágrimas
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Renacida de tu muerte persiste imperturbable la estrella que fulge Por eso Isla julia te bautizo: ¡albizu seas!