sábado, 27 de febrero de 2010

Censura de Google y Blogger?

Mensaje del brillante ensayista cubano
ENRIQUE UBIETA:

Censura de Google y de Blogger?


"Amigos:

Hoy a las seis de la tarde entré a la portada de mi blog, y me entretuve -mediante otras ventanas de Internet Explorer- revisando algunos blogs de temas afines al mío. Salí de mi casa, y cerré mi blog (apagué la computadora) a las siete, sin añadir nada nuevo.

 De regreso, a las nueve y media de la noche, quise revisar mi correo gmail y no pude acceder. Cada vez que marcaba mi nombre y contraseña aparecía un aviso diciéndome: “cuenta temporalmente inhabilitada”. No le di importancia al asunto, porque pensé que era un problema de la máquina o de la conección, que en Cuba es lenta.
 Pero al intentar abrir el blog mi sorpresa fue grande pues encontré un nuevo aviso de Blogger: “El blog se ha eliminado. Lo sentimos, el blog la-isla-desconocida.blogspot.com se ha eliminado.  Esta dirección no está disponible para blogs nuevos”.
 Le escribí a Blogger pidiendo información y di como referencia otro correo personal de yahoo, pues el que tenía de gmail -base del blog-, había sido inhabilitado como ya expliqué. No he recibido respuesta.
 Si fuese un insólito acto de censura -las próximas horas aclararán este punto-, no creo que se deba a algún post en específico. Sería una evidencia de que la guerra de “ideas” en Internet no busca la victoria de las ideas. Pero no quiero admitir aún esa posibilidad.
 Espero la explicación de Blogger y la posibilidad de que pueda repararse el daño. Los mantendré informado.

Enrique Ubieta Gómez"


 ¡¡NO TOLEREMOS 
             LA CENSURA !!

jueves, 25 de febrero de 2010

El abanderado

El abanderado 
                                   Para Roberto Mori  
 
La libertad es un modo
  absolutamente indispensable de vivir.
 Eugenio María de Hostos

 



La bandera arde
como el jacho en la huelga de los campos
Temblor de soles niños
Sangre de lázaros

Mas no soy yo quien escribe en la noche
la letra que camina contra el viento
 
azul de horizontes 
y siempre de campaña
en la campana


sino mi bandera de fuego solidaria
huérfana de patria y de poesía
y de esa libertad
que despierta un albizu en la mañana

El abanderado es
el mascarón de proa
de un hombre invisible

De ése que suda
su bandera incandescente
como un sueño amor en estampida


    Marcos 
Reyes
Dávila

.

viernes, 19 de febrero de 2010

Del agua en tus bromelias

Del agua en tus bromelias


“Me he estrellado contra el cielo esta mañana.” 
                               Consuelo Tomás Fitzgerald 

Me estrellé
contra la lluvia
en la terraza de mi infancia

Cuánto viví de su consuelo
cuánto viví de esa nostalgia


Hablo de esa lluvia
que viene siempre de lo alto
de la altura concubina del aire de los cielos
donde no alcanzan mis ojos
donde la transparencia misma
evidencia los secretos tules
de los colores del cielo

Esa lluvia viene presta siempre
        y fugitiva
a besar la tierra
a acariciarle el cuerpo entero
a fundirse y preñarla en el surco del barro
que revienta bromelia o ceibo
Y a darle vida a las aguas secretas de esta América
que conocen los surcos y las sementeras
las tierras preñadas
por donde caminan amarillos y verdes
los sueños en la lluvia

A Colón se le desorbitaron los ojos
que vieron mares nuevos
la baja mar
la mar honda
la mar incógnita
la mar tenebrosa
los ríos hipotensos
las cataratas del júbilo
y tras de ellos
los senos y vientres frutales
de amazonas hijas del incienso 
Criaturas y especias
que no alcanzó a soñar Marco Polo
Guacamayas de colores nunca vistos
Las sirenas reventaron la armadura de sus pechos
los cíclopes
el quetzal en la nostalgia
los cipreses y los altos pinos
el río alegre que despierta de la lluvia triste
la pirámide de oro que tiembla en medio de la luz
donde yace mi padre inmaculado y tierno

Tras la lluvia los muertos sonríen
y orientan los caminos
El tucán a la puerta de un palacio verde
Los robles del río
     los adioses de mano del yagrumo
           el devoto silencio
      en el templo del lago
el colibrí que mató la ternura fugitiva
para no olvidar
que siempre podemos ser abandonados
           otra vez
por lo que más amamos


y por lo que aún no ha sido.


              Marcos 
Reyes 
Dávila

jueves, 18 de febrero de 2010


Desde el 23 de enero
hasta hoy, 18 de marzo en la mañana
hemos recibido 
casi 1000 visitas 
de 189 ciudades del mundo. 

En menos de dos meses,
54 días,
mil visitas, 
que se completan durante el día de hoy.

No está mal
(a pesar de que el contador no es muy confiable).
Gracias.

mrd




lunes, 15 de febrero de 2010

A punto de cerrar los ojos

A punto de cerrar los ojos
                                  Para haití


                                         Por  Marcos Reyes Dávila

Haití, haití, ¡ hai-tí !
    cómo te digo
         si quisiera decírteme
con los ojos cerrados.
Cómo puede tomarse este cielo derrotado?
Esta tierra literalmente estremecida
y herida por hachas planetarias?

Que no quiero ver a esta mujer                  
–alguna vez trenzada por el júbilo–
pieza aturdida ahora del escombro
que me mira sonámbula o atónita
rendida por el polvo 
hasta la piedra
cuerpo de piedra ya
que danza
        aturdida
              espirales

Grité ayer
    ¡Ay-tí!
por socorrerte
por auxiliar
a quien fundó la libertad de américa
Hoy te abrazo el golpe
sobre el pecho
a lo vallejo
              –obviamente
A punto de cerrar los ojos
y huírmete
A punto de quedarme mudo
y perdérteme
                   
Pero hay tanto que hacer!
No puedo!
Que Haití está tornado.
Tornado y clavado
    ¡otra vez!
–¡puro corazón!–
en medio de los ojos del espanto.

domingo, 14 de febrero de 2010

Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico

A propósito del
Festival Internacional de Poesía 

en Puerto Rico

Poesía:
en la luz veremos tu luz

           “En tu luz veremos la luz.”
                     Ernesto Cardenal    


Ernesto Cardenal lo toma de los almos salmos:
         “En tu luz veremos la luz”.
Pero yo prefiero por hoy hallar en los versos de Consuelo Tomás, del Libro de las propensiones, ese eco colorido de la luz que me trae la vida de vuelta cada día:
           “Me he estrellado contra el cielo esta mañana.” 
Y hallo la palabra, plena y viva, en la luz de la poesía, único sentido que nos da la vida que permite, más allá del color y del olor, del olfato y del gusto, del gusto y del equilibro, revelar esa nueva realidad de lo que nos sobrecoge.
    Decía uno de los más grandes de los poetas de la lengua española, San Juan de la Cruz:
             “Que bien sé yo la fonte que mana y corre, 
                aunque es de noche”,
porque la poesía, como el “dios deseado y deseante” de Jiménez, es un caudal infinito, semioculto y transparente, cuyas aguas vienen corriendo desde los orígenes del ser humano y, pura pasión, como la poesía de Miguel Hernández, mana y corre, y no termina nunca.
        Tiene la poesía, entre las casas editoriales, fama de cenicienta desvalida. Pero no hay género que se cultive más ni que goce del respeto de las grandes multitudes. Los burócratas del presupuesto la creen inútil, olvidando aquellas palabras que José Martí escribiera a propósito de Walt Whitman:
    “Hay gentes de tan corta vista mental, que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía, que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues ésta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquélla les da el deseo y la fuerza de la vida.”
    Mas, la vida, como dijo el Pablo, busca siempre la libertad de todos, el pleno desarrollo de todos, el bien de todos, porque si no es así, «cantaría en vano».
    Enrolada en esa rosa náutica del poeta cubano,  se celebró en marzo de 2008 la primera edición del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico (FIPPR) organizada por un grupo de compañeros que encabezó el capitán de la generación de poetas del sesenta y director-editor de la legendaria revista de poesía Guajana, Vicente Rodríguez Nietzsche. Incorporada su Junta Directiva, y reglamentada, el grupo celebró en octubre de 2009 una segunda edición bajo la presidencia, esta vez, de Wenceslao Serra Deliz. La primera edición el festival se le dedicó a Juan Antonio Corretjer y a Francisco Matos Paoli. La segunda edición se le dedicó a Vicente Rodríguez Nietzsche.   
       En marzo de 2008, catorce poetas invitados de toda Centroamérica y las Antillas aunaron sus voces a un amplio coro de poetas puertorriqueños, para llevar a numerosas regiones del país la palabra que llama, y a un público diverso de centenares de poetas, estudiantes, profesores y, especialmente, la gente de nuestras comunidades.
    Este año, otro grupo semejante de poetas (15) provenientes de toda Nuestra América y de España, se unió a cerca de un centenar de poetas puertorriqueños para regar, como semilla, una palabra que anuncia un nuevo porvenir americano en medio de las celebraciones de la Emancipación de una América Nuestra que, por otra parte, también nos llama.
    Quien escribe, editor de esta revista, participó en la organización de ambos festivales y se desempeñó como vice presidente del segundo consciente de la magnitud y la importancia de un evento cultural de esta categoría, que tiene entre sus objetivos, en primer lugar, la búsqueda de un espacio permanente en el cual converjan solidariamente los mejores talentos poéticos de todas las latitudes; en segundo lugar, sentar las bases para un intercambio literario y cultural sostenido; y asimismo, en tercer lugar, incentivar y fortalecer los valores estéticos como uno de los pilares de la vida comunitaria y como instrumento indispensable de la vida ética, la libertad y la plenitud del desarrollo humano.
    Para quien acudió a su llamado de más allá de las aguas del Caribe, se trataba de acudir a una isla despojada de su alma, cuyo puerto y capital se llama San Juan, la ciudad amurallada y multicentenaria en cuyos lares adoquinados anidó por unos días la palabra de fuego de la poesía que es ofrenda de luz. Los países todos de la América Nuestra conmemoran en estos años el bicentenario de sus luchas por la libertad, es decir, de independencia. Puerto Rico, sumido en una de las crisis más graves de su historia, está al margen de la efeméride que hermana una veintena de pueblos. En nuestras manos, en la palma de todas nuestras manos, está escrito el futuro de la patria puertorriqueña. Y de igual modo, el futuro de este festival que pide que lo trabajen. No olvidemos que es el trabajo, y nunca el desempleo, el instrumento que forja todo tipo de riqueza.
    Ambos festivales fueron exitosos en todo sentido. Llevaron la poesía por todo el país y a un público diverso de miles de personas. La segunda edición, celebró sesiones simultáneas en la Universidad de Puerto Rico, ya fuera en Río Piedras, Humacao, Bayamón, Utuado, Cayey, o Carolina, en la Universidad InterA-mericana en Cupey y en Barranquitas, en la American University de Manatí, en la Universidad Metropolitana y la del Turabo, en la Universidad Católica de Ponce, en escuelas superiores de San Lorenzo, en los municipios de San Juan, Caguas, Cayey, Vega Alta, Utuado, Carolina, Hatillo, Toa Baja, Dorado, Manatí, en la Casa de España y en la Fundación Nilita Vientós Gastón. El cierre se efectuó en la Plaza de Recreo de Mayagüez. Incluso los estudiantes de la Universidad de California en Fullerton de la narradora puertorriqueña Lydia Vélez, participaron con el análisis de un poema de Vicente Rodríguez Nietzsche.
    Aparte de los recitales, celebró coloquios, entrevistas y programas de radio, un foro sobre la poesía de Miguel Hernández a propósito del centenario de su natalicio, y otro sobre creación estética en el Seminario Federico de Onís en Río Piedras. La primera edición incluyó un taller de poesía con los niños de Cantera; la segunda, abrió también una sesión para poetas jóvenes o noveles.
    Alrededor de 80 poetas boricuas se sumaron, en la segunda edición, a los poetas del extranjero, concretamente, de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú, México, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela, Panamá, Honduras y de Islas Canarias, España. Estos poetas fueron seleccionados cuidadosamente para garantizar la calidad de los mismos. Gran parte de ellos son poetas con una obra abundante, premiada nacional e internacionalmente, y varios distinguidos como “profesor emérito” en su respectiva universidad
    Una lección cabe inferir: a pesar de la crisis fiscal del país y del caldeado ambiente político y laboral, a pesar de los recortes, a pesar del desmantelamiento del Instituto de Cultura, a pesar de la censura, se logró montar un enorme festival de poesía con participación de poetas de esos pueblos hermanos porque fue ésa la voluntad de este pueblo y porque así lo deseó mucha gente que colaboró y aunó sus escasos recursos. En el programa aparece una larga lista de auspiciadores –encabezada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, la Universidad InterAmericana, Recinto Metropolitano, y el Municipio de Mayagüez– y otra de colaboradores que bien podría duplicarse en realidad. Dentro del contexto de entusiasmo y endoso casi unánimes, sorprendieron solamente los intentos de boicotear la actividad por parte de la presidenta del PEN Club de Puerto Rico. Derrotada por el caudal de apoyo y entusiasmo, se presentó, sin embargo alguno, en la clausura para celebrar la presencia de los que no respondieron su llamado al boicot. En lugar de ello, los poetas le dieron una lección al suscribir, a petición de Ricardo Alegría, un endoso a su petición para el ingreso de Puerto Rico en la Unesco.   
    La poesía, flor de lumbre, fuego y luz que augura la mañana, nunca nunca canta en vano.
Del equipaje de libros de los poetas invitados del extranjero escuchamos estas voces hemisféricas –a veces de selva, o de cumbres y lagos, a veces llenas de aires atlánticos, a veces palabra filtrada por la piedra precolombina, y otras veces, vislumbre, sorpresa, solidaridad, amor, o simplemente, queja– que flotan sobre las aguas, sobre el barro, sobre el aire, sobre el fuego, sobre la luz y la transparencia.

sábado, 13 de febrero de 2010

La ciudad quetzal de este Zelaya

La ciudad quetzal de este Zelaya

                      Al pueblo de Honduras- 2009.

Los andes no se extienden
por la américa central
Es cierto
Pero por toda la cerviz
de esta tierra vinculante
proliferan los volcanes
como ecos de las cumbres de Ayacucho.
    Lo más alto y lo más bajo
recorre cada hilo de estas tierras
mitad quetzal
mitad buitre
a media luz
y a media sombra
donde el oro
se hunde a veces en el barro
    Sin embargo, no llueve hoy a medias
Llueve torrencialmente
y una lluvia de meteoritos de otro tiempo
recorre hombro a hombro hoy
por las calles hondureñas
como el puño paloma
de una rosa blanca
más dura que el batallón
y las ballonetas de la hacienda
más dura que el golpista
a sueldo del imperio
y de la bestia
más duro que el soldado que dispara
contra su propia madre
que es su propio pueblo
    Mano a mano se construye
el tejido enladrillado de los pueblos
los caminos
los auxilios
el templo del saludo
y la flor de la sonrisa
el pan sobre la mesa
el agua del amor
y su semilla
Mano a mano hermano
se levanta un país hasta las nubes
Mano a mano
de un amor preñado
en la paciencia ardiente
A mano de mujer
y a mano de hombre joven
A manos que recorren su caricia
por la arruga hambrienta de los viejos
para levantar todos juntos
el recuerdo de un tiempo de leyenda.
    Es Bolívar que despierta ahora
del río de su sueño centenario
que despierta duro hondureño aquí
y en cada flor del magdalena,
que despierta gota a gota
lo mismo en el llano que en la sierra
Y despierta agua llanera en las calzadas
Y despierta libre machetero en la montaña
    Dicen que los andes no se extienden
por las tierras hondureñas.
Pero estos años evocan sin embargo
la ilusión de la cuidad dorada
a medias coca inca
y a medias cacao maya
perdida en las brújulas y en los mapas
perdida en el nido del quetzal
ese quetzal
a orillas de Tegucigalpa
    Esa ciudad de luz y oro
donde las campanas cantan poesía
de la mañana al mediodía
es la cuidad quetzal
de este Zelaya
    Esa cuidad de tierra nuestra
donde llueve la semilla
y el sueño de sus frutos
y la alegría abraza cuerpo a cuerpo
a un pueblo entero
un pueblo que se levanta en este
bicentenario de la libertad de América
para cantar con heroísmo bolívar
lo que es un presidente que se yergue
y llega otra vez a sotavento
y a la altura limpia y transparente
de los heroísmos más puros
a la altura fecunda y sublime
nunca en vano
de su pueblo.
En la alegría
se destila la utopía
    Hay un quetzal centella
que recorre los llanos y la sierra
Un quetzal que resguarda
en vilo
en su corazón
una purísima estrella
¡Hagamos quetzal-bala con las balas
Hagamos quetzal-puño con los palos
Hagamos quetzal-sangre con la sangre
Hagamos quetzal-pueblo con el pueblo
Y una cuidad-quetzal
de este Zelaya!

                   Marcos Reyes Dávila

viernes, 12 de febrero de 2010

Memorial de Isla Negra

Memorial 
de Isla Negra*
     - prefacio del pregonero

 

 



Pablo Neruda y Chile, Isla Negra y los Andes,
han sido en mi vida las pasiones de una ermita con ventana abierta a los océanos.

Desde el pez encendido en la veleta de sus vientos
que acuñara perenne la poesía de sus caballos verdes,
hasta ese cruce agónico por los Andes en busca de la libertad y la solidaridad humana,
todo Neruda gime en mi sueño como llama de agua viva en medio de su llano en llamas.

Todo Neruda me llama con la fuerza de sus ríos,
la persistencia de su amor dispersado como un cielo por el aire,
el empuje telúrico que rasca las cumbres heladas
y que sólo ampara el calor de las llamas y las alpacas,
la vigencia pululante de su pasado triste y hermoso,
la ardiente paciencia ante el por venir de justicia que abogamos militantes...


Todo Neruda llama como el memorial de una residencia elemental en el canto.

Todo Neruda llama.

Y llamea.
                                       
¡Y me está llamando!



Marcos 
Reyes
Dávila

.


 ___________________________________
*Prólogo al libro La llama en llamas --inédito.

Marcos Reyes Dávila

Estela Marina

Estela Marina

                 Para Tainahíl,
                                    eternamente.


Quisiera pensar,
ninfa de mis fuentes,
que yo fui tu Leonardo.

Y que con un pincel henchido de ternuras
tracé esos nardos de tu imagen
sobre el lienzo del vientre de tu madre
solo para darte con ello
la placidez invicta de esa sonrisa tuya
que se te escurre y esparce
como el agua entre las rocas.

Sí. Fuiste hija de las aguas más puras,
hija de la altura mayor
de un volcán incandescente.
Hija fuiste de la transparencia del amor,
de ese amor que no sabe contenerse.
O quizás, algo así también,
como la estela marina
que trazara el pincel de Monet
en un estanque de lirios de agua.


Mas eres mucho más
que óleo sobre lienzo
Yo te vi nacer
hija de ese sueño que arrullé
entre las rosas del convento de su vientre
y sobre las aguas del bosque de Chapultepec.
Yo te vi yacer
arrugadita
sostenida por la bata blanca
igual que el capullo de una mariposa.
Y me miraste
ya
con el ceño arrugado
justo arriba de ese chocolate derretido de tus ojos
que han sido el dulce preferido
de mis días descalzos
mientras me anunciabas
con dos deditos sobre el corazón
la V de la victoria.
No la Victoria de Samotracia
sino la nuestra,
anticipo de tu vida emplumada
y de esas alas que poblaron
por siempre mi cabeza.

Estela Marina
era tu nombre,
el nombre con que te bautizaron los caminos.
Y si son míos los pasos de tu infancia
son tuyos los míos desde entonces.
Nunca te confundí con los conejos
ni con las almohadas.
Ni con los alimentos de la despensa
donde te escondías
ni con los sillones donde te encontré
hundida en el paladeo de la risa
ni con la casita de sábanas
donde me alojabas
o los papelitos de colores de tus bolsas.

Prendado como un beso
se me quedó el primer nombre que me diste.
Pues eres algo así
como el camino que transito cada día
o como un pozo en medio de la casa
como un refugio con techo de dos aguas
como una flor que esparce el viento
un rebaño de chiringas que pespunta un cielo claro
la torre más alta del Yunque
o la pura transparencia de las aguas.

Allí, en la cima de El Yunque
descubrí tu zodiaco
en el regocijado
petroglifo taíno de las aguas.
Esa contelación de tus pasos
a través de mi vida
es la crónica estrellada
que canta la historia de mi niña
ahora laberinto de mujer
con su propio camino
escrito paso a paso
y letra a letra
con tus propios pinceles y papeles
en la estela marina
que acredita para siempre
el libro de mi vida.

Para mí,
que puedo mirarte el libro entero,
paso a paso
y letra a letra,
desde la promesa
hasta el obsequio envuelto,
serás por siempre
algo así
como ese lirio de agua
que reposa tranquilo
en el estanque de Monet.
Mariposa de la tarde
colibrí de las mañanas
o el infinito alumbramiento de la cascada.
La seda acogedora
que sólo deletrean las ternuras.
La epifanía, en fin,
de esa hada con alas
que en mi sueño de niño me acunó
–¿me acunabas ya tú?–
sobre las letras de un libro,
las letras del libro de mi vida.
            
                        Marcos Reyes Dávila

Por una Sociedad de Escritores de Puerto Rico

Por una Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR) 
y otra de 
Revistas Culturales Puertorriqueñas
   

    En febrero de 2005 la Revista EXÉGESIS celebró en la Universidad de Puerto Rico en Humacao un Simposio de Revistas Culturales-Literarias Puertorriqueñas dedicado a Nilita Vientós Gastón. Meses después publicamos un número especial de 184 páginas en el que dimos cabida a las presentaciones de todas las revistas que participaron, incluidas algunas extranjeras que nos acompañaron.  Ese número de EXÉGESIS, el 54-56, convite fraternal y solidario de las revistas culturales puertorriqueñas, fue y es un botón de lo que es posible hacer unidos. En la agenda de los trabajos se incluyó una asamblea para proponer la creación de una Asociación de Revistas Culturales Puertorriqueñas semejante a la española ARCE, que estuvo representada en nuestro simposio, y otras de otros países. Invitamos también a Redalyc, la red cibernética mexicana de revistas culturales latinoamericanas. La asamblea votó a favor de constituir la asociación y se eligió un comité timón. Nosotros no quisimos seguir al frente de los trabajos porque en este país siempre hay quien acusa a quien llama de querer ser rey. Desgraciadamente nadie en ese comité timón citó a reunión nunca. ¿Cuán arduo será en verdad crear una asociación que pueda poner a circular varias veces año todas las revistas culturales y producir páginas electrónicas e impresas que las promuevan?
    En marzo de 2009, el cincuentenario de la muerte de Luis Palés Matos, y la propuesta que nos llegó desde Chile de parte de su Sociedad de Escritores (SECh), para celebrar, en Chile, un Tercer Encuentro de Escritores Latinoamericanos con motivo del Bicentenario de la Emancipación de Nuestra América (2010), y dedicado al último reducto irredento de la patria latinoamericana, Puerto Rico, convergieron en la convocatoria de la Revista EXÉGESIS y el Departamento de Español de la Universidad de Puerto Rico en Humacao para celebrar el aniversario de Palés

Matos constituyendo una Sociedad de Escritores Puertorriqueños, idea que acariciamos y promovemos como una herramienta vital al menos desde el 2002, cuando publicamos en EXÉGESIS 44 las actas de un encuentro en Chile celebrado para constituir una Confederación Latinoamericana de Escritores.
    Al finalizar la conferencia sobre Palés Matos, los escritores
presentes, previamente registrados al llegar, reunidos en asamblea, eligieron un comité organizador con la encomienda de redactar un reglamento y las estipulaciones necesarias que permitieran constituir, tras una nueva asamblea constituyente, la Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR), o como se decidiera llamarla.
    Una SEPuR amplia y sólida hubiera sido una conquista de envergadura para la nación puertorriqueña. No se trataba sólo, ni principalmente, de responder a la dedicatoria que nos ofrecía la SECh, y a través de ella, a los escritores de Nuestra América. Se trataba de construir un organismo de unión, de carácter gremial, dedicado a la defensa y la promoción, en Puerto Rico y en el exterior, del escritor puertorriqueño y de la literatura nacional. La invalidez, la ausencia, el insularismo si se quiere, la impotencia, en suma, a que nos somete un régimen que nos deja huérfanos de representación y respaldo internacionales, podía –y puede–  ser superada con un poco de voluntad compartida. La SEPuR que imaginábamos no habría de tener más  agenda política que la representación, defensa y promoción del escritor puertorriqueño.
       En días previos a la asamblea se levantaron voces de desafecto,  ya fuera en el plano pueril del amiguismo/enemiguismo, o ya sea en el plano de los debates ideológicos que excluyen, y que fingen desconocer o –lo que es peor– desconocen a los que no forman parte de su capilla, impiden el diálogo y la acción convenida. La Directiva del PEN Club de Puerto Rico,  que al principio endosó la idea, llamó repentinamente al boicot, como volvería a hacerlo seis meses más tarde a propósito del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico que se celebró con rotundo éxito a fines de octubre (2009).  Otras voces turbias le hicieron eco, ya fuera de frente o tras el escudo del anónimo cobarde.
    El  13 de marzo de 2009 un pequeño grupo de escritores votó por constituir la nueva sociedad puertorriqueña de escritores.
La asamblea aprobó una moción presentada para constituir la sociedad y nombró un comité de seis escritores para redactar un proyecto preliminar de estatutos a ser discutidos y ratificados en una asamblea posterior. El comité, constituido por seis personas, se reunió varias veces, aunque nunca con la asistencia completa de los miembros, para redactar, a partir de los estatutos de la Sociedad de Escritores de Chile, los estatutos constituyentes de la Sociedad de Escritores de Puerto Rico (SEPuR).

    El trabajo quedó sin terminar. Queda sobre el tapete el llamado y
clanear de la campana.      
Se busca un grupo curtido en las luchas
patrias y con un corazón lleno de sueños y esperanzas.

martes, 9 de febrero de 2010

La lluvia en la bodega

La lluvia en la bodega

ese amor ya sin ti me amará siempre”   
Ángel González


 

No sé si el agua                                          
que corre bajo el puente
deletrea exactamente tus enigmas
o predica tus nostalgias fugitivas
Pero cada hoja que fue
       –o que será–
es huella perdurable de ese surco
en que germinas

No sé si tras el muro apalabrado
se congregan todavía tus urgencias
o ese adiós en el pañuelo del armario
o el galope de la lluvia por el llano 




Confieso que viví en ti
Mas ¿cómo vivimos?
Yo soy todo lo que fui,
mas soy también lo que no he sido
Anoto en el libro libre
el paso de lo efímero
milímetro a milímetro
La suma de esas gotas
      en el surco impreso
el archivo de todos tus sigilos
el bodegón de esa memoria insomne
que hiere de pronto
con su hierro viejo
el vientre del códice que te contiene 
a salvo del tiempo
Y lo que fue esa lluvia
sobre los arrozales y las margaritas
el colibrí que repasa el inventario
la gramática del agua y la del fuego
el instante eterno en que pupilas



La eternidad es
sencillamente inolvidable
Una piedra de agua fugitiva
La memoria herida
por el beso o la mordida
La bodega donde espera despertar
el gong de la campana
su turno en la orquesta del recuerdo
La letra en la quebrada
de un corazón deshabitado
que no olvida
cómo la devoción hace el milagro



En la bodega del verso respiras tú
calladita como el vino
A veces frágil cristal de la nostalgia
A veces afidávit de eucaliptos
Quedo, quizás,
que apenas pluma
roza las orejas,
cada tonel predica la memoria viva
de tus huellas vivas
testimonia el calendario de todos tus rituales
confiesa el temblor de tus pupilas todas
De eso que sostiene la lluvia a mediodía
y la pasión de los rosales
que transita desde antaño
    –inaudible casi
los viñedos de tus glorias
los
regresos del camino
por donde todo vuelve lluvia
    que aúnserá diluvio
lluvia apalabrada ya por siempre
crónica de lo que fuimos
crónica de lo que aún no hemos sido

En lo hondo de estas bodegas
donde susurra el verso
su antigua urgencia
siempre llueve el corazón entero
Déjame encendida la luz
que cada verso
–aún sin ti
o aún sin mí–
te hablará por siempre.
La lluvia en la bodega
escribe oye y canta
una sinfonía perenne.


Marcos 
Reyes
Dávila

.
.

sábado, 6 de febrero de 2010

La Tierra Prometida: Antología crítica de Literatura Puertorriqueña: 1493-1898

La Tierra Prometida:
Antología crítica de Literatura Puertorriqueña
1493-1898

Un colofón necesario*
Publicado en En Rojo (Claridad): Del 14 al 20 de octubre de 1988, pág. 22.

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Río Piedras: Borikén Libros, 1986, 552 págs.
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El EXTRAÑO LIRISMO de MARCOS REYES DÁVILA


El EXTRAÑO LIRISMO 
    de MARCOS REYES DÁVILA*
                                              (*Texto publicado en 1983.)

Por Josefina Rivera de Álvarez 

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Josefina Rivera de Álvarez. “Marcos F. Reyes Dávila”. En, Literatura Puertorriqueña: Su proceso en el tiempo. Madrid: Partenón, 1983, 868-869.
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Marcos F. Reyes Dávila (n. 1952) figura ya entre los autores líricos representados en el tomo antológico de poetas universitarios de Río Piedras que lleva por título Junte de poesía: 1972 (1972), que recopilan los profesores Margarita Vázquez, Isabelo Zenón y Jaime Vélez. Al siguiente año, además, aparecerán versos suyos en las revistas Ventana y Zona Carga y Descarga. Publicará Reyes posteriormente tres cuadernos de poemas: Pájaros de invierno (1978), con breve prólogo de F. Matos Paoli; Goyescas (1980), Estuario (1981). Se incluyen composiciones de su pluma en la antología Poesía joven en Puerto Rico (1981), que edita la revista Mairena.

Se manifiesta en general la poesía de Reyes Dávila como expresión lírica de acentos neorrománticos, vertida, sin embargo, en continentes de modernidad que le imprimen nuevas medidas de hondura, desenvolvimiento, vehemencia, desvarío. Es verso de tono menor y agilidad lírica, que se adentra –así en los dos poemarios primeros– por unas zonas de ensueño, sembradas de parajes marinos invernales y de gélidos y desvastados paisajes –acaso concebidos bajo el signo de Poe–, por donde transita el poeta, caminante errabundo obsesionado por el amor de una misteriosa entidad femenina hecha de sombras. A su paso van marcando los símbolos poéticos –arena, luna, piel, caracol, etc.– aspectos distintos de sus inquietudes íntimas y de sus estados de ánimo. La inspiración del autor, transubstanciada en facturas de novedoso decir personal y de extrañas dimensiones de lirismo, muestra haber derivado alientos nutricios –de temas, tonos, de expresión, a veces claramente evidenciados– de sus lecturas formativas de figuras varias en el ámbito poético puertorriqueño del pasado todavía cercano y del presente: Julia de Burgos, Ribera Chevremont, Matos Paoli, Margenat, De Diego. El manejo lingüístico va revelando, a través del curso cronológico que definen los sucesivos cuadernos del autor, progresivas capacidades de innovación creadora, así como de seguridad y firmeza expresivas, mostrando ya en Estuario particulares rasgos de invención imaginística de puntales más definidamente contemporáneos, sobre todo en el uso de un léxico de resonancias menos literarias y más cotidianas. En sus líneas formales, ajenas al empleo de patrones métricos y de rima y estrofas de la poesía tradicional –si bien persiste ocasionalmente la manifestación de la rima en asonante–, incorpora Reyes la utilización de recursos como los sonidos aliterados, las repeticiones léxicas, los juegos de palabras, inversiones de términos, antítesis, paradojas, etc*.


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* Ver F. Matos Paoli, Carta-Prólogo a Pájaros de invierno, Río Piedras, 1978, pp.2-3; J. Martínez Capó, “Libros de Puerto Rico. Marcos Reyes Dávila, Pájaros de Invierno...”, El Mundo, San Juan, 8 de julio de 1979, p. 8-B.
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Nota: Para mí fue una sorpresa enorme hallar esta crítica temprana de la más importante historiadora de la literatura puertorriqueña y en un libro tan importante. Aunque había recibido ya críticas de Francisco Matos Paoli, Josemilio González, Francisco Manrique Cabrera, por ejemplo, la de Rivera de Álvarez fue pionera en impresos públicos.


El comentario crítico de Rivera de Álvarez presupone, quizás, que los libros se escribieron en el orden en que fueron publicados. No es así. Estuario es de principios y mediados de los 70, gran parte escrito en México entre el 1973 y 1975. Pájaros de invierno es posterior, y por último, Goyescas. Tras ellos, hay ya otros 30 años de poesía.

viernes, 5 de febrero de 2010

Poemas de la Luna Nueva



Poemas de la Luna Nueva
Liminar



Tengo ante mí 
la imagen de una cumbre nevada.
No importa si es un cotopaxi 
o un aconcagua 
Lo importante es el azul sombrío 
sobre el cual reposa la mudez absoluta 
y el desierto blanco y helado 
de una luna de clausura.  
Los Poemas de la Luna Nueva   
nacen como expresión de la caricia 
de una carencia fundamental,
de una ausencia 
que lame las heridas de lo perdido. 
Si hablamos de la carencia que acaricia 
y de la ausencia que lame 
es porque se ama lo perdido 
y se le sueña.  
En su rostro resplandece absorto 
como una contemplación
la presencia de lo amado
y a su luz 
casi se toca aún 
como un oasis de plenitud serena
la línea melodía de su vientre 
y de sus senos 
Pero cuando lo amado se va... 
queda sólo el congelado clamor 
de un sinaí bramante 
en la mudez de todos los desiertos: 
¡la Luna Nueva! 
Cuánta razón tuvo el poeta: 
"en la vida todo es ir 
a lo que el tiempo deshace": 
la "Amada inmóvil".

Del amor y del sueño 
el azul sulamita de la Maja.  
Del sueño y la espera de Ítaca 
el desvelo de Ulises 
que contempla 
sobre la bóveda del cielo 
en la noche estrellada 
las huellas incesantes 
del taco ciego 
que busca a la deriva 
y deja tras de sí 
el paso furtivo de lo amado 

Francisco de Goya (1746-1828) español, es el pintor que, sordo desde 1792, pintó la conocida serie de las tres majas, inicialmente llamadas las Gitanas.
Las dos más conocidas, la Maja Vestida y la Maja Desnuda, datan del periodo de 1800 a 1803.
La tercera, la Maja Azul, fue pintada después de 1810, tras las célebres obras dedicadas a la invasión napoleónica y los desastres de la guerra.                                  
Por ellas, particularmente la tercera, la Inquisición intentó juzgar a Francisco por obscenidad.  Goya, traspasado por los monstruos de la realidad escalofriante que desplazó de ilusiones todas su entorno, se come a sí mismo como yo , hijo y Saturno a un mismo tiempo. 

La Luna Nueva es siempre
antes que nada, 
lo que no es:
evocación y nostalgia 
el sueño y desvelo 
de quien vive fuera de sí 
como el reflejo de un sol perdido 
en el azul del silencio.
     Marcos 
Reyes
Dávila

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